Europa está sola y asustada

europa crisis1Juan Guahán-Question latinoamérica|

Europa sabe que, de un tiempo a esta parte las cosas no vienen bien paran su vocación cultural de ser el centro del mundo. Mejor dicho, si las cosas pintaban mal, ahora con el triunfo de Trump, en Estados Unidos, todo les parece peor. Por eso lucen como solos y asustados.

Europa, cada vez más, se parece a un museo de lo que fue Occidente. Esa potencia, dueña de la cultura occidental, que “nos vendió” -como si fuera cierta- una historia cargada de falsedades (que algún día habrá que aclarar) está transitando una crisis poco esperanzadora. Cuando vivía uno de sus momentos de apogeo conquistaron y colonizaron, diciendo que las “descubrían”, a las tierras americanas. Trataron como si fueran dueños absolutos a estas tierras y sus millones de pobladores, al igual que a otros territorios y habitantes de Asia y África. Pero, como sobre el planeta tierra no hay eternidad posible, la taba se está dando vuelta y la vieja Europa comienza a percibir los signos de su decadencia histórica.

Estos comentarios están motivados por el hecho que, en estos días, anduvo fatigando las calles de Buenos Aires un personaje que no conviene dejar pasar percibido.

fr charlieSe trata de Michel Houellebecq el escritor francés cuyos libros se venden por millones en Europa. Más allá de este hecho, saltó a la fama porque en enero del año pasado iba presentar su última novela –“Sumisión”- cuando se produjo el atentado a la revista satírica Charlie Hebdo, que dejara el saldo de una docena de muertos. En ese libro -cuya presentación tuvo que postergar por algunos meses- ambientado en el año 2022 plantea que un Presidente islámico gobernará Francia. Todo vieron en esa novela una apoyatura al nacionalismo conservador de Marine Le Pen que el próximo año disputará, a los muy parecidos socialistas y neoliberales, el gobierno de Francia. Allí advertía sobre el “peligro” que significaba para Francia la inmigración árabe-musulmana.

El escritor francés se sacude los calificativos de racista y xenófobo diciendo que él solo aspira a la “independencia” de su país. Sus obras navegan sobre la fatiga del individualismo occidental y el derrumbe del orden establecido a partir de 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial. De alguna manera coloca, a partir de ese momento, la decadencia de Europa, con el inicio de su dependencia de los Estados Unidos y el fin de una autonomía que la sumieron en el desconcierto actual. Desde hace algunos años Europa carece de rumbo y ya no decide sobre las grandes causas mundiales.

brexitSus partidos y alternativas políticas tradicionales, ya sean socialistas, social cristianos o de otras especies semejantes, todas de tinte neoliberal, no guardan mayores diferencias entre sí. El hartazgo parece dominar el escenario europeo y diversas variantes independistas ocupan los espacios políticos. Por abajo crece el malestar social ante una crisis económica que parece no tener fin. Pero, por otro lado, quienes aspiren quedar dentro de lo “políticamente correcto” no pueden salirse de ese libreto. Los líderes políticos, los empresarios y los grandes medios de comunicación, también los artistas y celebridades dan –con sus fiestas y declaraciones- la idea que “todo está bien”. Por eso –después- cuando aparecen determinados resultados electorales se sienten sorprendidos, es que la “procesión iba por dentro”.

Si grave era la situación de Europa, por su dependencia respecto a los Estados Unidos, ahora la situación pinta para ser más grave. A partir del próximo 20 de enero, Donald Trump gobernará ese país y Europa quedará aún más sola.

Todo occidente padece esta crisis. Hoy controlan el 56% de la producción mundial y continuando con la tendencia actual para el 2030 esa proporción caerá al 25%. Frente a este fenómeno acuden a las respuestas proteccionistas en lo económico y la búsqueda en el pasado cultural de los valores y las identidades perdidas.

El “brexit” del Reino Unido votando por la separación de la Unión Europea fue el campanazo de alarma, la elección de Trump incrementó el miedo y la soledad europea. Hace pocos días ganó en Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea, un nacionalista admirador del ruso Vladimir Putin. El 4 de diciembre eligen gobierno los austríacos y el candidato con mayores posibilidades representa esa misma tendencia. El año que viene serán las cruciales elecciones francesas y habrá que ver si -esta vez- la segunda vuelta permite, con una confluencia de fuerzas, derrotar a Le Pen, la candidata nacionalista.