En recuerdo de Héctor Mujica, a 20 años de su muerte

Aram Aharonian

Héctor Mujica fue un personaje inolvidable y un entrañable amigo, que se nos fue hace veinte años, ya. Conocí su bonhomía apenas llegué a Caracas como corresponsal de Prensa Latina en marzo de 1986, y lamenté que en 2002, cuando empezaba a vislumbrarse una nueva Venezuela, se nos fuera, en la montañosa Mérida.

Fue uno de mis “anfitriones” en Caracas. Solíamos almorzar los domingos en algún restorán de la avenida Solano junto al maestro Federico Álvarez , su esposa Olga Dragnic, el periodista argentino venezolanizado Jorge Cahue, mi esposa Nora y mi hija, aún muy chica, Aní. Sí, rueda de periodistas, porque Federico también había sido, como Héctor, director de la Escuela de Comunicación Social, donde enseñaba Olga. Jorge Cahue, que había llegado a Venezuela transmitiendo una vuelta automovilística desde Argentina, dirigía entonces el semanario Élite, de la cadena Capriles.

En 1978 se convirtió en abanderado de su partido para las elecciones del 3 de diciembre de ese año. Era la segunda vez en la historia que el Partido Comunista Venezolano concurría con candidato propio: la primera había sido en 1948, cuando Gustavo

Héctor Mujica, un político honesto, por su 94 cumpleaños – América 2.1Milagros Socorro recuerda una fotografía, tomada por Tito Caula en 1978, que da una clave de la personalidad y la vida de Héctor Mujica. “La asimetría del rostro, una mitad reflexiva, con una mirada de angustiosa melancolía, y la otra, luminosa, dulce y bonachona, nos habla de una ambigüedad y un cierto combate interior. Mientras que la ropa, -no por audaz en la combinación, carente de calidad; sobre todo el blazer, bien cortado y de tela elegante-, la ropa, decíamos, muestra el contraste de lo claro y lo oscuro: lo apolíneo y lo dionisiaco, la disciplina y la disipación, lo logrado y lo que nunca fue”, añade la periodista.

Los liberales Sofía Imber y Carlos Rangel, se mostraron siempre muy respetuosos con el comunista Héctor Mujica en las repetidas ocasiones en que lo convocaron al estudio de televisión. Cuando en 1976 triunfó en las elecciones del Colegio Nacional de Periodistas, Sofía dijo que ese triunfo sorprendía porque Héctor era militante «del partido más cerrado y sectario de la izquierda marxista venezolana, que es el Partido Comunista ortodoxo». Héctor le respondió con dos palabras: “Militante devoto”.

Más allá del trato caballeresco, Mujica le dijo a Carlos Rangel que su libro «Del buen salvaje al buen revolucionarlo» era «inadmisible» y que él quería rebatírselo al autor. «Debatirlo con Carlos, pero soy incapaz de escupirle a Carlos Rangel… Eso lo hace Pinochet pero no lo hace Héctor Mujica. Eso no lo hace un comunista y eso no lo hace un revolucionario».Instituto de Altos Estudios Bolívar-Marx on Twitter: "Tal día como hoy 14  de febrero en el año 2002, partía a la inmortalidad revolucionaria el  camarada Héctor Mujica, periodista, sociólogo, escritor, militante histórico

En una entrevista Imber y Carlos Rangel en 1978, cuando fue candidato por el partido Comunista, les espetó: “Yo soy comunista desde muy muchacho, desde los 16 años. Creo que soy el primer larense candidato a la Presidencia de la República y, por supuesto, el primer caroreño candidato”

“Me hice comunista en Caracas, cuando vine a estudiar el 5° año de bachillerato en el Liceo Andrés Bello (porque en Barquisimeto para el año académico 44-45 solo había un liceo, y hasta 4° año, que era el Lisandro Alvarado, y el Colegio La Salle, donde estudiaron Escovar Salom, mi coetáneo, Luis Herrera y José Vicente Rangel, pero ahí había que pagar y, por supuesto, mi madre no tenía con qué).

