Francia también votó a la izquierda, contra la ultraderecha
Isabella Arria
El triunfo del Nouveau Front National y el tercer puesto de la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen desmiente la catarata periodística que quiso imponer el imaginario colectivo de que Europa giró hacia la derecha y a la ultraderecha. El resultado electoral en Francia se suma a los resultados en Gran Bretaña España y los países nórdicos que son gobernados por fuerzas progresistas.
- Una “gran coalición” en Francia para alejar el peligro de la ultraderecha
- Ahora, a la izquierda francesa le toca gobernar para el pueblo
El primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció que mañana presentará su dimisión tras las elecciones de este domingo pero se mostró dispuesto a dirigir el Ejecutivo de forma provisional ante la situación de bloqueo parlamentario y por la cercanía de los Juegos Olímpicos.
Jean Luc-Melenchon, líder del Nuevo Frente Nacional, urgió al presidente Emmanuel Macron a nombrar un primer ministro de izquierda. «Macron debe inclinarse y aceptar su derrota», dijo. Mélenchon destacó la movilización electoral para “arrancar un resultado que se decía imposible”, refiriéndose a una victoria de la izquierda.
“Nuestro pueblo ha descartado claramente la peor solución. Esta noche, Agrupación Nacional está lejos de tener la mayoría absoluta”, celebró, calificándolo de “un inmenso alivio para millones de personas que constituyen la nueva Francia”.
El Nuevo Frente Popular ganó las elecciones legislativas y obtendría entre 172 a 192 escaños; el partido del presidente Macron estaría entre 150 a 170 escaños; la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen quedaría entre 132 a 152; y la derecha tradicional de los Republicanos se situaría entre 57 a 67 escaños.
Esas cifras suponen una sorpresa después de que la ultraderecha ganó de forma holgada la primera vuelta, con el 33,15% de los votos, y seguía en cabeza en los sondeos y en las últimas proyecciones de escaños que se divulgaron hasta el viernes, último día de la campaña.
Artistas, deportistas, sindicatos y organizaciones se movilizaron para frenar la llegada al poder de la extrema derecha, como la estrella del fútbol Kylian Mbappé, que había llamado a votar «del lado bueno», en estos tensos comicios.
En un discurso pronunciado ante centenares de personas reunidas en la capital para celebrar la victoria de la izquierda, el político consideró un «alivio» que no se haya producido la victoria anunciada de la extrema derecha. Pero también argumentó que los resultados «confirman la derrota del presidente y de su coalición» y le pidió que «no intente escapar de esa derrota con subterfugios».
Melenchon aseguró que el jefe de gobierno tiene que ser del Nuevo Frente Popular, la coalición que su partido, la izquierdista La Francia Insumisa, formó con socialistas, comunistas y ecologistas. «Y tiene que aplicar su programa y solo su programa», recalcó Mélenchon, que rechazó entrar en negociaciones con la coalición de Macron.
Además, consideró que el nuevo Ejecutivo tiene que aplicar su programa «por decreto», con medidas como la derogación de la reforma de las pensiones aprobada el año pasado por Macron, introducir el bloqueo de los precios de algunos productos y subir el salario mínimo.
Macron pidió «prudencia» tras conocerse las primeras proyecciones y aseguró que su alianza de centroderecha «sigue bien viva». «La cuestión es quién gobernará a partir de ahora y logrará una mayoría», agregó. Quiere una coalición “coherente” para llegar a los 289 diputados para poder gobernar y pasar su legislación, pero ha decidido cancelar su discurso: no habló al país.
Uno de los objetivos de la izquierda francesa ha sido frenar el crecimiento de la formación liderada por Le Pen. La clave resultó ser el NFP, la coalición creada el 10 de junio para estas elecciones, en honor al bloque Frente Popular, que en 1935 se opuso al fascismo.
Varias hipótesis emergen: una difícil coalición entre parte de la izquierda y el macronismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la Unión Europea. Una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa de Mélenchon, y el oficialismo. Macron calificó durante la campaña a este partido de «antiparlamentario» y «antisemita», por calificar a Israel como genocida.
La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen lamentó la derrota de su partido, pero recordó que han duplicado sus apoyos, por lo que consideró que “pone los cimientos de la victoria futura”. “Esto es una victoria en diferido”, aseguró Le Pen, que no pidió la dimisión del presidente, Emmanuel Macron, pese a lo que consideró un “fracaso” del jefe del Estado.
Jordan Bardella, presidente de Reagrupación Nacional, señaló que «Estos acuerdos llevan a Francia a los brazos de la extrema izquierda». Criticó la alianza de todos los partidos, afirmando que «estos acuerdos llevan a Francia a los brazos de la extrema izquierda de Mélenchon», y ha resaltado que RN ha obtenido un resultado histórico.
La frustración del líder de extrema derecha era evidente: «Privar a millones de franceses de llevar su opción política al poder lleva al país a la incertidumbre y la inestabilidad», se atrevió a decir. «Esta noche comienza todo», dijo a sus seguidores.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)