El gobierno de Milei ataca a las ciencias y a los científicos
Rubén Armendáriz
La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Argentina manifestó públicamente su más
profunda preocupación por la situación de las diversas instituciones del sistema nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) que costó décadas construir y señaló que hoy todas las instituciones del sistema están bajo ataque por la abrupta disminución del financiamiento de la actividad, la proyección decreciente de investigadores, profesionales, técnicos y becarios, y el deterioro en el mantenimiento de equipamiento. e infraestructura
Estos factores han roto la cadena de producción y aprendizaje científico-tecnológico, lo que traerá graves consecuencias a futuro, advierte la Academia, que llama la atención sobre la falta de cumplimiento de las Leyes de Financiamiento del Sistema Nacional, reemplazada de facto por un plan de prioridades que se preparó en un ámbito reducido y que no se ha dado a conocer públicamente.
A diferencia de lo que sucedía durante el gobierno anterior en que las actividades científicas eran ponderadas y se definían como una «inversión a futuro»; hoy son entendidas por el gobierno ultraderechista de Javier Milei como «un gasto». Los científicos reivindican la centralidad del rol estatal en un modelo de nación que apueste al conocimiento.
La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICyT), en una carta firmada por el galardonado bioquímico, biólogo molecular e investigador Alberto Kornblihtt, señala que «El gobierno implementó una política de aniquilación de algo que llevó décadas construir. Se les niega financiamiento a los grupos de investigación. Se bloquea la entrada al CONICET de dos camadas de 800 investigadores/as seleccionados/as por rigurosos concursos. El poder adquisitivo de salarios y becas se redujo en un 40% y se encuentra en niveles solo comparables a los de 2001. No se ejecutan créditos internacionales»,
Añade que «se obliga a jóvenes investigadores a abandonar el país. Los institutos deben recurrir al dinero personal de investigadores para mantener servicios esenciales de luz, limpieza y seguridad», denuncia la comunidad científica, representada por que hicieron suya. «Todo esto en un clima de crueldad y cinismo que incita a una parte de la población a despreciar y atacar a la ciencia y a los científicos. El país necesita de más ciencia y tecnología si se quiere salir del modelo exportador de bienes primarios sin valor agregado. Nadie se salva solo. Sin ciencia no hay futuro», finaliza.
La Academia advirtió asimismo sobre la ausencia total de una agenda nacional de Ciencia, Técnica e Innovación y de los correspondientes interlocutores gubernamentales, esenciales para interactuar con la comunidad científico-tecnológica y señaló que los salarios de investigadores, profesionales y técnicos, y los estipendios de
los becarios han quedado rezagados con respecto a la inflación: «en particular, hoy un investigador joven, que ha apostado por nuestro país, está cerca de la línea de pobreza».
La Academia denunció asimismo la parálisis total de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el
Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), cuya misión es apoyar proyectos y actividades cuya finalidad es la generación de nuevos conocimientos científicos, tecnológicos e innovativos con fondos del Tesoro Nacional así como mediante operaciones de crédito externo y de cooperación internacional, lo que ha devastado la capacidad de los grupos para realizar su investigación diaria, ya que no se cumplen los contratos plurianuales en curso, y se prorrogan indefinidamente los llamados y el financiamiento de nuevos proyectos.
Dejó constancia, asimismo, de la interrupción casi total de los desembolsos de programas nacionales como EquipAR, Construir Ciencia, Redes de Alto Impacto, programas internacionales y otros, que eran instrumentales para sostener la infraestructura y actualizar las capacidades de investigación, de la desaparición de los Sistemas Nacionales de Grandes Equipamientos y xe las enormes trabas burocráticas que se mantienen para la gestión de
proyectos, incluidas el pago al exterior y la gestión de certificados de importación de equipamientos.
Denunció el desfinanciamento de las Universidades Nacionales, que cumplen un rol fundamental en la generación de conocimiento y cuya oferta educativa de punta requiere la presencia de investigadores activos.
«El destrato político junto al desfinanciamiento que ha sufrido el sector, con una ejecución del presupuesto apenas destinada a cubrir sueldos devaluados, atenta contra las posibilidades de nuestro país de generar conocimiento de frontera, desarrollo tecnológico y recursos humanos calificados que puedan comprender y resolver los complejos problemas de las sociedades modernas», indicó la Academia.
Indica que la postura del gobierno con respecto a la investigación y la innovación está llevando a resultados lamentablemente previsibles: los investigadores se ven forzados a abandonar su labor o el país en un éxodo dañino para Argentina que pierde expertos y profesionales de máxima calificación. Los jóvenes pierden interés en estudiar carreras universitarias y en formarse profesionalmente en la investigación y desarrollo tecnológico.
Añade que la reducción de la participación local en proyectos científicos internacionales, la falta de proyectos academia-industria, y a una incertidumbre profunda y generalizada sobre la resiliencia del sistema de CTI en la situación actual y denuncia que el ajuste que se está llevando a cabo en el sector de CTI deja a la Argentina
aún más débil en el contexto actual de alta competitividad por el conocimiento a nivel mundial.
Recuerda la Academia que el desarrollo de estas capacidades es vital para adquirir independencia intelectual y encarar los desafíos del Siglo XXI que incluyen construir progreso, mejorar la vida de nuestros habitantes y responder a los desafíos globales.
Finalmente, la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales hace un llamado s a las autoridades del actual gobierno a reflexionar sobre la relevancia estratégica de la actividad científica, en un escenario mundial en el que el acceso a la ciencia, la tecnología y la educación de calidad son la llave no solo del progreso sino también de la supervivencia de una Nación.
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)