“Estudié la primaria en la Escuela Lara, de Barquisimeto; en el Liceo Lisandro Alvarado, la secundaria hasta 4° año; en el Andrés Bello, el 5° año de bachillerato; y luego hice Filosofía en la UCV, con Ernesto Mayz Vallenilla. Es la primera promoción que se graduó en Filosofía [1951]. Hacerme comunista que ha sido la decisión más afortunada de mi vida, porque creo en la imperiosa necesidad de construir una nueva sociedad”, les dejó en claro.

Obra literaria

Héctor Mujica - Portafolio Teóricos latinoamericanos y venezolanosMiembro del grupo literario Contrapunto, liderado por Andrés Mariño Palacios, su obra narrativa y ensayística es injustamente desconocida: Pez dormido (1947), La historia de una silla (Antonio Leocadio Guzmán) (1958), El imperio de la noticia (1967), El imperio de la noticia (1967), Las tres ventanas (1970), Experiencias de un candidato (1979), Cuento de todos los diablos, La noche de los ayamanes, Chile desde adentro, Venezuela desde afuera, Los tres testimonios y otros cuentos (1967), Sociología de la comunicación (1980), El Inquieto Anacobero: Confesiones de Daniel Santos (1982), Como a nuestro parecer (1984), Sociología de la Comunicación (1980), entre otros.

En 2018, el Papel Literario del diario El Nacional rescataba sus opiniones sobre comunicación: “Cuando Héctor Mujica hablaba de “contaminación cultural” en plena turbulenta década de los sesenta, estaba rompiendo, nada más y nada menos, con el modelo dominante de los efectos de los medios y con la misma categoría de Industria Cultural. Su apuesta cultural pareciera estar más cercana a las ideas de Walter Benjamin, quien sostiene que los medios no degradan necesariamente el arte: La obra de arte reproducida se convierte, en medida siempre creciente, en reproducción de una obra artística dispuesta para ser reproducida”.

Incluso cuando Héctor Mujica sostiene la idea “de una distinta esfera cultural” a modo de contaminación simbólica, en el buen sentido del término, pudiéramos decir que se adelantó a los planteamientos de los estudios culturales latinoamericanos de la década de los noventa en los que destacaban las propuestas de la hibridad cultural de Néstor García Canclini y de las mediaciones sociales de Jesús Martín Barbero, respectivamente.

Caroreño internacional

Héctor  nació en Carora, estado Lara, el 10 de abril de 1927 –en plena dictadura gomecista-, hijo natural (nacido fuera del matrimonio) del eminente pediatra Pastor Oropeza y Águeda del Carmen Mujica, lo que no significó, por cierto, que creciera sin padre. Si Oropeza no le dio su nombre, sí le dio todo su apoyo cuando Héctor, ya convertido en militante comunista, se metió en serios problemas con la dictadura de Pérez Jiménez.

A sus amigos intelectuales les hablaba de la uva caroreña, de los caballos (no tanto como Luis Alberto Crespo), de los aristócratas del Club Progreso… Varias noches compartimos opíparas cenas, bien regadas con whisky y vino, en su apartamento en San Bernardino, junto a escritores cubanos o chilenos de visita en Caracas, y hasta con el ministro del Interior…

En varias oportunidades fue jurado del Premio José Martí de Periodismo de Prensa Latina, y del Premio Casa de las América, oportunidades que servían para pasar una quincena, al menos, en La Habana, con sus amigos escritores y periodistas de medio mundo, whiskies (no ron) mediante. Es un “tara colonial”, reconocía.

Dicen sus biografías que Héctor Mujica pertenece a la generación de intelectuales venezolanos que asumen al marxismo como teoría para abordar la realidad venezolana y latinoamericana. Desde muy joven es reconocido por luchar por las reivindicaciones sociales de los más desposeídos.

