El manicomio sin siquiatras: plan C para asesinar a Trump mediante una guerra contra Norcorea

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Alfredo Jalife-Rahme|

Alex Newman del portal NewAmerican –del grupo de extrema derecha John Birch Society– expone la advertencia del influyente cabildero del Partido Republicano, Roger Stone –confidente del polémico presidente y quien se atribuye haberlo lanzado a la política–, sobre el plan C del Deep State (Estado Profundo) y su cábala globalista para asesinar a Trump (https://goo.gl/iXgRdp).

Roger Stone formó parte de los equipos de campaña de Richard Nixon, Ronald Reagan, y el senador Bob Dole, y alardea conocer como nadie a Trump: es tan rico que no necesita a George Soros ni a los Warburgs ni a los Rothschild. Trump amenaza el poder del Deep State cuando el duopolio bipartidista ha destrozado a EU con los Bush y los Clinton colaborando juntos en una ininterrumpida familia criminal (sic).Resultado de imagen para roger stone y trump

A juicio de Stone, el plan A del Deep State está haciendo agua cuando utiliza al fiscal especial Robert Mueller, vinculado obscenamente a los Bush, ya que no ha podido demostrar evidencia alguna sobre la etérea colusión rusa. A grado tal que el polémico profesor de leyes de Harvard, el israelí-estadunidense Alan Dershowitz –cercano al Partido Demócrata e implicado en redes de pedofilia con Bill Clinton (https://goo.gl/3J5Ds4)–, juzga que Mueller ha rebasado sus límites (https://goo.gl/36yEyT).

Roger Stone fustiga la naturaleza fraudulenta de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, por lo que sin cuerpo del delito en su plan A, el Deep State elevará la puja con su plan B: aplicar la Enmienda 25 por insanidad mental de Trump (https://goo.gl/iWvYWb), objetivo del libro Fuego y furia de Michael Wolff, quien lo reconoce abiertamente (https://goo.gl/we21aT).

Los pletóricos multimedia enemigos de Trump, con fuertes nexos transatlánticos con el Partido Demócrata, ostentan en forma hilarante el “reloj de la defenestración (impeachment clock; https://goo.gl/275fFr)”, como vulgar caricatura del muy serio reloj del Día del Juicio Final atómico (https://goo.gl/SPBVp8).

Sobre la abogada rusa que se reunió con el hijo de Trump, lo cual no tiene nada de ilegal, Roger Stone expone que llegó a EU sin visa (¡mega-súper-sic!) gracias al FBI de Obama, e incluso se fotografió en los eventos de Hillary y en el despacho del senador John McCain. ¡No, bueno!

Lo más relevante del libro de marras y amarres son las declaraciones de Steve Bannon, ideólogo del trumpismo (con o sin Trump), sobre el lavado de dinero del hijo mayor de Trump, Donald Jr. y de su yerno talmúdico Jared Kushner en el banco Deutsche Bank.

El pugilista congénito Trump ya pasó a la contraofensiva y ha conseguido controlar los daños del volcánico libro gracias al apoyo del Partido Republicano que lo catalogó como una sarta de chismes plagado de mentiras.

Lo real es que Trump sigue siendo el mismo, el autor Michael Wolff ha sido feamente impugnado como un procaz instrumento del Deep State, y Bannon se ha automarginado a grado tal de haberse desmentido sobre el lavado de dinero del hijo de Trump, pero, curiosamente, ha mantenido la acusación contra Jared Kushner quien ahora enfrenta una investigación de parte de la Comisión Bursátil de EU (SEC, por sus siglas en inglés) por sus pestilentes tratativas con Israel.

Bannon tenía los días contados desde que la multimillonaria familia Mercer, financiera del portal Breitbart, se deslindó de su traición contra Trump y sus familiares.

Stone considera que el plan B se está tambaleando, por lo que advierte que el Deep State pasará al ominoso plan C: asesinar a Trump, cuyo magnicidio ha sido arma disuasiva de los instrumentos del globalista George Soros, como exigió uno de sus presuntos siervos y miembro del Consejo Directivo de Televisa en un twitt que luego borró (https://goo.gl/jfJbyC) y quien pertenece al fascista Committee on the Present Danger (https://goo.gl/ET5Bgy).

Roger Stone aduce que, aunque el gabinete fuera capaz de defenestrarlo, Trump todavía podría apelar la decisión en la Cámara de Representantes.

Stone impugna a la cábala globalista de los multimedia acoplados al influyente Council on Foreign Relations (CFR; https://goo.gl/7rUhVf) y donde destaca el general H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional de Trump.

Le faltó agregar que McMaster ha sido imputado de ser un ramplón operador financiado por George Soros (https://goo.gl/A6bxNC).

En forma subliminal, Roger Stone critica cierta ingenuidad de parte de Trump quien colocó a muchos globalistas del sistema en su propio gabinete y quienes están dispuestos a clavarle una daga en el corazón.

Sobre el plan C, Stone comenta: “ya lo vimos en el caso del presidente John F. Kennedy, quien hizo a un lado a la CIA y al Deep State en la crisis de los misiles en Cuba y en la Bahía de Cochinos”. Kennedy “también hizo a un lado al crimen organizado, que había financiado su campaña para presidente en Chicago y en Virginia occidental, hizo a un lado al omnipotente grupo petrolero texano, (…) y estaba combatiendo a los banqueros internacionales para restaurar por lo menos el dólar de plata, sino un dólar respaldado por oro”. ¡Pues como no lo iban a asesinar!

Roger Stone presume su libro en el que inculpa que el texano Lyndon B. Johnson fue quien asesinó a Kennedy (https://goo.gl/Hkgg93). ¡Dios Santo!

Stone también indica el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan por la gente profundamente asociada con la familia Bush.

El connotado “guardabosques (health ranger)” Mike Adams (https://goo.gl/5hJBJa), asevera que el Deep State bombardearía una ciudad de EU para asesinar a Trump y culpar a Norcorea (https://goo.gl/1Ko8mo).

Adams juzga que la “democracia ha desaparecido debido a que el Deep State eliminará a quien le disguste”. ¡El manicomio estadunidense sin siquiatras!

Para Stone, Trump constituye un choque para el sistema, cuya elección representa la captura hostil del viejo Partido Republicano: Trump epitomiza el nacionalismo económico, que pone primero los intereses de EU y los derechos soberanos (¡súper-sic!) de los estadunidenses ante los intereses globalistas.

Para Roger Stone, quien en ningún momento cita a Bannon, Trump es un verdadero estadunidense, un patriota, es un ferviente creyente en EU y también en la superioridad estadunidense, en su excepcionalísmo, y es un creyente en la soberanía (sic) de EU.

Stone considera que es muy fácil malinterpretar la profunda enemistad y odio que sienten los globalistas y los políticos tradicionales por el presidente como también subestimar su decisión para derrocarlo ya que Trump es una figura antisistema, cuya independencia y rechazo al status quo aterroriza a las élites.

Por cierto, los demócratas contemplan introducir la Enmienda del Genio Estable con el fin de que los candidatos a la Presidencia pasen pruebas de salud mental (https://goo.gl/WPzi66).

Curiosamente, desde hace un cuarto de siglo propuse, en un mitin masivo en el Zócalo, practicar exámenes de salud mental a los candidatos a la Presidencia de México, por supuesto.

El manoseo político de la salud mental es un juego muy peligroso de doble filo ya que muchos países se podrían quedar sin presidentes y sin Congresos.