ELN: “El proceso de paz colombiano es uno solo”
Sergio Ferrari y Benito Pérez
A más de cincuenta años de conflicto armado en Colombia el inicio de una fase pública de conversaciones entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) parece inminente. Así lo confirma en esta entrevista -realizada por correo electrónico- Nicolás Rodríguez, “Gabino”, primer Comandante del ELN.
Dicho proceso en puerta, que se podría realizar en un país vecino a Colombia, completaría así el diálogo que desde fines del 2012 llevan adelante la otra guerrilla, la de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el Gobierno de Juan Manuel Santos que vivió el miércoles 23 de septiembre un momento histórico con el acuerdo sobre la justicia y víctimas. “Los dos espacios de negociación se complementan”, enfatiza el emblemático dirigente guerrillero. Incorporado con apenas 14 años al ELN en el 1964, el año de su fundación, “Gabino” asumió el liderazgo principal de dicha organización guerrillera en 1998 y desde entonces es su principal referente.
–En la historia de más de 50 años de su organización no han faltado propuestas de diálogo para intentar la solución negociada del conflicto colombiano…
-Así es. Hace 24 años iniciamos diálogos con el gobierno de Cesar Gaviria. El proceso se interrumpió porque el Gobierno colocó la condición de que la insurgencia se localizara en un sitio único y argumentó que era la manera de verificar el cumplimiento de tales acuerdos. Luego, en 1999 retomamos estos esfuerzos con el Gobierno de Andrés Pastrana, con el que logramos un acuerdo sobre una Zona de Encuentro para formalizar el proceso. Pero el Gobierno no quiso firmar, presionado por los paramilitares que se opusieron a dicho proceso.
Desde 2005 impulsamos otras conversaciones, durante la presidencia de Álvaro Uribe, las que fracasaron cuando el Gobierno “pateó la mesa”, para que Venezuela dejara de participar como facilitador de paz, aunque ese país había sido aceptado por ambas guerrillas y el mismo Uribe. Ahora con el Gobierno de Santos llevamos tres años de diálogo exploratorio confidencial, que ha servido para configurar una Agenda de Negociación, con la que daremos inicio a una Fase Pública de conversaciones.
– ¿Esas conversaciones “inminentes” con el Gobierno podrían ser las más serias de este proceso de más de dos décadas de variados intentos –luego fallidos- de negociación?
– Valoro que todos los esfuerzos han sido serios. Lo que pasa es que siempre hemos tenido profundas diferencias con los gobiernos, sobre lo que es la paz y el camino para superar la guerra. El régimen le apuesta al silenciamiento de los fusiles insurgentes como mecanismo de neutralizar oponentes, pero sin que haya cambios en el país. Para nosotros la paz es un camino para que en Colombia haya justicia y equidad social, con democracia y soberanía. Es decir, queremos por la vía política y del diálogo, alcanzar acuerdos para seguir la lucha, por el poder para el pueblo.
-¿De quién depende el logro o no de estas futuras conversaciones y la construcción de la paz?
-La palabra la tienen las clases dominantes, ellas son las que deben comprometerse a que en la lucha por el poder no intervenga la violencia. Y será el tiempo quien diga quién cumple con seriedad. Si ellas o las fuerzas populares.
-Diferentes analistas señalan que esta futura ronda de conversaciones arrancará en Ecuador… ¿Puede confirmarlo?
– Aún no se ha definido cuales son los países que pueden ser sede de los diálogos. Sin embargo está demostrado que hay varios países vecinos que ofrecen suficientes garantías de apoyo político, logístico y de seguridad, necesarias para ser sede de estos diálogos en la próxima Fase Pública.
– ¿Se prevé un acompañamiento de la comunidad internacional?
-Durante toda la fase exploratoria confidencial hemos contado con el apoyo de cuatro países garantes y dos acompañantes, quienes han cumplido una labor destacada. Esperamos seguir contando con su valioso aporte, junto al de otros gobiernos, personalidades e instituciones internacionales.
– ¿Es imaginable una articulación de las dos mesas de negociación, la del ELN y la que implementa la FARC con el Gobierno en La Habana, Cuba?
– Con los compañeros de las FARC estamos de acuerdo en que las dos mesas deben buscar puntos confluyentes. Y en lo posible, en la perspectiva de tener un sólo proceso.
-¿Es posible que algunos de los puntos ya negociados en La Habana sean aceptados también por ustedes?
– No lo descartamos, pero lo principal es que las dos mesas se complementan, dentro de la visión que el proceso de paz colombiano es uno solo.
-Un elemento esencial en toda negociación es el “tiempo político”. ¿Cómo lo entiende el ELN? ¿Hay plazos definidos? ¿Hay metas establecidas? ¿Un calendario discutido o negociado con el Gobierno?
– Creemos equivocado colocar tiempos al proceso de paz y hemos sido críticos con quienes han propuesto plazos cortos para resolver un conflicto de más de medio siglo. Los tiempos deben definirse en la medida que los acuerdos se concreten. No sólo a través de una firma sino sobre la realidad misma, que debe ir cambiando, porque la paz que quiere la mayoría de las y los colombianos son hechos y no solamente una firma de papeles.
-Puede explicar más esta visión…
– En Colombia se han firmado acuerdos de mero papel que luego no se cumplieron y en los que resultaron asesinados, encarcelados o desaparecidos los guerrilleros firmantes. Es muy común además, en mi país, la firma de acuerdos entre las autoridades y el movimiento de masas que luego son incumplidos de manera reiterada por parte de los gobiernos. Por esto enfatizamos que “la paz son cambios y no promesas”.
– ¿Cuáles serán los temas centrales de la negociación ELN-Gobierno?
-En el momento el contenido de la agenda acordada entre el Gobierno de Santos y el ELN, no es público. Solo el punto de víctimas se anunció al país en junio de 2014. Por respeto a la confidencialidad pactada no debo responder su pregunta.
-Desde hace mucho tiempo el ELN ha hablado de la activa participación de la sociedad civil colombiana en el proceso de negociación. ¿Tienen alguna propuesta particular en ese sentido?
– Consideramos que la manera como debe concretarse dicha participación la deben definir las mismas organizaciones populares y sociales. Hemos enfatizado que es indispensable la participación de los sectores sociales, que siempre han sido excluidos del poder y de la vida política del país. Si todos ellos participan, el proceso de paz será irreversible. En Colombia se están dando interesantes procesos de organización del movimiento popular y social, para la participación en el proceso de paz. Lo que constituyen desarrollos importantes para la democratización del país que estamos buscando.