En Argentina, La Cámpora se prepara para gobernar
Juan Guahán-Question Latinoamérica|
Cuando se dice que “La Cámpora se prepara para gobernar”, no se está haciendo referencia a una convocatoria para algún plan de formación o algo parecido, sino a una cuestión mucho más concreta y efectiva para sus intereses. Se trata de los avances de este agrupamiento kirchnerista sobre los actuales poderes estatales y el control de aparatos políticos con vistas al futuro.
Esa perspectiva tiene diferentes instancias: el control del Partido Justicialista (peronismo), las candidaturas legislativas para las próximas elecciones, el voto de octubre, las presidenciales del 2023 y de allí en adelante –según sus evaluaciones- lo que el futuro les depare, gobernando al país directa o indirectamente.
La Cámpora es una creación del expresidente Néstor Kirchner para agrupar a las huestes juveniles que lo seguían. La elección del nombre tuvo que ver con varias cuestiones, entre ellas se destaca su identificación con el setentismo. Pero no haciendo eje en la aguerrida resistencia juvenil previa a la dictadura cívico-militar, sino en la persona de un presidente institucional Héctor Cámpora, quien había ganado bajo la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al Poder”
Su creación desde el despacho presidencial y la presencia en la misma de Máximo –el hijo del Presidente- le auguraban el apoyo y control estatal. Así es como nació, para desarrollarse de arriba hacia abajo y atada a los intereses del gobierno.
Paradójicamente, su salto lo pegó con los funerales de su creador. Allí recogió el sentimiento de amplias franjas de aquella juventud. Luego con Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia, y sus “Chicos para la Liberación”, aquella fuerza creció y se consolidó fundiéndose con ese liderazgo.
Hoy es el agrupamiento organizado nacionalmente más importante del peronismo y está totalmente identificado con el cristinismo. La conducción global de dicha corriente tiene a Máximo Kirchner como su cabeza.
Éste -junto a su madre, Cristina- conduce al conjunto del espacio kirchnerista-cristinista y se puede agregar al actual gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof –un escalón más abajo- como otro referente del mismo.
La Cámpora reconoce una segunda línea en la que se destacan Wado de Pedro, Andrés Larroque y Anabel Sagasti, entre otros. Durante el macrismo, La Cámpora fue acumulando fuerza y ganando espacios, fundamentalmente en áreas legislativas. Con el triunfo en las elecciones de 2019 dio otro salto importante.
Hoy Cristina preside al Senado y Máximo es el jefe del mayoritario bloque en diputados y tiene un llamativo acuerdo con Sergio Massa, del cual –por ahora-ambos se benefician. En el gabinete ministerial tienen varios cargos, comenzando por el estratégico Ministerio del Interior, principal encargado de los vínculos con los gobernadores.
El poder de La Cámpora en el territorio, salvo el gobierno aliado de Kicillof en Buenos Aires, todavía es bajo y lo anotan como un objetivo pendiente y al cual acechan. No tiene gobernadores propios, pero sí varios intendentes de lugares tan disímiles como Ushuaia y Río Grande en Tierra del Fuego, Santa Rosa en La Pampa, Quilmes en Buenos Aires. Aspiran multiplicar ese poder para el 2023.
En las estructuras estatales se están arraigando rápidamente, cubriendo los vacíos que se van produciendo. De hecho el área energética, incluida Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), está en mano del cristinismo y La Cámpora. Algo semejante ocurre en otros lugares como Aerolíneas Argentinas,la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) o el Programa de Atención Médica Integral para mayores de 70 años (PAMI).
El tema partidocrático los encuentra al frente del PJ en Mendoza, Capital Federal y Tierra del Fuego. Esta semana se confirmó la lista oficialista del PJ nacional que asumirá en marzo. El presidente Alberto Fernández encabeza la lista elaborada por La Cámpora y delegados del Presidente.
Allí las fuerzas tradicionales, particularmente los poderosos intendentes del Gran Buenos Aires, fueron reducidos a poco más que la nada. El gobernador puntano Alberto Rodríguez Saa aspira a confrontar con otra lista que difícilmente supere los filtros organizativos del PJ.
