Entre el Litio y materias primas, entre tierras raras y el hambre en el mundo
La dicotomía de la indecencia “disminuye, pero aumenta“ en África y Asia occidental
Eduardo Camín
Lanzado durante el Segundo Balance de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios (UNFSS+4) en Addis Abeba. El infome El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI 2025) de este año publicado por cinco agencias especializadas de las Naciones Unidas, indica que entre 638 y 720 millones de personas se enfrentaron al hambre en 2024.
El informe se realizó sobre la base de la estimación puntual de 673 millones, lo que representa una disminución de 15 millones de personas con respecto a 2023 y de 22 millones con respecto a 2022.Sin embargo, el progreso no fue consistente en todo el mundo, ya que el hambre continuó aumentando en la mayoría de las subregiones de África y Asia occidental. La cifra sigue siendo tan escalofriante, e inmoral que se nos ponen los pelos de punta al escribir estos artículos.
Cada día más 20.000 personas mueren de hambre en el mundo. De ellas, al, menos 18.000 son niños de entre uno y cuatro años. Es decir, ocho de cada diez personas que pierden la vida por culpa del hambre son niños muy pequeños. Mira simplemente a tu alrededor si tienes hijos o familiares de esa edad y podrás hacerte una ligera idea del drama de cada una de esas familias.
Si bien la disminución es bienvenida, las últimas estimaciones aún se mantienen por encima de los niveles anteriores a la pandemia, y la alta inflación de los alimentos de los últimos años contribuye a la lenta recuperación de la seguridad alimentaria. No obstante, se observan mejoras notables en el sur de Asia y América Latina. La prevalencia de la subalimentación en Asia disminuyó del 7,9 % en 2022 al 6,7 %, o 323 millones de personas, en 2024. Además, América Latina y el Caribe como región vio caer la prevalencia de la subalimentación al 5,1 %, o 34 millones de personas, en 2024, frente a un máximo del 6,1 % en 2020.
Lamentablemente, esta tendencia positiva contrasta fuertemente con el aumento constante del hambre en África y Asia occidental, incluso en muchos países afectados por crisis alimentarias prolongadas. La proporción de la población que se enfrenta al hambre en África superó el 20 por ciento en 2024, afectando a 307 millones de personas, mientras que en Asia occidental se estima que el 12,7 por ciento de la población, o más de 39 millones de personas, puede haber enfrentado hambre en 2024.
Sin olvidar que se proyecta que 512 millones de personas podrían estar crónicamente desnutridas para 2030. Casi el 60 por ciento de ellos estarán en África.
Algunas Cifras
– Entre los indicadores de nutrición infantil, la prevalencia del retraso en el crecimiento en niños menores de cinco años disminuyó del 26,4 % en 2012 al 23,2 % en 2024, lo que refleja el progreso mundial;
– La prevalencia del sobrepeso infantil (5,3 por ciento en 2012 y 5,5 por ciento en 2024) y de la emaciación infantil (7,4 por ciento en 2012 y 6,6 por ciento en 2024) se mantiene prácticamente sin cambios;
– El porcentaje de bebés menores de seis meses alimentados exclusivamente con leche materna aumentó significativamente, del 37.0 por ciento en 2012 al 47.8 por ciento en 2023, lo que refleja el creciente reconocimiento de sus beneficios para la salud;
– La prevalencia de la obesidad en adultos aumentó del 12.1 por ciento en 2012 al 15.8 por ciento en 2022;
– Nuevos datos muestran un aumento en la prevalencia mundial de anemia entre las mujeres de 15 a 49 años, del 27,6 por ciento en 2012 al 30,7 por ciento en 2023;
– Las estimaciones de un nuevo indicador de los ODS introducido en el informe revelan que alrededor de un tercio de los niños de 6 a 23 meses y dos tercios de las mujeres de 15 a 49 años cumplían con la diversidad dietética mínima.
Esto pone de manifiesto el inmenso desafío de alcanzar el ODS 2 (Hambre cero), advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la agencia de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Causas del hambre en el mundo
Son muchas las causas del hambre en el mundo. Ellas mismas se retroalimentan y se conectan. Entre las más relevantes podemos destacar la pobreza y exclusión social, que se han convertido en una de las principales causas de hambre. Cerca de mil millones de personas sobreviven con menos de 1,25 euros al día, lo que genera la falta de alimentos, vivienda digna y acceso a los servicios públicos.Todo esto da lugar, a su vez, a que sean excluidos de la sociedad.
Por otra parte, también juega un rol el cambio climático, la escasez de agua, la desertificación, las tierras estériles, la deforestación, los huracanes, las inundaciones y terremotos, entre otros muchos fenómenos, han originado los llamados refugiados climáticos. La ONU señala que hay unos 250 millones de personas afectadas por el cambio climático. Esto tiene incidencia directa con el hambre en el mundo. Asimismo, debemos mencionar las plagas que afectan el rendimiento de las cosechas, así como la reciente pandemia provocada por el COVID-19. Ambas provocan hambrunas en multitud de países.
También se destacan los conflictos armados que han ocasionado grandes desplazamientos de la población afectada, obligando a las personas a huir de la violencia, agresiones y la falta de recursos para vivir. Estas personas llegan a un país extraño y se convierten en refugiados, perdiendo sus derechos más básicos.
Consecuencias del hambre en el mundo
El hambre en el mundo tiene repercusiones graves en la población y, sobre todo, en su desarrollo. La inseguridad y las crisis alimentarias aumentan en los países más vulnerables.
Por ejemplo, en las regiones donde existen conflictos armados, la población no puede seguir cultivando y produciendo sus alimentos. Además, se produce un aumento de la inflación por la situación en guerra de los países, provocando una subida de precios en los alimentos.Las personas que no tienen acceso a una alimentación sana y equilibrada comienzan a padecer de malnutricióny desnutrición. En este aspecto, los niños son los más afectados ya que pueden desarrollar una desnutrición crónica, que tiene consecuencias graves en su crecimiento.
Además, las personas pueden sufrir enfermedades por mala alimentación. Esto, unido a la falta de acceso a los servicios públicos, les impide recibir una atención sanitaria adecuada y, por tanto, una recuperación resulta casi imposible.El hambre en el mundo sigue aumentando y, con ello, el retraso del crecimiento infantil. Debemos recordar que los niños son los más vulnerables durante los periodos de inseguridad alimentaria, no recibiendo los requerimientos nutricionales en la infancia.
Más de 200 millones de niños de todo el mundo están desnutridos o tienen sobrepeso. Es decir, sufren de malnutrición y desnutrición. Este elevado número de afectados se debe a las consecuencias de una mala alimentación y serias deficiencias en el sistema alimentario, que impide un correcto desarrollo evolutivo en la infancia, según informa Unicef.
La atención integral de la primera infancia garantiza un desarrollo físico y motor, además de un crecimiento rápido de sus cuerpos y sus cerebros. Que los niños no se alimentan bien afecta directamente a sus vidas y su desarrollo. La tasa de mortalidad infantil es un problema de todos y está directamente relacionada con estas situaciones. Aunque a veces pasemos ésto por alto, una educación nutricional correcta es la clave para cualquier infante.
El hambre en el mundo … ¿los problemas del capitalismo?
Actualmente, miles de organizaciones públicas y privadas, junto a los gobiernos, buscan una serie de soluciones para acabar con el hambre en el mundo. Entre estas se plantean mejorar el acceso al agua (ya privatizada) y los sistemas de saneamiento: sin duda la alimentación y el agua son dos elementos que están intrínsecamente relacionados. La escasez de este líquido vital y los alimentos van de la mano. Por eso, es esencial garantizar el derecho fundamental del agua y asegurar, así, el acceso a los productos alimenticios.
Por otra parte, se plantea mejorar el desarrollo agrícola y acceso a los alimentos. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ha asegurado que la producción agrícola mundial alcanza para alimentar a la población del planeta. No obstante, es necesaria una correcta distribución de los productos para que tengan acceso a ellos. Esto es una prioridadclave para mejorar las cosechas de las zonas más pobres de África para que ellos mismos puedan cultivar sus alimentos.
Otros de los ítems que se desarrollan es dar prioridad a la educación ya que ésta es una de las vías principales para garantizar la seguridad alimentaria. Es clave que los niños tengan acceso a una educación de calidad para romper el ciclo de pobreza en las sociedades con problemas económicos graves. Por otra pate, hay un llamamiento a la ciencia para que camine de la mano para luchar contra la desnutrición y estudie tratamientos novedosos que pueden ayudar en casos críticos.
La inseguridad alimentaria afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a niños y mujeres. La situación se ve agravada por la falta de financiación humanitaria para abordar las necesidades de las personas afectadas. La reducción de la pobreza, la promoción de la agricultura sostenible y la mitigación del cambio climático son clave para combatir el hambre en el mundo…
Hasta ahora siempre pensamos que esta tragedia afecta especialmente a aquellos lugares que no tienen acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria, y todos aquellos servicios básicos para que todo ser humano tenga una vida digna. Pero cuando de capitalismo se trata en esta corriente neoliberal deshumanizante de los Trump y la barbarie del anarco liberalismo de los Milei, nos llaman a una reflexión más profunda.
Una lacra, transformada en una amenaza que afecta tanto a niños, niñas, jóvenes, adultos como a ancianos en las regiones no solamente en los países más vulnerables, sino que cada vez más se avizora en países emergentes… En realidad no somos víctimas del subdesarrollo sino de un perverso mal desarrollo…
*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)