En el pico de la ola de calor, hierve la inflación en Argentina

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Juan Guahán

Durante la primera quincena de marzo gran parte de nuestro país, con las provincias de Buenos Aires y Santa Fe a la cabeza, transitó unas tardías oleadas de calor que no aparecían desde hace largas décadas atrás. Sólo faltaban los cortes de luz para provocar el malhumor generalizado al comienzo de este año electoral.

Ante el  creciente el malhumor social, finalmente, el gobierno optó por la intervención por 180 días de la empresa privada prestataria del servicio de energía, Edesur, como respuesta al dilema de los constantes cortes de luz.

El pasado martes cuando se suponía que ese prolongado agobio comenzaba a ceder ante las perspectivas de algunas lluvias, daba la impresión que ese pico de calor estaba haciendo hervir a la inflación. Esa tarde, cuando la temperatura rondaba los 40 grados, tomaron estado público los últimos datos oficiales de la inflación.

Los números del INDEC no dejaban lugar a dudas. Usualmente febrero es un mes con inflación menor a la de los meses que lo rodean. Las razones para ello son ostensibles. Se trata de un mes más corto; los gastos de las fiestas quedaron atrás y el inicio de las clases, con sus equipamientos necesarios, todavía no empezó.

La inflación de diciembre fue del 5,1% y el acumulado anual, para todo el 2022, fue del 94,8%. Eso alentó al equipo económico a pensar que para marzo/abril podríamos estar entre el 3 y 4% mensual. Los datos de enero fueron un aviso, la mensual trepó al 6% y el acumulado anual de enero a enero, fue del 98,8%.

Pero el cachetazo más fuerte vendría con los datos de febrero. Para ese mes la inflación mensual llegó al 6,6%, con un acumulado anual (12 meses, de febrero a febrero) con el 102,5%.

Desde 1991, hace 32 años, es la primera vez que la anual supera el 100%. Por si esto fuera poco, el INDEC aportó otros datos: la Canasta Básica Total (usada para medir la pobreza) subió un 8,3% (un 27,6% más que la general) y la Canasta Básica Alimentaria (utilizada para la medición de la indigencia) lo hizo en un 11,7% (un 43,5% mayor que la general). Esto supone una conclusión espantosa: “los más pobres, padecen mayor inflación”.­

En todos estos incrementos ocupa un lugar importante el aumento de la carne, que rondó el 20%, a pesar de lo cual todavía está bastante por debajo de la inflación general del último año.

Todos esos datos no pueden ignorar que estamos en plena vigencia de la campaña de los “precios justos”, que forman parte del plan de control de precios, que alcanza a 15 sectores de productos de consumo masivo y que toman la pauta, acordada con el gobierno, de un incremento del 3,2% mensual.

Más allá de esta decisión, desde la calle llega una vocería que advierte que los comerciantes en general, los que se conocen como “negocios de cercanía” están remarcando, para seguir comprando a los valores de las planillas que les renuevan los mayoristas, con una previsión del 6% de aumento mensual.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)