Héctor Rodríguez, negociador del gobierno de Venezuela en Barbados: “cualquier acuerdo que cerremos pasa por un cronograma electoral”

Foto: Marcos Salgado

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Resumen del Sur, conversó con Héctor Rodríguez, gobernador de Miranda e integrante de la delegación oficial en la negociación quien sostuvo que “el interés del gobierno bolivariano es llegar a un gran consenso nacional de gobernabilidad” y pidió “dejar la violencia y respetar la Constitución”.

¿Cuál es tu percepción del diálogo en Barbados con la oposición?

Vamos ahora (NdR: se refiere al sábado 13/7) a una gran movilización que tienen las fuerzas chavistas acá en Venezuela en apoyo a la paz, al diálogo y la democracia. Tú sabes como que el planteamiento nuestro es que cualquier conflicto, cualquier dificultad que tengamos las y los venezolanos debemos resolverlo en el marco de la Constitución, de la democracia y entre venezolanos. Condenamos cualquier convocatoria política que llame a alguna intervención militar o algún tipo de conflicto desde el punto de vista violento entre los venezolanos y mucho menos al bloqueo, eso también lo condenamos. Creemos que ninguna de estas propuestas políticas de bloqueo, de intervención, de golpes de Estado, va a solucionar las dificultades que atraviesan los venezolanos, por el contrario, las agudiza, las problematiza mucho más. Es como si en un hogar por X razón natural o social la familia tiene alguna dificultad y la solución es la violencia o bloquear la casa para que nadie pueda trabajar, nadie pueda comprar. Es un absurdo total y nosotros entendemos que ese absurdo corresponde a los intereses geopolíticos que hay sobre Venezuela, por ser una de las reservas petroleras más grandes del planeta Tierra. Es una historia que ya hemos escuchado en otras reservas petroleras que no se subordinan a los intereses norteamericanos y por eso este esfuerzo; un esfuerzo que estamos conscientes que no va a ser sencillo, que las contradicciones geopolíticas y políticas son muy fuertes pero tenemos todo el interés desde el gobierno bolivariano de llegar a un gran consenso nacional de gobernabilidad para los próximos años que respete la Constitución, que respete la soberanía y que, por supuesto, ponga como prioridad al pueblo venezolano.

Habló de una movilización a favor del diálogo. Las bases, ¿se ven esperanzadas con respecto a esta nueva etapa de diálogo?

Yo creo que la mayoría de venezolanos y venezolanas, lo que percibimos las calles, lo que vemos en los estudios de opinión, en su gran mayoría, más del 80 por ciento de la población condena la violencia como forma de administrar los conflictos y apuesta a que sea el diálogo, a que sea la negociación, a que sea la democracia,de manera soberana y no desde el exterior como se administra el conflicto venezolano. El conflicto venezolano es un conflicto histórico. Hay dos modelos políticos: un modelo que defiende la unidad latinoamericana, el mundo multipolar y las políticas sociales y hay otro sector de la sociedad que sostiene una visión más unilateral con los Estados Unidos y no de la unidad latinoamericana, que defiende una mirada de un solo centro de poder, un Estado mínimo con menos presencia en las políticas sociales. Y a eso se le adiciona que somos la principal reserva petrolera. Nosotros entendemos que con este diálogo no se va a resolver esa contradicción. Nosotros a lo que aspiramos es que con este diálogo o con todos los esfuerzos de diálogos que tengamos que hacer, porque entendemos que el diálogo debe ser con toda la sociedad, con todos los sectores políticos, con todos los sectores sociales, podamos administrar ese conflictos de manera democrática y no de manera violenta. Esa es nuestra aspiración y creemos que es la aspiración de la mayoría de los venezolanos. Los venezolanos no quieren guerra, intervención o golpe de Estado.
Sin embargo, no hay que negar que la oposición venezolana y los Estados Unidos han logrado, sobre todo este semestre a nivel internacional, dar la percepción de que en Venezuela hay un caos, que hay una gran ingobernabilidad y que solamente es cuestión del reconocimiento de algunos países de derecha subordinados a Estados Unidos de reconocer una realidad distinta a la que hay en Venezuela y que eso iba a lograr cambios de gobierno. Bueno, 6 meses después creo que el mundo empieza a ver que esa no es la realidad. Que el chavismo existe y que más allá del chavismo existe un pueblo que cree en la democracia, que cree en su Constitución y que no va a permitir que desde afuera se le imponga un gobierno ajeno a los que son electos por el pueblo venezolano.

Uno de los puntos que viene planteando la oposición y que ustedes están aceptando discutir es la convocatoria a elecciones, ¿podrían convocarse nuevas comicios?