Héctor hoy cumpliría 93 años, de Vicglamar Torres - César Miguel Rondón
Con su segundas esposa, Julia Elena Añez

Ingresó en 1944 a la organización Unión Popular Venezolana, agrupamiento legal del Partido Comunista de Venezuela (PCV); y sorprendió con su pluma abordando el periodismo de opinión. Durante sus estudios universitarios de Filosofía, obtuvo una beca del Centro Cultural Venezolano-Francés para estudiar en París. En la capital francesa, en la posguerra (1949) recibe un Certificado de Estudios Superiores en Psicología y Psicopatología, realizado en la Universidad de París y en el Hospital Santa. Ya se había integrado al grupo literario Contrapunto.

El enfrentamiento clandestino contra el gobierno de Marcos Pérez Jiménez y su militancia comunista lo llevaron a la prisión en varias oportunidades. Fue preso y torturado en la Cárcel Modelo de Caracas. En 1955, logra salir al exilio en Chile, gracias a la intervención de su padre.

En Santiago, se graduó de periodista en la Universidad de Chile y colaboró en los diarios El Siglo, vocero de los comunistas chilenos, donde escribió por cerca de 3 años la columna semanal “Los hombres y las cosas”, firmada con el seudónimo de Joaquín Jiménez; Las Noticias de Última Hora y en La Gaceta de Chile, dirigida por Pablo Neruda. Testimonio de este destierro son las crónicas publicadas en Chile desde adentro y Venezuela desde afuera.

De regreso al país en 1958, se incorporó a la Universidad Central como profesor de la cátedra de Periodismo Informativo y de Opinión, y luego, hasta 1964 asumió la dirección de esta Escuela, donde impulsó la publicación del Boletín Universitario de la UCV, la creación de la colección Cuadernos y la fundación de la Imprenta Universitaria.

Fue justamente en el Boletínn de la UCV donde escribió la entrevista hecha en La Habana al Che Guevara, una vez que triunfó la Revolución en Cuba;

Llegó al Congreso Nacional como diputado suplente del Distrito Federal por el PCV (1959-1964), y fue diputado principal del Estado Lara por Unión Para Avanzar (UPA) (1969-1974).

Regresó a Europa en 1964, para trabajar en sus proyectos sobre técnicas de la información y comunicación social; en Roma dicta cursos en la Escuela de Técnica de la Información durante el año lectivo 1965-1966. Asumió la presidencia de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), en 1967-1968. En la Universidad Central de Venezuela vuelve a la dirección de la Escuela de Héctor Mujica - Wikipedia, la enciclopedia librePeriodismo (1969-1970). Con la creación del Colegio Nacional de Periodistas gana las elecciones para su directiva, triunfo que atribuyó a su “condición humana aglutinante, unitaria y respetuosa de las ideas de los demás”.

Académico, ensayista, periodista y militante político del comunismo venezolano, se dedicó a recrear la historia patria intentando reivindicar el papel del pueblo en la lucha por alcanzar la instauración de una verdadera democracia.Al ejercer simultáneamente el reporterismo y la militancia política le valió reconocidos éxitos en el periodismo y, persecución, cárcel, torturas y exilio por defender sus ideales durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

Casuales casualidades, su hijo Michel, director de la Escuela de Sociología de la UCV, le entregó el título de socióloga a mi hija Aní, en el Aula Magna de la Universidad, en .

Héctor Mujica murió en Mérida, donde había fijado residencia con su tercera esposa, el 14 de febrero de 2002, hace 20 años. Estaba muy delicado de salud y le sobrevino un paro respiratorio. El chavismo no supo reconocer su grandeza.

Desde París, su hijo Michel, embajador venezolano en Francia, recordó: “Se fue en el día del amor y de la amistad. Siempre uno de sus emblemas básicos de su condición humana fue valorar la amistad y el amor y por eso fue un buen comunista. Sus hijos, amigos y camaradas valoraron sobre todo su condición humana”.