El racismo dominicano genera la construcción de muro fronterizo con Haití
Victoria Korn
El presidente de República Dominicana, el empresario Luis Abinader, presidió el inicio de la construcción de un muro de 160 kilómetros de extensión en la frontera con Haití, con la excusa de frenar la migración irregular y el contrabando de mercancías, hecho que es calificado como muestra de xenofobia y racismo del gobierno dominicano.
Santiago Riverón, alcalde de la nordesteña Dajabón, donde Abinader inauguró el muro, dijo que está en desacuerdo “con este tipo de muro”, pues “el verdadero muro es el económico” y la corrupción. “Se va a hacer un muro físico. Ahora tenemos que trabajar con el muro en la mente de los militares, que son los que se aprovechan en la frontera y reciben un soborno de 100 o 200 pesos (2 o 4 dólares) para dejar cruzar a los haitianos ilegales a territorio dominicano”, afirmó Riverón. República Dominicana tiene 10,5 millones de habitantes, de los cuales 500.000 son haitianos.
Abinader adelantó que ya esta semana se instalará un sistema avanzado de control biométrico para registro de las personas que entren al país por los pasos fronterizos regulados, un sistema diseñado por la empresa trasnacional alemana Dermalog. República Dominicana y Haití comparten la isla caribeña de La Española.
El presidente dominicano dijo que su país no puede hacerse cargo de la grave crisis política y económica de Haití, ahondada desde el asesinato del presidente Jovenal Moïse el 7 de junio último, ni resolver el resto de sus problemas. «Insisto, una vez más, a las grandes naciones del mundo para que acudan en rescate de Haití como corresponde», señaló.
“La grave crisis institucional y de seguridad” de Haití ha llevado a su población a “una preocupante situación de inestabilidad política y social, así como a una galopante crisis económica y alimentaria”, expresó.
Abinader reiteró que esta crisis “debe ser superada por los mismos haitianos y atendida por la comunidad internacional”, en particular Estados Unidos, Francia y Canadá, con apoyo de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El muro “inteligente” tendrá unas 170 torres de vigilancia y control, 71 puertas de acceso y una verja física de hormigón armado y una estructura metálica de una altura de 3.90 metros, que el presidente Abinader inauguró su construcción, un año después de la promesa hecha en ese sentido. El proyecto tendrá una inversión aproximada de 31 millones de dólares y su ejecución está previsto que dure cerca de nueve meses.
«Esto es una verja que beneficiará a ambos países porque permitirá controlar el comercio bilateral, regular los flujos migratorios para combatir así las mafias que trafican con personas, hacer frente al narcotráfico y a la venta ilegal de armas», dijo
Además «de proteger las crianzas de ganaderos y sembrados de los productores agrícolas, con esta malla combatiremos de distintas formas el crimen organizado que han querido tomar como base de operaciones los límites fronterizos de ambos países, por los que el beneficio para las dos naciones será de gran importancia», justificó.
El ministro de Defensa, teniente general Carlos Díaz, detalló que la división consistirá en un muro de hormigón armado y una estructura metálica de 3,90 metros de altura y 20 centímetros de espesor..
La primera parte constará de 54 kilómetros de muro físico con 19 torres de vigilancia, 10 puertas de accesos con 54 caminos para patrullaje y será construida en unos nueve meses; con una inversión en la primera etapa por un equivalente de 30.8 millones de dólares.
Xenofobia
El sociólogo Alfonso Dilla Alonso señala que Haití y República Dominicana constituyen un sistema socioeconómico desigual y muy conflictivo. Uno de los componentes claves de este sistema es la movilidad de haitianos a República Dominicana, donde ocupan espacios en mercados laborales vitales para la economía nacional.
Esta relación se reproduce desde una construcción ideológica xenófoba y racista, que tuvo su expresión más trágica en la desnacionalización masiva de ciudadanos de origen haitiano en 2013. El mito de la «invasión pacífica» haitiana, sin embargo, parece no ser apoyado por los resultados estadísticos de las últimas encuestas de migrantes, asevera.
El capitalismo neoliberal construye su propia lógica de fronteras, multiplicándolas y transformándolas en función de la acumulación y de los entramados de poder que le garantizan. Por eso, perfora las fronteras internacionales para dejar pasar flujos crecientes de mercancías y, al mismo tiempo, levanta muros para prevenir «nuevas amenazas».
Las fronteras devienen filtros que optimizan los cruces, convierten a los trabajadores y trabajadoras en aliens, las mercancías en contrabando y la cultura del otro en folclore. La pandemia ha hecho su parte, produciendo una biopolítica desnuda excluyente e insensible, señala Dilla Alonso.
William Charpentier, coordinador de la Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados, consideró que «cada vez que se asoma en el mundo» la idea de construir un muro fronterizo se despierta «resentimiento, xenofobia y racismo». En República Dominica, denunció, se vive una «persecución permanente», con deportaciones masivas de indocumentados e impedimentos a migrantes legales para renovar documentos o alquilar una vivienda.
A diferencia de las grandes ciudades, la dinámica en la frontera es diferente, con un intercambio comercial muy vivo y personas que cruzan de ambos lados para trabajar y regresan al final del día a sus hogares. “Hay un intercambio informal constante que no puede ser considerado contrabando. Si se bloquea, vas a tener flujos de migración interna desde poblaciones fronterizas a zonas urbanas», alertó.
Destacó Josué Gastelbondo, jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Santo Domingo, que «sectores como la agricultura y la construcción requieren mano de obra extranjera» e indicó que lo ideal es que «medidas como ésta de incrementar el control fronterizo» sean complementadas «con medidas que promuevan la migración regular y ordenada».
**Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)