Nosotros les hemos dicho que estamos dispuestos a discutir los 6 puntos de la agenda. Entendemos que cualquier acuerdo que cerremos pasa por un cronograma electoral. Siempre ha sido así. Nosotros en los últimos 20 años hemos tenido 25 elecciones de distinto tipo y además todas con un alto nivel de participación. La última elección la tuvimos el año pasado, el 20 de mayo, una elección presidencial donde participó una gran parte de la población. El presidente Nicolás Maduro en esa elección, donde parte de la oposición no participó, fue electo con más del 34 por ciento del registro electoral venezolano. Cuando tú comparas eso con el porcentaje del registro con el que fue electo Trump, con el que fue electo Macri, con el que fue electo Bolsonaro, te das cuenta que es uno de los presidentes con mayor participación electoral. Sin embargo, pareciera que cuando es un proceso revolucionario, cuando es un proceso antiimperialista no es suficiente con tener mayor porcentaje de votos del registro electoral que el resto de los presidentes. Por ejemplo Perú, que ni si quiera fue electo, es decir, se le mide a la democracia venezolana de una manera distinta como se mide el resto de las democracias y eso es parte de la hipocresía del sistema internacional. Nosotros venimos en los últimos 5 años de tener elecciones de alcaldes, elecciones de gobernadores, elecciones en la Asamblea Nacional, elecciones de presidente, elecciones de la Asamblea Constituyente que logró la paz después de aquellos violentos que tuvimos. Es decir, para el chavismo no hay otra opción de administrar el conflicto que no sea por la vía democrática. Lo que no puede ser es que cada vez que alguna de las partes pierde una elección trae como consecuencia una agenda violenta, eso es lo que nos ha pasado en los últimos años. Cuando el comandante Chávez murió y fuimos a una elección presidencial, que ganó el presidente Nicolás Maduro, la respuesta de la oposición venezolana fue desconocer la elección y llamar a la confrontación. La famosa frase esa de ‘salgan a descargar la rabia’ que trajo como consecuencia 9 fallecidos. Eso fue el 2013, en el 2014 tuvimos nuevamente una agenda de violencia convocada por el entonces dirigente político de Voluntad Popular, Leopoldo López, que llamaron ‘la salida’, que generó como consecuencia otros fallecidos y altos niveles de violencia. Recuerdo que la frase era ‘hasta el gobierno no caiga no nos vamos de la calle’. En el 2015 ellos ganaron la Asamblea Nacional, nosotros lo reconocimos y lo que ellos hicieron fue desconocer al gobierno nacional y desconocer al poder judicial. En Venezuela, a parte de los 3 poderes tradicionales, está el poder Electoral y el poder que aquí llamamos Ciudadano, que es en pos de la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría de la república y la Asamblea Nacional que se convirtió en un factor de conflicto. En el 2016 convocaron nuevamente a la violencia con una agenda diciendo que el presidente venezolano no había nacido en Venezuela y que además había abandonado su cargo. En el 2016 tuvimos la agenda de violencia de las guarimbas y a pocos días detuvo en España a una de las personas que quemó viva a otro venezolano. En el 2018 tuvimos la elección presidencial y parte de la oposición decidió no participar y en el 2019 hemos tenido esta agenda de intervención, desconocimiento y bloqueo. Como lo ves, somos nosotros los que plateamos que sea por la vía democrática y no por la vía de facto. Es decir, nosotros vamos a esa mesa diciendo ‘tenemos que respetar la Constitución’ y la Constitución venezolana dice que las diferencias sociales y políticas se administran de manera democrática y electoral. Tenemos un cronograma electoral previsto en la Constitución y el año que viene deberíamos convocar nuevas elecciones de la Asamblea Nacional. Eso será otra oportunidad para medir fuerzas para que el pueblo venezolano valore cuales de las agendas políticas que han venido planteando los distintos actores sociales prefiere y la oposición venezolana y la comunidad internacional pueden tener la certeza de que las fuerzas chavistas siempre vamos a respetar el resultado y la opinión del pueblo venezolano. Nosotros somos defensores de la democracia protagónica y participativa. Entonces, más allá de si hay o no hay elección para nuestra mirada no hay duda de que debe haber un cronograma electoral, es la democracia la regla del juego. La gran preocupación que tenemos es si la oposición está dispuesta a renunciar a las vías violentas, a los llamados a interrupción y a los bloqueos, que tanto daño hacen y que además son ilegales porque son medidas extraterritoriales que prohíben al pueblo venezolano hacer a transacciones libremente como corresponde a cualquier país soberano y que afecta a la vida cotidiana, a la salud, la industria de nuestro pueblo y creemos que eso no debe estar dentro del juego político.

Se habló mucho de que su presencia podía alimentar una eventual candidatura suya a la presidencia en caso de que haya elecciones, ¿usted estaría dispuesto?