Ahora queda pendiente la batalla por el PJ bonaerense, donde los kirchneristas que están a la cabeza se resisten a entregarlo porque tienen mandato hasta fin de año. Pero no parece sencillo que logren resistir el embate ya proclamado de Máximo como futuro Jefe del PJ bonaerense.
Máximo, en su reciente cumpleaños número 44 recibió salutaciones, en las cuales era caracterizado como “Presidente”. Según las apreciaciones existentes, dentro de La Cámpora, eso sucederá en el 2023… o en la próxima elección.
Vacunas, vacunación y escándalos
La llegada de vacunas y la vacunación avanzan con bastante lentitud. La causa universalmente planteada es que no se llega a tiempo en la producción de vacunas que los países requieren.
Sin embargo es sabido que hay debates sobre su precio por parte de algunos laboratorios. Eso está frenando algunas entregas por ese motivo, lo que ha sido públicamente denunciado por países de la Unión Europea.
A la Argentina, hasta ahora, llegaron 1.800.000 dosis (1.220.000 de la Sputnik rusa y 580.000 de la Covishield, fabricada por AstraZeneca/Oxford, pero producida en India) El gobierno espera recibir un millón de la china Sinopharm. De ese modo y para fines de marzo espera haber recibido 2.800.000 dosis de vacunas. Con esa cantidad de inoculadores se supone que se podría culminar la vacunación del personal de salud, los docentes y personal de seguridad (según lo reglamente cada distrito), las personas que están alojadas en geriátricos y una parte importante de las personas mayores de 60, 70 u 80 años, según lo disponga cada una de las provincias.
Hasta ahora Argentina viene vacunando con una pronunciada lentitud respecto de los países que han avanzado más rápidamente. Para todos, el futuro del COVID parece estar estrechamente vinculado a las vacunas. Ante el relajamiento de los cuidados sanitarios la vacuna parece ser la perspectiva más seria para contener el avance de este virus.
El escándalo desatado por la provocativa canallada del periodista Horacio Verbitsky (quien reveló que logró vacunarse por ser amigo del ministro), que se agrega a sus antecedentes en medio de la dictadura militar, pusieron fin a la carrera ministerial del titular de Salud, Ginés González García y oscurecen la necesaria trasparencia y justicia en el reparto de las –todavía- escasas dosis existentes.
La pospandemia y sus perspectiivas
Sobre esta cuestión hay dos temas para considerar: En qué momento se inicia la pospandemia y qué espera al país a la salida de esta peste? Respecto a la primera cuestión, más allá de algunas afirmaciones periodísticas, hay coincidencia generalizada que ese feliz momento aún no ha llegado, aunque muchas prácticas generalizadas en la sociedad parecieran indicar lo contrario.
El gobierno nacional sabe que, en este tema, su caja de herramientas para tomar medidas drásticas está casi vacía. Es sabido que no se encuentra en buenas condiciones para reeditar un nuevo parate a la economía, porque –ante la proximidad de las elecciones- olería a suicidio.
Con vistas al futuro, hay algunos datos generales para ir viendo cómo deja al país. Una de las cuestiones más importantes son las gigantescas emisiones que todos los países hicieron. Para los países endeudados, como Argentina, eso agrava aún más la situación ya existente.
Otro aspecto negativo es la desarticulación de la economía, producto del fenómeno que todavía está atravesando. Una manifestación de ello es el gigantesco beneficio recibido por algunos sectores del mundo de los servicios informatizados (Amazon –en el mundo- y Mercado Libre –en el país- son dos muestras). Ese crecimiento hunde en la desesperación a vastos sectores.
Para la continuidad del viejo modelo económico hay dos caminos posibles: un importante crecimiento de las inversiones o un brutal ajuste sobre los trabajadores.
Si esas condiciones se colocan sobre lo que estaba pasando y lo que se vino con la pandemia vemos, como resultado, que el capital crece y aumenta su productividad en los sectores que ya venían ganando y que para las demás actividades sólo queda la perspectiva de importantes inversiones estatales. Lo que es más que difícil para este modelo y estos Estados.
El ajuste sobre el trabajo para aumentar las ganancias es la gran jugada de la mayor parte del empresariado. Hasta ahora, esto último es lo que viene pasando. Habrá que ver hasta dónde aguanta la cuerda. Eso es lo que teme y advierte el FMI, como riesgo para la continuidad del sistema.
* *Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)