Garzón, un remedio de su propia medicina

348

JUAN GUAHÁN| Al juez español Baltasar Garzón le están dando una lección de política y estrategia internacional. Llevado por la altura de su ego, de su gigantesca autoestima, pensó que era lo mismo juzgar, como responsables de crímenes de lesa humanidad, a dictadores de  nuestros países tercermundistas que hacerlo con otros del Primer Mundo.

Su “vocación de justicia” llegaba hasta perseguir al franquismo. Nunca se le ocurrió iniciarles juicios a los responsables de las grandes potencias por los crímenes en Viet-Nam o acá más cerca en Irak, Afganistán o Pakistán o Libia. No obstante ello a los “dueños del mundo” les pareció demasiado que se meta con un mandatario europeo.

Aunque este “error de apreciación” no es el único pecado de este juez.

El sistema judicial español lo tiene contra las cuerdas y lo ha inhabilitado para seguir “impartiendo justicia” por varios años. Los motivos son diversos. Pero su “mala suerte” empezó el día que quiso investigar y considerar como “delitos de lesa humanidad” los que fueron cometidos por el franquismo.

Garzón pasó a ser una figura mimada por la prensa internacional y por diversos sectores progresistas cuando persiguió a genocidas argentinos y al dictador chileno Augusto Pinochet y logró que lo detuviera la justicia inglesa.

No fue capaz de entender que la actual concepción de “Justicia Universal”, en la que él está involucrado, tiene poco de “Justicia”. El mayor interés de la misma es, para los países más poderosos, tener una “carta en la manga” que les permitiera “blanquearse” frente a sus propias actividades delictivas. Permitieron y promovieron que se aplicara a sujetos como Pinochet o Jorge Videla, más allá de la justa sanción a estos genocidas, para “limpiar” su imagen respecto del apoyo que les habían brindado. No olvidemos que esas dictaduras fueron el fruto de la Doctrina de Seguridad Nacional, creada por los propios Estados Unidos.

Pero hay otros detalles de la actividad de este Juez Garzón que es bueno tener presente. Por juicios amañados por este Juez, hay en las cárceles españolas más de 750 presos vascos, la mayoría de ellos torturados, según lo pudieron comprobar organismos de la propia Unión Europea. Es el mismo Garzón que en Colombia hizo pública su “Doctrina Garzón” para que a los presos acusados de terrorismo se les amplíen los días de detención sin ningún tipo de control, a los fines de recoger mayor información.