Eso es parte de la agenda de comunicación de la oposición para desviar los temas, para tratar de creer que con eso van a dividir el chavismo. Si tú mal no recuerdas apenas falleció nuestro comandante Chávez empezaron con la misma campaña de que Diosdado Cabello y el presidente Maduro se iban a pelear, de que había una fractura interna. Bueno, este mismo año han dicho que ‘la Fuerza Armada está fracturada, que el chavismo está fracturado’. Yo creo que sería interesante hacer una recopilación de los últimos 20 años de cuantas tendencias noticiosas han direccionado y que no ha tenido ningún efecto. El pueblo venezolano y, sobre todo las fuerzas chavistas, tenemos absoluta consciencia de nuestra responsabilidad histórica, tenemos absoluta consciencia de la necesidad de mantenernos unidos. El pueblo siempre ha sido mayoría, el problema es que las derechas siempre han logrado dividirnos. América Latina debió haber sido una sola gran nación y los Estados Unidos con su enfoque de ‘América para los americanos y los consideramos como nuestro patio trasero’, después del gran esfuerzo de nuestros libertadores y libertadoras, lograron dividir. Nosotros jamás vamos a volver a caer en ese error, nos vamos a mantener unidos en torno al liderazgo de Nicolás Maduro y, sobre todo, en torno al proyecto bolivariano, unidad latinoamericana, mundo multipolar, condiciones de igualdad y de justicia social protegiendo sobre todo a los más necesitados. Ese es nuestro factor de unidad y lo que nosotros estamos plateando es el respeto absoluto a la Constitución y a la democracia como forma de administrar los conflictos, que además son naturales en una sociedad. Nosotros no aspiramos a una sociedad sin conflictos, lo que nos parece racional es que esos conflictos se administren por la vía de las palabras, ideas, votos, de la democracia y no por la vía del darwinismo social y la imposición del más fuerte. Esos tiempos ya los vivimos en el siglo XIX y yo creo que los latinoamericanos hemos asumido suficiente consciencia, suficiente experiencia, suficiente fuerza para más nunca vivir esos tiempos.

¿Qué le pareció el informe de Michelle Bachelet?

Lamentablemente el informe no es objetivo. Cuando uno lo lee a detalle se da cuenta que la fuente no tiene sustento. No negamos las grandes dificultades que estamos atravesando, la mayoría de esas dificultades producto del bloqueo incesante, ilegal e inmoral. En este momento tenemos retenido en cuentas internacionales recursos que son de los venezolanos y las venezolanas que nos permite pagar sin pedirle a nadie operaciones, medicinas, alimentos que necesita el pueblo venezolano y los Estados Unidos no nos permite pagar porque nos bloquean las cuentas. Eso por supuesto genera un gran nivel de dificultad en materia de salud, de alimentación, en materia de repuestos que necesita la industria venezolana para producir o materias primas y afecta la vida cotidiana de nuestro pueblo.
Creemos que el principal daño que se le está haciendo al pueblo venezolano es producto de las sanciones y exigimos a los organismos de Derechos Humanos que hagan una crítica contundente a este bloqueo para que el pueblo venezolano pueda continuar su vida y disfrutar todos los derechos que legalmente le corresponde. Ningún gobierno extranjero tiene derecho a bloquear la posibilidad de que lleguen medicamentos, repuestos para la industria de cualquier sociedad, independientemente de cómo valoren al gobierno de turno. Una cosa puede ser una sanción individual que le coloquen a X persona, a nosotros eso no nos importa. Lo que sí queremos denunciar con mucha fuerza es que a Venezuela se lo ha sometido desde el 2014 en un bloqueo que es ilegal e inmoral utilizando a los mismos organismos sociales. Sería interesante ver cómo fue la evolución de las cifras sociales, de alfabetización, de acceso al agua, de acceso a los ingresos, de acceso a pensiones, de acceso a la tecnología, de acceso a las vacunaciones, desde el año 2000 que llegamos hasta el 2014 que arranca el bloqueo con las sanciones de Obama con todo el esfuerzo internacional que hizo Estados Unidos por debilitar a empresas petroleras, por debilitar la OPEP y por debilitar la posibilidad de acceso al crédito del pueblo venezolano. Es decir, a partir de ahí empieza a verse reflejado claramente cómo esas iniciativas económicas ilegales, inmorales afectan la vida cotidiana de los venezolanos y las venezolanas y nosotros creemos que cualquier análisis que se quiera hacer de Derechos Humanos, sin negar que podemos mejorar todas las cosas que hacemos, pero no se puede ocultar la ilegalidad, la violencia, lo inmoral y el efecto que están generando las sanciones norteamericanas en la vida cotidiana del pueblo venezolano.