El triunfo sandinista cumplió 39 años… y Daniel Ortega sigue ahí
Victoria Korn, desde Managua |
Miles de personas conmemoraron en Managua el 39 aniversario del triunfo de la revolución sandinista, y corearon un “se queda, mi comandante, se queda”, pese a la represión contra las protestas antigubernamentales por parte del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que en los pasados tres meses dejaron alrededor de 350 muertos.
Con banderas, gorras y pañuelos la multitud tiñó de rojo y negro –colores de la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)– la plaza La Fe, una explanada en el malecón de Managua. “Aunque te duela, Daniel se queda”, coreaba la multitud en la plaza colmada, que contrastaba con el silencio de las calles aledañas.
La revolución sandinista, en la que participó el presidente, triunfó el 19 de julio de 1979 y puso fin a la dictadura de la dinastía Somoza.
“En su momento, Ortega supo ser héroe de verdad. Pero hoy, su tragedia cierra con la de muchos procesos antimperialistas de los países semicoloniales (Irak, Siria, Libia), en los que las contradicciones, lejos de dirimirse entre malos y buenos (parusía de los intelectuales y partidos confesionales), conllevan alianzas entre buenos y no tan malos, junto con malos y no tan buenos”, señala el analista argentino-mexicano José Steinsleger, quien participó de la gesta sandinista.
“Una historia en la que el pueblo de Nicaragua derrotó tres intervenciones militares de los yanquis, y que los Ortega-Murillo han deshonrado, destiñendo la bandera rojinegra en rosa y gris, y optando por asociarse con miserables como Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, ex presidentes que los antecedieron en el cargo, añade.
El binomio Ortega-Murillo enfrenta una profunda crisis que estalló el 17 de abril tras un ajuste económico y una fallida reforma al seguro social. Las protestas que se fueron hilvanando en buena parte del país en los últimos tres meses han dejado más de 350 muertos, según organizaciones civiles.
Junto con las protestas se hilvanó asimismo una intensa campaña de terrorismo mediático cartelizado –a través de los medios hegemónicos en todo el continente- con algunas verdades y muchas mentiras (fake news) sobre la realidad.
Quisieron rebajar los salarios, las jubilaciones y aumentaron la edad jubilatoria y el país estalló. “Lo único que se les ocurrió fue reprimir con parapoliciales y con la policía. El Ejército no interviene en esto porque se reserva en caso que el Gobierno caiga. Entonces aplica policía de choque contra los campesinos y los estudiantes”, señaló el analista internacional del diario mexicano La Jornada, Guillermo Almeyra.
Por supuesto que en esto mete la cuchara Estados Unidos, y por supuesto que si cae, la derecha va a aprovecharse, pero la alternativa es que se vaya y dejar que los sandinistas verdaderos, que existen, se presenten a elecciones, añadió. Pero analistas de los principales medios estadounidenses, señalan que de llamarse a nuevas elecciones sin restricciones, es probable que Daniel Ortega venza nuevamente, ante la falta de opciones.
El jueves en la plaza, en un mensaje muy cargado contra la Conferencia Episcopal, el presidente aseguró: “Yo pensaba que eran mediadores (de la mesa de paz con la oposición), pero estaban comprometidos con los golpistas”.
Ortega recibió el apoyo de los presidentes de Venezuela y Bolivia. Nicolás Maduro, afirmó que “Ante las agresiones imperiales, el gobierno de Nicaragua ha derrotado el plan terrorista y golpista” y Evo Morales, tuiteó que Estados Unidos “está desplegando estrategias criminales contra el gobierno del hermano Daniel Ortega”.
En Washington, Todd Robinson, Consejero para Asuntos de América Central del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo que su gobierno analiza “todas las opciones” para buscar una solución a la crisis nicaragüense.
“Es muy irónico y cínico que en el 39 aniversario de la caída de Somoza, el régimen de Ortega está aplastando a su propia gente”, añadió, obviando el apoyo y financiamiento de Washington a las agresiones militares y económicas contra Nicaragua, incluyendo el sonado caso Irán-contras.
Almeyra calificó como “terrible la actitud del dúo Ortega-Murillo”, que hizo las peores concesiones a la derecha, “hizo acuerdos, los fomentó con la derecha y la jerarquía de la Iglesia católica. Se hacían pasar por izquierdistas financiados por Venezuela, pero aplicaban una política de derecha procapitalista, que a EE UU le venía muy bien”
La revolución sandinista cumplió 39 años. Muchos de sus sueños quedaron olvidados en el camino, otros se cristalizaron. Muchos de los protagonistas de la revolución se apartaron de la vida política, otros siguen peleando dentro del FSLN, no siempre del lado del presidente. Mientras, Daniel Ortega y Rosario Murillo siguen a cargo del gobierno.
* Periodista venezolana asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la). Desde Managua.