Elecciones en Venezuela: ¿triunfo de la abstención o derrota de la oposición?
Marcos Salgado
Venezuela volvió a votar a menos de un año de las elecciones presidenciales de 2024. En una sola jornada se eligieron a los 24 gobernadores de estados y a los 285 miembros de la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral. En los dos comicios se impuso por amplísimo margen el chavismo, que obtuvo 23 de las 24 gobernaciones y el 90 por ciento de las bancas de la Asamblea Nacional.
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“Es una victoria gigantesca, cualquier cosa que digan para ocultar esta victoria, es un acto delirante”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional y diputado reelecto, Jorge Rodríguez, durante el programa de los lunes del presidente Nicolás Maduro. Rodríguez (habitual jefe de campañas electorales del chavismo) indicó que el oficialismo obtuvo 1 millón 300 mil votos más que en las regionales anteriores, en 2021.
En los comicios regionales del 21 de noviembre de 2021 el Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados alcanzaron algo más de 3 millones 700 mil votos. Cuatro años después, la suma de los votos a sus candidatos a gobernador orilló los 5 millones. “A los que han dicho que ayer se impuso la abstención, les digo que obtuvimos 1 millón 300 mil votos más que en la elección del año 2021”, indicó Rodríguez.
Los números duros de estos comicios son también un golpe a los cómputos inventados por la oposición en las elecciones del año pasado, cuando con la ayuda de medios hegemónicos y algunos presidentes “progresistas” impusieron el relato de una victoria difícil de creer en la vida real y una debacle del chavismo que, queda claro ahora, también era un invento.

Mapa rojo rojito
El mapa estado por estado, muestra la victoria contundente. En 2021, diversos candidatos de oposición obtuvieron 4 de las 23 gobernaciones. Esta vez, solo una: el estado Cojedes, en los llanos venezolanos. Todas las demás se pintaron de rojo. El chavismo coronó con éxito una estrategia dual: combinó reelección con liderazgos emergentes. Y ganó en los dos formatos.
Los emergentes, por caso, funcionaron para recuperar el estado Nueva Esparta, la conocida Isla Margarita, con Marisel Velásquez, una alcaldesa local. El mismo esquema funcionó en Zulia: en el que tal vez sea el mayor batacazo de la jornada, el alcalde del municipio Mara, Luis Caldera, será el próximo gobernador del estratégico estado. Desplaza a quien a priori parecía intocable, el referente opositor Manuel Rosales.
Y todos los gobernadores del PSUV que iban por la reelección ganaron. Ernesto Luna en Monagas, Primitivo Cedeño en Portuguesa, Freddy Bernal en Táchira, Gerardo Márquez en Trujillo, Miguel Rodríguez en Amazonas, Luis José Marcano en Anzoátegui, Rafael Lacava en Carabobo, Víctor Clark en Falcón y José Alejandro Terán en La Guaira.
La ola roja rojita llegó también a Barinas, el estado natal del comandante Chávez, que había quedado en manos de la oposición en las regionales anteriores, en lo que se presentó como una suerte de decadencia definitiva del chavismo. Tanto no era así que quien ganó la gobernación no es otro que Adán Chávez, hermano del comandante y gobernador entre 2008 y 2017.

La oposición, derrotada
La victoria oficialista brilla más si se ve lo que sucedió del otro lado. A la ya mencionada derrota de Rosales en el Zulia, se suman los muy módicos resultados de conocidos opositores como Henrique Capriles. El dos veces candidato a presidente ingresó a la Asamblea Nacional al frente de una lista a la que no le fue bien. Otro opositor conocido, Juan Requesens, fracasó en el estado Miranda.
Según datos iniciales, el partido de gobierno y sus aliados obtendrían el 90 por ciento de las bancas de la Asamblea Nacional para el período 2026-2031. Muy por encima de los dos tercios necesarios para impulsar leyes especiales o nombrar jueces y rectores del poder electoral. El chavismo festejó en la misma noche de domingo lluvioso en la plaza Bolívar de Caracas. No es para menos.
Y fue Maduro (acaso el principal vencedor del 25 de mayo), quien dejó claro qué es lo que sigue. En declaraciones a periodistas luego de votar en una escuela del sur de Caracas, dijo que el sistema electoral venezolano necesita “modernizar, ampliar y traer a la realidad el nuevo sistema político”. Postuló la creación de un sistema electoral basado en circuitos comunales .
Maduro propuso una transformación profunda del poder electoral. Dijo que el organismo comicial tiene que transformarse y “hablar el lenguaje de la gente de la calle”. En esa línea, el presidente, insistirá con una reforma constitucional, aunque dejó entrever que el proyecto podría presentarse recién el año que viene, ante la nueva Asamblea Nacional, con una presencia opositora testimonial y sin ninguna influencia.