El Papa reconoció un “lobby gay”

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El papa Francisco afirmó que en la curia romana existe una corriente de corrupción y que también hay un lobby gay. La máxima autoridad de la Iglesia Católica hizo esas afirmaciones durante un encuentro con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). “En la curia hay gente santa, de verdad.

vaticano cardenalesPero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad. Se habla del ‘lobby gay’ y es verdad, está ahí; hay que ver qué podemos hacer”, dijo el pontífice, según una síntesis publicada por la revista chilena Reflexión y Liberación.

Según la publicación, ligada a los sectores más progresistas de laicos y religiosos católicos, Francisco dijo que “la reforma de la curia romana es algo que piden casi todos los cardenales en las congregaciones previas al cónclave”. “Yo también la pedí –aseguró–. La reforma no la puedo hacer yo. Yo soy muy desorganizado, nunca he sido bueno en esto. Pero los cardenales de la comisión la van a llevar adelante. Ahí está Rodríguez Maradiaga, que es latinoamericano, que lleva la batuta; está (el chileno Francisco Javier) Errázuriz, ellos son muy ordenados. El de Munich también es muy ordenado. Ellos la llevarán adelante”, agregó.

Se refirió así a la comisión de ocho cardenales que constituyó en abril para que lo aconseje en el gobierno de la Iglesia y que estudiará un proyecto que revise la Constitución Apostólica Pastor Bonus, referida a la curia vaticana. En otro momento del encuentro que refiere la revista chilena, el papa argentino se refirió al tema del dinero y las congregaciones.

“Hay algo que me preocupa. Hay congregaciones religiosas, grupos muy, muy pequeños, unas pocas personas, gente muy mayor. No tienen vocaciones, el Espíritu Santo no quiere que sigan, quizás han cumplido ya su misión en la Iglesia”, reflexionó. Y añadió: “Pero ahí están, aferradas a sus edificios, aferradas al dinero. Yo no sé por qué pasa esto, no sé cómo leerlo. Pero les pido que se preocupen de esos grupos. El manejo del dinero es algo que necesita ser reflexionado”. Asimismo, el papa Bergoglio les pidió a sus compañeros religiosos que “oren por mí; que me equivoque lo menos posible”.

Consultado sobre las declaraciones del Papa, el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi, afirmó que se trató de una reunión privada, sobre la cual “no tengo nada para decir”. Es la primera vez que el papa argentino se expresa en forma abierta y clara sobre las revelaciones y escándalos acerca de la presunta trama de corrupción, sexo y tráfico de influencias en el Vaticano denunciados por la prensa.

El escándalo iniciado a partir de las denuncias que fueron publicadas oportunamente por dos de los más influyentes medios de comunicación de Italia –el diario La Repubblica y la revista Panorama– apuntaba a que el papa emérito Benedicto XVI había tomado la decisión de renunciar a su cargo luego de recibir un documento de 300 páginas. En este informe, entregado a Francisco por el mismo Benedicto XVI pocos días después de su elección el 13 de marzo, se describen las luchas internas por el poder y el dinero, así como el tráfico de influencias internas con la homosexualidad.

Durante la mañana de ayer, en la homilía de la misa que celebró en la parroquia de la residencia Santa Marta, donde se aloja, Francisco abogó además por una Iglesia que sea testimonio de pobreza y aseveró que, con riquezas, la Iglesia envejece y no tiene vida. El papa argentino se refirió en duros términos a aquellos que abogan por la acumulación. “San Pedro no tenía una cuenta en el banco y cuando tuvo que pagar los impuestos, el Señor lo envió al mar, a pescar un pez y encontrar la moneda dentro del pescado, para pagar”, afirmó el Sumo Pontífice, quien habló en su sermón de la pobreza y la gratuidad con la cual debe actuar la Iglesia. Tras la lectura del Evangelio en la que Jesús pide a sus apóstoles que no “se procuren de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos”, el Papa hizo hincapié en que la predicación del Evangelio es algo gratuito. Para el pontífice, en la Iglesia siempre se ha caído en esa tentación y “esto ha creado un poco de confusión” y ha provocado que “el anuncio (del Evangelio) parezca proselitismo”.

“El anuncio del Evangelio tiene que ir por el camino de la pobreza –insistió–. Esta pobreza nos salva de convertirnos en organizadores, en empresarios. Se tienen que continuar realizando los trabajos de la Iglesia, pero con un corazón de pobreza, no con el corazón de la inversión o del empresario, ¿no?”, dijo. Por último, reiteró que la Iglesia no es una ONG, sino que nace de la gratuidad, de la cual la pobreza es una señal.