Erdogan es una visita conflictiva aún cuando falta a la cita
Garabed Arakelian |
“Con los armenios ya cumplimos y venimos cumpliendo más que suficiente”, dijo el productor rural, y agregó: “pero cuidado con perjudicar el comercio que tenemos con Turquía que desde hace ya unos cuantos años nos viene comprando ganado en pie”.
La advertencia es oportuna en el marco de los reclamos que el sector rural ha planteado al gobierno uruguayo. Pero, ¿qué vinculación tiene ese “cumplir con los armenios” con el comercio con Turquía? ¿Cómo podría darse esta colusión entre temas que parecen tan ajenos? Sencillamente, Turquía dice, o da a entender, que si Uruguay quita o baja el apoyo que mantiene respecto al reconocimiento del Genocidio, ella, en contrapartida, sube el nivel de sus compras. En cambio, si Uruguay mantiene su posición, ese cupo podría disminuir y hasta desaparecer.
Y aunque parezca insólito pues hasta ahora no tiene antecedentes, esto no es lo único que está saliendo a luz en la consideración y respaldo que hasta ahora Uruguay le ha dado al tema del Genocidio de los Armenios, ya que la asociación que nuclea a los medios de comunicación (ANDEBU) con fuerte y dominante presencia de los canales privados de televisión, se ha sumado recientemente a los reclamos que el sector rural plantea al gobierno nacional. En esa tesitura también a los medios de comunicación les preocupa que el respaldo al reconocimiento del Genocidio y el apoyo a la comunidad armenia en sus denuncias de negacionismo por parte del gobierno turco, perjudicaría las excelentes relaciones de intercambio comercial que se están dando mediante las series televisivas de origen turco que dominan los programas de la televisión privada en Uruguay desde hace un par de años.
Efectivamente, según la Asamblea de Exportadores Turcos, Turquía ya es, después de USA, el segundo mayor exportador mundial de series de TV y, por lo tanto, es un importante rival para las telenovelas latinoamericanas. Acá en Uruguay ha logrado desplazar a las generalmente buenísimas telenovelas brasileras, un premio no por mejor calidad, sino por otras razones, que no sería difícil rastrear.
“Y entonces qué”, se quejó una joven abogada integrante de la colectividad armenia, al escuchar estas argumentaciones que manejaban algunos activistas, “¿una vez más y nada menos que en Uruguay nos van a negociar?” Aquí están los puntos sustanciales en el desarrollo futuro de este tema. Con el aplazamiento de la visita de Erdogan, si bien estos planteos han perdido carácter de inminencia, no han desaparecido. Por el contrario podrían afianzarse y reaparecer bajo distintas formas.
Sin duda que los gobiernos de Turquía y Azerbaidjan que trabajan juntos, muy juntos, están informados de la tensión social promovida por “la gente de campo” enfrentando al gobierno de Tabaré Vázquez y encuentran cierta predisposición para hablar ahora con otros actores sociales, otro lenguaje. Es aquel que explicaron tan bien los ingleses hace doscientos años al afirmar :”Inglaterra no tiene amigos, tiene intereses”. “Y también nosotros”, puede agregar alguno de los interesados.
Con este planteo, las diversas facetas que presenta el relacionamiento con la República Turca se hace más complejo aún pues los reconocimientos del Uruguay desde el año 1965 no pueden dejarse de lado e ignorar el papel fundamental que los partidos políticos y los políticos como individuos, casi que sin fisuras, han mantenido hasta ahora en cuanto al reconocimiento del Genocidio cometido contra el pueblo armenio por parte del gobierno turco.
La autopropuesta de visita por parte de Erdogan, surgida sin consulta previa y casi como imposición para ser recibido, los actos y homenajes para lucimiento personal propuestos para el protocolo a seguir en la anunciada visita, sin reparar y considerar la agenda presidencial del doctor Tabaré Vázquez, justifican y explican el fastidio que invadió a la diplomacia uruguaya que, pese a eso, mantuvo la calma, con gran nivel, ante la avalancha de quienes actuaban con criterios de dominación colonial.
Erdogan, con su estilo sultanezco, ha tenido problemas no solo porque ha provocado reacciones en aquellos lugares donde hay presencia armenia y kurda sino en otros lugares donde la ciudadanía y particularmente los jóvenes del país lo reciben con el grito de “Asesino”, algo que le exaspera, y así como los reprime en su país tiene centenares de periodistas y escritores detenidos en su haber- procede del mismo modo en Chile, Perú, Ecuador y USA, propinando golpizas y agrediendo a los ciudadanos que manifiestan en su contra.
Los resultados de la balanza comercial son interesantes para Uruguay aunque en un 80 por ciento se trata de ganado en pie y otras materias primas, con escaso o nulo valor agregado. Para Turquía en cambio, estos resultado comerciales no son significativos, pero Uruguay le interesa desde el punto de vista de una estrategia geopolítica para insertarse en América Latina con avances y dominio, a partir de lo económico, que le permita influir luego en aspectos culturales y de allí en lo político. Su política es establecer convenios y tratados comerciales como lo viene haciendo con Colombia, Ecuador, México, Perú , mientras que un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile está vigente desde 2011, y tiene previsto hacer lo mismo en Centro América donde ya lleva adelantadas negociaciones para tratados comerciales que pasaron de US$1.000 millones anuales en el año 2000 a más de 8 mil millones de dólares el año en el 2016 según la información brindada por el ministro de economía turco, Mustafa Elitas.
Y no es solo eso, también ha duplicado su presencia diplomática en la región, pasando de seis embajadas en 2009 a un total de 13 en la actualidad, además de abrir oficinas de la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) en México y Colombia.
La ofensiva diplomática de Ankara ha aproximado al presidente Recep Tayyip Erdogan a América Latina en dos oportunidades: a Cuba, México y Colombia el año pasado y a Chile, Perú y Ecuador a inicios de 2016. Pero en términos económicos, más allá de que “toda monedita sirve”, ningún país en particular y la región en conjunto tienen hasta ahora una presencia visible e importante en la economía turca.
A pesar del notable aumento registrado en la última década y media, el comercio con América Latina apenas representa un 1,8% de los intercambios globales de Turquía.
Y ningún país latinoamericano figura en la lista de sus principales socios comerciales. Brasil es el socio comercial más grande que tiene Turquía en Latinoamérica. Le sigue México, que se presenta como la puerta de entrada al mercado de EE.UU. y que aún así no figura en la tabla de socios con alguna relevancia para Turquía.
Pero América Latina, y particularmente el Río de la Plata, son objetivos importantes en la política de avance y penetración que tiene diseñada Erdogan, con el objetivo de eliminar manifestaciones de reconocimiento del Genocidio de los Armenios y evitar las denuncias del negacionismo, por ello aunque haya tenido que cancelar su visita esta vez, seguramente estará en la región con la reunión de la G-20 que en noviembre de este año(2018) está programada en Buenos Aires.
*Docente, sindicalista, periodista y dirigente socialista uruguayo. Dirigente de la comunidad armenia en Uruguay