En México, la alianza opositora trastabilla de cara a las presidenciales
Gerardo Villagrán del Corral
El Frente Amplio por México, reciente nombre con el que se bautizó al proyecto empresarial-partidista del Partido Acción Nacional (PAN, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que sucedió a Va por México, nace en medio de turbulencias e indicios de una pronta disgregación, en su intento de desalojar al progresismo del poder y conformar un un gobierno de coalición.
La alianza derechista que busca enfrentar al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del presidente Andrés Manuel López Obrador, intenta repetir lo acordado en la plataforma Unid@s, liderada por los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, de abril de 2023 para las elecciones de Coahuila y Estado de México (Edomex) del 4 de julio. La vencedora en Endomex fue Delfina Gómez, candidata oficialista.
Antes de que se tratara de imponer la candidatura de la senadora Xóchitl Gálvez, del PAN, tres hombres y dos mujeres, estaban en las lucha por la candidatura de la alianza opositora: la senadora Beatriz Paredes (PRI); Santiago Creel (PAN), presidente de la Mesa Directiva de Diputados; la senadora del PRI Claudia Ruíz Massieu; Silvano Aureoles, uno de los fundadores del PRD, agrónomo y exgobernador de Michoacán y Enrique de la Madrid Cordero (PRI), hijo del expresidente priísta Miguel de la Madrid.
Durante la última semana inició el registro y las declinaciones de las ‘corcholatas’ del opositor Frente Amplio por México con el fin de enfrentar al candidato de la oficialista Morena en las próximas elecciones de 2024 cuando se elegirá al nuevo presidente. El término corcholatas no necesariamente se refiere a ese tapón que llevan las bebidas embotelladas, aunque sí se refieren a “destapar” algo o, mejor dicho, a alguien.
Fue el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comenzó a hablar de corcholatas, al comentar que ya había ciertos perfiles con la capacidad de sucederlo en la presidencia. “Hay muchísimos con Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno, muchísimos”, esbozó el mandatario.
El Frente Amplio por México, reciente nombre con el que se bautizó al proyecto empresarial-partidista del Partido Acción Nacional (PAN, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que sucedió a Va por México, nace en medio de turbulencias e indicios de una pronta disgregación.
Un día antes de que se hiciera público el membrete y se diera a conocer el método con el cual elegirá a su candidato presidencial -que durará casi dos meses y consistirá de tres etapas- ya se había disuelto el “Comité Electoral Ciudadano” que iba a organizar las primarias opositoras. Cinco de sus 11 integrantes renunciaron porque el procedimiento acordado entrega todo el poder decisorio a las cúpulas de los partidos, mientras la sociedad civil organizada se ve relegada a un papel meramente decorativo.
En este escenario convulso, el presidente López Obrador provocó un sismo al interior del mermado Frente al asegurar que cuenta con información fidedigna de que la “consulta para elegir al responsable nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor” es una simulación, pues X. González y sus más cercanos ya ungieron a la senadora Xóchitl Gálvez para ocupar ese cargo. El diario británico Financial Times publicó un artículo titulado “Una outsider amenaza con estremecer la contienda presidencial en México”.
Los medios de comunicación afectos a la alianza opositora se empeñaron en difundir una versión según la cual Gálvez es una persona de extracción humilde que conoce bien los problemas de las clases populares, aunque en realidad es una candidata nombrada el liderazgo de facto de la coalición.
La construcción de esa figura apunta claramente a disputar a Morena votos de sectores progresistas y de izquierda no necesariamente afiliados a ese partido y a desgastar la mayoría que le otorgan todas las encuestas. Tratan de mimetizarse con Morena en su progresismo y su cercanía al pueblo, para disimular la derrota ideológica y su falta de ascendiente sobre las mayorías ciudadanas.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)