El premio Nobel acusa a Trump de represalias políticas sin justificación económica

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Tatiana Carlotti – Opera Mundi

El economista Paul Krugman, ganador del Premio Nobel de Economía en 2008 y columnista de The New York Times, publicó en la noche del miércoles (09/07) un duro artículo en la plataforma substack en respuesta a la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 50 % sobre los productos brasileños.

En el texto, titulado «El programa de protección al dictador de Trump» (Trump’s Dictator Protection Program), Krugman afirma que la medida constituye una represalia política contra el Gobierno brasileño por llevar al expresidente Jair Bolsonaro a juicio tras un intento de golpe de Estado. «El argumento utilizado por Trump simplemente no tiene justificación económica legítima», escribió. «Se trata claramente de un castigo político por el hecho de que Brasil haya llevado a Bolsonaro ante la justicia».

Krugman recordó que no es la primera vez que Trump utiliza los aranceles como instrumento de coacción, contraviniendo los fundamentos del sistema multilateral de comercio creado tras la Segunda Guerra Mundial. «Trump ha intentado repetidamente convertir la política comercial de Estados Unidos en un instrumento de intimidación, en oposición al modelo de integración económica que busca promover la paz y la estabilidad», destacó.

Según él, históricamente, Estados Unidos ha defendido el comercio internacional como un medio para fortalecer la democracia, exactamente lo contrario de lo que se está haciendo ahora.

Exportaciones a Estados Unidos: menos del 2 %

El economista ironizó sobre el carácter desproporcionado de la medida, subrayando que Brasil es una nación con más de 200 millones de habitantes y que las exportaciones brasileñas a EE. UU. representan menos del 2 % de su PIB. «¿De verdad Trump cree que puede utilizar los aranceles para intimidar a una nación que no depende significativamente del mercado estadounidense? La idea es absurda», criticó. Calificó la decisión de «megalómana» y «maligna».

En uno de los pasajes más contundentes, Krugman fue directo al señalar la gravedad política de la medida: «Si todavía tuviéramos una democracia que funcionara, esta maniobra con Brasil, por sí sola, ya sería motivo suficiente para un juicio político. Claro, tendría que ponerse en la cola detrás de todos los demás motivos».

Para Krugman, la nueva escalada arancelaria representa un paso más en la «espiral descendente» de la democracia estadounidense, donde las políticas públicas se guían por impulsos autoritarios y alianzas con líderes populistas internacionales. «Si todavía pensabas que Estados Unidos estaba del lado de los buenos en el mundo, este episodio muestra claramente de qué lado estamos ahora», concluyó.