Esto no es una universidad
JM. Rodríguez
Entiendo que en Venezuela hay alrededor de 40 universidades oficialmente aprobadas. Aunque son instituciones que otorgan títulos académicos en el más alto escalón del sistema educativo, su fin último no es ese, es profundizar en el conocimiento. Y para que tal cosa ocurra tiene que haber desarrollo del pensamiento crítico.
Esto es esencial en las universidades estatales, pues ellas, en razón del interés de la sociedad, no pueden estar asociadas a intereses corporativos, sean mercantiles, religiosos o políticos.
Mas aún, el pensamiento crítico no puede ser profundizado y desarrollado en singular, la transdisciplinariedad, es decir, el atravesar los límites de cada disciplina, es absolutamente necesario. Esto significa que una universidad no es una sumatoria de escuelas estancas y menos aún una escuela única. Tal cosa sólo sirve a intereses unidireccionales, llámense academias mercantiles, claustro de observantes o escuelas de cuadros. Tales formas adolecen de las conexiones, enlaces y encajes que brotan en los espacios libres que rodean las escuelas.
Para que las universidades superen las tradiciones escolásticas y napoleónicas, deberían meter en un baúl la engañosa búsqueda de la verdad, bajarle dos a la rigidez de las estructuras administrativas: facultades, escuelas e institutos; integrando sus conocimientos con un régimen abierto, de múltiples salidas, vinculado con las necesidades del que hacer cotidiano de la sociedad y las exigencias del futuro que ha convenido con el Estado. En fin, contribuir a la conformación de una nación integral, es decir, consciente, libre e igualitaria.
Lo anterior viene a cuento porque a la crisis de todas nuestras universidades estatales, se le agrega esa nueva tendencia de crearlas ahora simulando universidades con lo que es sólo escuelas: Universidad de la Seguridad, Universidad de la Comunicación, Universidad de los Hidrocarburos, Universidad de los Trabajadores, Universidad de las Comunas, Universidad del Transporte o Universidad Evangélica. Nada que ver con esa universidad que alguna vez describió Mao Zedong: que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento…