En tres meses se fugan de España más de 61 mil millones de euros

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INFORME Q| El Banco de España informó que en el primer trimestre del año se reportó una fuga masiva de capital extranjero que superó 61 mil millones de euros, lo que situó la inversión foránea en la economía de este país en el índice más bajo en la historia reciente: 37.54 por ciento.

La llegada al poder del derechista Mariano Rajoy, quien ha aplicado duros programas de recortes a servicios públicos e inversión, tampoco pudo evitar la entrada en recesión.

Según se informó hoy, la economía decreció 0.3 por ciento en los primeros tres meses del año. La situación es de extrema gravedad y empeora día tras día, con lo que las principales autoridades políticas y financieras europeas se mantienen en vilo, ante una eventual intervención.

La situación económica española es “tenebrosa”, según palabras de un analista financiero que sigue desde su despacho en la bolsa de valores el devenir del flujo de capital. Algunos datos estadísticos confirman esa sentencia: el desempleo está en el nivel histórico más alto, con 5 millones 600 mil personas, lo que representa 24.4 por ciento de la población económicamente activa (PEA); la economía se encuentra en recesión, al decrecer en el primer trimestre 0.3 por ciento; la recaudación fiscal disminuye, al tiempo que las exigencias de dinero público para mantener el Estado y las prestaciones sociales aumentan; el sistema financiero es cada vez más cuestionado por las agencias de calificación y por los propios inversionistas, quienes asumen como inminente la desaparición de algunos bancos y cajas pequeños y la depuración de los grandes; además, el modelo productivo sigue asentado en los mismos cimientos de hace tres décadas: la construcción, los servicios y el turismo.

A este panorama desolador se sumó la información dada a conocer por el Banco de España, el cual confirmó uno de los principales temores: que los inversores extranjeros empiecen a huir del país y a canalizar su dinero a destinos más seguros y productivos.

En el primer trimestre del año, es decir, ya con el derechista Partido Popular (PP) en el poder, la inversión extranjera en deuda del Estado se redujo de 281 mil 439 millones de euros a 219 mil 601. O sea, una diferencia de 61 mil 838 millones, lo que representa 21.9 por ciento menos. Reducción drástica en sólo un trimestre, que disminuyó aún más la participación de inversionistas extranjeros en la deuda del Estado, al pasar de 50.48 por ciento a 37.54.

Uno de los principales temores de los inversores, además de la paulatina pero permanente subida de la prima de riesgo española, es la “intoxicación” del conjunto del sistema financiero por la crisis estructural del sector inmobiliario y de la construcción. Es un sector que hoy está virtualmente paralizado, pero que fue, durante más de tres décadas, eje del llamado “milagro económico español”, pero que en realidad era una “burbuja inmobiliaria”.

En inversiones de cartera, la salida de capitales fue de 6 mil 61 millones de euros en febrero, de los que 3 mil 883 millones fueron disminución de inversiones de los extranjeros en España y 2 mil 177 millones aumento de inversiones españolas en el exterior. En las inversiones financieras la fuga de capitales españoles fue de algo más de 13 mil 500 millones, mientras la de los inversores extranjeros fue de 17 mil 340 millones. Esa fuga de más de 30 mil millones sólo se vio parcialmente compensada por el incremento de la inversión directa (2 mil 505 millones) y de la posición neta en derivados financieros (2 mil 817 millones). El saldo final del mes es de 25 mil 548 millones negativos para España.

Al dato negativo de la fuga masiva de capital extranjero se sumó la confirmación por el Instituto Nacional de Estadística de que la economía entró en recesión en el primer trimestre del año, con un decrecimiento de 0.3 por ciento.

Anciana se encadena al Banco de España

Mientras los datos macroeconómicos empeoran, los efectos de la crisis en la sociedad son cada vez mayores y de más gravedad. Hace cinco meses una mujer de 76 años de edad fue desahuciada de su hogar en Almería por incumplir el pago de un crédito de su hijo, del que fue aval ante el banco.

Su hijo quedó sin empleo, no pudo afrontar la deuda y tanto él como su madre se quedaron sin casa. El sistema financiero fue implacable.

De ahí el malestar y la indignación de la anciana española, Ángeles Belmonte, quien decidió encadenarse junto con su hijo en la sede central del Banco de España en Madrid. Es una protesta para llamar la atención del presidente del gobierno, para que vea “las injusticias que sufrimos miles de personas” por los bancos y otras instituciones de crédito. Esta mujer protagonizó hace semanas otra protesta, al encadenarse en una de las sedes de la caja de ahorros que la condenó al desahucio. Fue desalojada por la Guardia Civil, que la multó con 90 euros. Ahora, ante una nueva amenaza de la policía con penalizarla de manera económica, la anciana ironizó: “No tengo ni para pagar el pan, no sé cómo piensan que voy a cubrir sus multas”.

La familia de Ángeles Belmonte platica con toda crudeza los efectos de la crisis en España: de sus tres hijos, ninguno tiene trabajo. Ella cobra una pensión mínima por viudez (no supera 400 euros), con lo que intenta mantener a sus ocho nietos.