En Quito, las caras y las máscaras: La derecha “bonita”, la izquierda, las encuestas y las elecciones..

KINTTO LUCAS| En las elecciones del 23 de febrero en Quito hay dos modelos en diputa: un modelo integrador e incluyente representado por Augusto Barrera y uno desintegrador y excluyente representado por Mauricio Rodas. Los medios de comunicación intentaron posicionar la idea de que atrás de Barrera está el Presidente Rafael Correa. Algo un tanto obvio si vemos que pertenecen al mismo sector. Sin embargo, no analizaron o no quisieron analizar a quiénes están detrás de Rodas.ec Augusto BarreraUNO

Más allá de la alianza con Guillermo Lasso que no presentó candidato en Quito para dejar correr solo a Rodas. Más allá del vínculo con Antonio Ricaurte, que a su vez es apoyado por Andrés Vallejo que fuera de la Izquierda Democrática y tiene actos cuestionados por el SRI (Servicio de Rentas Internas), detrás del político neoliberal está la Cámara de Comercio de Quito, su presidente Blasco Peñaherrera Solah y los grandes comerciantes de la ciudad.

Fue demasiado obvia la maniobra sobre el debate, promovida desde Peñaherrera y su Cámara intentando posicionar a Rodas y dejar mal a Barrera. Su propuesta no tuvo eco, pero su maniobra funcionó en un comienzo. Días después, el 11 de febrero, Peñaherrera hizo una rueda de prensa para insistir  en el debate, prácticamente emplazando a Barrera. En la convocatoria trató de fortalecer la idea de que fue el alcalde quien no quiso antes debatir y sus palabras fueron como una exigencia al alcalde. Pero además, cuando habló de los temas a tratar, buscó desvirtuar la gestión de la alcaldía. En política y en campañas electorales, nada es ingenuo.
Con el fracaso político, social y económico de la derecha tradicional ha surgido una nueva derecha que intenta travestirse, ocultar su verdadera cara y quienes están detrás.

Es lo que yo denomino la derecha bonita que muestra ciertas caras supuestamente nuevas como las de Rodas o Capriles, que en realidad son una especie de máscaras de la realidad. Atrás está la cara verdadera. Por ejemplo, atrás de Rodas está Blasco Peñaherrera Solah, está Pedro Freire que es abogado de juicios contra el Municipio, está el propio Capriles, está la Cámara de Comercio de Quito y los grandes comerciantes, está la fundación neoliberal Ethos. Rodas es la máscara la cara real esta oculta. El debate la trasparentó, la sacó a luz. En ese momento la máscara se cayó. Hay que ver si los medios son honestos y dejan de lado la máscara para mostrar a los quiteños y quiteñas la cara real.
En este contexto, no llama la atención que Market trabaje para posicionar a Rodas como antes lo hizo con otros candidatos vinculados a diversos poderes. Market es parte del engranaje vinculado a Blasco Peñaherrera. Además de eso, Market y Cedatos, en menor medida Informe Confidencial tienen una larga historia de errores, que todavía no sabemos si fueron errores o fueron una forma de posicionar las máscaras por delante de las caras. No es necesario volver a mencionarlos, pues ya son bastante conocidos. Las encuestas también han sido una herramienta para ocultar las caras y fortalecer las máscaras.

DOS

Mauricio Rodas y Antonio Ricaurte
Mauricio Rodas y Antonio Ricaurte

Es una pena que algunos analistas o  gente de izquierda prefieran mirar a un lado o no profundicen en el análisis para darse cuenta de lo que está en juego en la elección del 23. Es una pena  que el resentimiento no les haga ver el bosque. Es una pena que no distingan la cara de la máscara. No sé porque, eso me hizo recordar un episodio de 2008, en la Asamblea Constituyente. Al otro día del ataque de Angostura, alguien me hizo llegar un análisis sobre los hechos y las perspectivas de futuro a partir de los mismos.

Cuando comencé a leer me parecía conocido el texto. Me repetía “esto lo conozco”. Al seguir la lectura vi que era un texto escrito por mí un año y medio antes. Alguna “unidad” había hecho un “análisis” sobre Angostura plagiando un texto mío escrito en otra coyuntura. Además de plagiar partía de antecedentes equivocados ya que eran de un año y medio antes. De más está decir que el análisis era un fiasco. El análisis era una máscara. Quien me entregó el texto no dio importancia al hecho, y todavía espero su disculpa. Quien o quienes hicieron el análisis siguen analizando siguen presentando máscaras en lugar de caras. Alguno esperando que Barrera pierda.

Aquellos que se dicen de izquierda y piensan que cuanto peor mejor o sea que ganando Rodas es mejor para debilitar a Correa no solo están siendo mezquinos en su pensamiento sino que parten de una premisa equivocada como aquel análisis sobre Angostura.  Prefieren analizar las máscaras que las caras.

Con Augusto Barrera hemos caminado juntos en muchas luchas sociales durante los 90 y los primeros años de la década del 2000, en algunos momentos estuvimos en veredas distintas. Hay una historia común  y una mirada compartida sobre la necesidad de un cambio social y político en Ecuador y América Latina. También hemos tenido, y seguramente seguiremos teniendo, grandes coincidencias y ciertas discrepancias.

A veces tuvimos discrepancias muy duras. Pero reconociendo unas y otras, hay algo que para mí es estratégico y está por encima de eso: la necesidad de consolidar un camino democrático desde la izquierda. Tanto él como yo podríamos habernos enceguecido en esas discrepancias manteniendo un rencor por encima de las coincidencias y de la mirada política estratégica. Si yo actuara así, sería una miopía y estaría dando paso al triunfo de las máscaras. Es más, sería cómplice de las máscaras. Una actitud así no la podría sostener ningún análisis político. Sería necesario un análisis psicológico.

Desde que estoy en la lucha social y política siempre he tenido posturas claras, sin temor a definirme de qué lado estoy, sin esconder mi visión y,  sobre todo, pensando siempre estratégicamente. Por eso no tuve duda de apoyar desde antes de iniciada la campaña, a Augusto Barrera para la Alcaldía de Quito y a Gustavo Baroja para la Prefectura de Pichincha.

Aquellos que reivindicamos la consolidación de un camino de izquierda, democrático, en Quito, no podemos dudar a la hora de votar para Alcalde. Quienes se dicen de izquierda y le hacen el juego a Rodas son responsables de sus acciones. Las respeto pero nunca las compartiré. En todo caso el futuro dirá cuáles son las consecuencias de la opción que asumimos unos y otros. La realidad es más cruda que un análisis plagiado y siempre nos coloca ante un cruce de caminos que nos puede llevar hacia las caras o las máscaras.

*Vicecanciller de Ecuador 2010-2012. Embajador de Uruguay para Unasur, Celac y Alba en 2013. Actual Director de Mediaciones -Observatorio Latinoamericano de Medios del CIESPAL.