Escándalo en Colombia: reformas bajo amenaza

XINHUA/JOHN PAZ

Leopoldo Puchi

“Colombia vive estos días pendiente de una trama política que incluye ingredientes más propios de una serie de Netflix que de la vida real. Escuchas ilegales, polígrafos, ambición, chantajes, audios y amenazas acorralan al Gobierno de Gustavo Petro”. De esta manera describe un artículo de El País los últimos sucesos de la política colombiana.

Sinopsis

El escándalo involucra a Laura Sarabia, que ha sido separada de su cargo de jefa de Gabinete, y a Armando Benedetti, el exembajador de Colombia en Caracas. El primer episodio se desencadena cuando la niñera del hijo de Sarabia, Marelbys Meza, denunció en la revista Semana que fue obligada a someterse a una prueba de polígrafo, por un dinero desaparecido en la residencia de Sarabia.

A partir de ahí, se sucede una serie de eventos en los que se desvelan tensiones y reproches entre Sarabia y Benedetti, que culminan con la difusión de los grotescos audios del exembajador en los que amenaza con revelar informaciones sobre supuestas irregularidades en el financiamiento de la campaña electoral del actual presidente.

Sombras

Sin duda, esta trama palaciega seguirá su curso en nuevos episodios llenos de intriga y misterio, revelando las sombras de una manera retorcida de hacer política que aún no ha sido superada ni en Bogotá ni en otras capitales del mundo.

Es en ese turbio mundo de la realidad colombiana, y no en un universo habitado por ángeles, donde Petro ha llegado al poder. Él mismo es parte de esa cruda realidad y, a su vez, representa una alternativa para superarla. Surge la pregunta de si debemos descartar la posibilidad de aprobar las reformas previstas. También es una incógnita si se han puesto en marcha los hilos ocultos de los centros de poder para detener las reformas.

Reformas

Las propuestas de Gustavo Petro expresan un intento de actualizar el capitalismo en Colombia, un sistema atrapado en estructuras y mentalidades heredadas del pasado. Estos elementos son los pilares de la segregación social, la concentración de la riqueza, la violación extrema de los derechos humanos. Además, el clasismo, la exclusión y el racismo son males persistentes en la sociedad colombiana.

Petro ha planteado un enfoque basado en reformas concretas en áreas como la economía, servicios sociales y el medio ambiente como vía para alcanzar una sociedad más justa y equitativa. En lugar de buscar una revolución abrupta y radical, apuesta por un proceso de cambio gradual. En esta visión, Petro reconoce la importancia de una solución negociada al conflicto armado y la consecución de una paz plena y duradera como elementos indispensables para lograr la modernización de Colombia.

Herramienta

A pesar de que el programa de Petro propone reformas moderadas, ha encontrado una implacable reacción conservadora. En este contexto, el reciente escándalo palaciego podría convertirse en la herramienta para frenar los cambios que Petro ha buscado implementar durante su mandato. De alguna manera, estos acontecimientos afectan la gobernabilidad en un momento en que la coalición inicial se ha desintegrado debido a la negativa de los factores de centroderecha a respaldar las reformas en el Congreso. Asimismo, la relación del gobierno con sus aliados políticos y sociales podrá resultar dañada, ya que demandan explicaciones y responsabilidades.

(Xinhua/John Paz)

Por otra parte, resulta crucial tener en cuenta la actuación del Fiscal Francisco Barbosa, quien es un adversario político del Presidente y ha sido señalado de encubrimiento de homicidios y corrupción judicial.

Blando

En medio de esta situación turbulenta, el alcalde de Medellín expresó: “Nada de blando tiene el Golpe de Estado que le están tratando de dar al Presidente Petro. Será un milagro si termina su periodo”.

La continuidad del gobierno de Petro no depende únicamente de que las acusaciones carezcan de fundamento o de que las grabaciones filtradas no constituyan pruebas de delito. Existe una batalla política que utilizará la percepción formada en la opinión pública para intentar defenestrar al Presidente o, en el mejor de los casos, paralizar su gestión durante meses en una defensa agotadora.

Las reformas, por muy moderadas o limitadas que sean, están supeditadas a la correlación de fuerzas política. Y esta solo se altera cuando entran en escena y se movilizan las clases populares. De esto dependerá el destino del gobierno de Petro y de que prevalezca la voluntad de cambio sobre los intereses que se oponen a las reformas.