El gendarme argentino preso en Venezuela: crece la batalla política
Marcos Salgado
2024 termina en medio de una batalla discursiva y diplomática nunca antes vista entre Venezuela y Argentina. El suboficial de la Gendarmería Argentina Nahuel Gallo sigue preso en Venezuela, en el centro de una batalla política que recién comienza donde el gobierno Milei juega fuerte, aunque su historia deja más dudas que certezas.
El 27 de diciembre el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, formalizó públicamente la acusación contra Gallo. En un comunicado indicó que el gendarme intentó ingresar irregularmente a Venezuela “ocultando su verdadero plan criminal bajo el ropaje de una visita sentimental”. Agregó que el argentino está siendo investigado “por su vinculación a un grupo de personas” que, “con apoyo de grupos de la ultraderecha internacional”, planeaban “ejecutar una serie de acciones desestabilizadoras y terroristas”.
Antes de Navidad, el ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, había asegurado que Gallo ingresó para actuar en un plan de extracción de los asilados de la agrupación ultraderechista Vente Venezuela que permanecen en la residencia de la embajada argentina en Caracas desde marzo último.
“Las declaraciones y acciones realizadas por el gobierno argentino, utilizando a los familiares del procesado, dejan clara la complicidad de las autoridades de esa Nación en los planes subversivos que buscan atacar por cualquier vía al Estado venezolano y a sus instituciones legítimas”, dice el fiscal general venezolano.
Luego de la confirmación fiscal, el gobierno argentino eligió embestir aún más contra Venezuela, ahora incluyendo en el centro de las críticas no solo al presidente Maduro y al ministro Cabello sino al propio fiscal Saab. Esto motivó una respuesta directa -de nuevo en forma de comunicado- del fiscal venezolano al canciller argentino, Gerardo Werthein.
Saab aseguró sentir “pena ajena” luego que el “representante en materia exterior de un Gobierno que es el hazmerreír mundial por su sumisión a los EE.UU. e Israel, por su incoherencia diplomática, su fanfarronería barata y sus pretensiones psicóticas fuera de toda realidad”, pretendiera darle “lecciones sobre justicia y derechos humanos”.
“No tengo nada que discutir con un afamado corrupto como usted (de un miserable prontuario) en ningún escenario”, escribió Saab sobre Werthein. “La historia pondrá a cada quien en su sitio, pero ya usted y sus secuaces entraron, por la puerta trasera, en el basural del inframundo”, finalizó el fiscal venezolano, con larga trayectoria en materia de defensa de los derechos humanos.
Werthein por su parte instó a Saab a que “demuestre su valentía” y libere al gendarme, “otro de los tantos rehenes que tiene bajo su control, junto con ciudadanos de otros países que sufren por su abuso de poder”, dijo.
Estas son apenas algunas de las declaraciones que por estas horas se prodigan entre Buenos Aires y Caracas. Todas muestran que la posibilidad de al menos un tibio diálogo entre las partes parece muy lejana. Lo que si está claro es que el ida y vuelta pone en un segundo plano las preguntas que rodean al caso, y el presidente Javier Milei y su ministra de Seguridad Patricia Bullrich no parecen dispuestos a contestar.