El final del sueño europeo
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ| Europa atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea (imprescindible para que pueda competir como potencia mundial) y el colapso económico que se está haciendo visible en los países periféricos y emergentes, previsiblemente acabará generando la desmembración de la actual Unión Europea y el retorno a escenarios ya olvidados de compartimentos estancos y proteccionismo económico.Origen de la crisis:
Factores exógenos: La política suicida de las principales entidades bancarias mundiales en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo aparece como detonante de la crisis de las subprime de EEUU, seguida de la aparición de los activos tóxicos, un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras, lo que ha originado la desestabilización económica global y la entrada en recesión de las principales potencias económicas mundiales, dibujándose un escenario a cinco años en el que se podría regresar al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial y posterior finiquito a la globalización económica.
Factores endógenos:
Estallido de la burbuja inmobiliaria que ha provocado el hundimiento del castillo de naipes económicos de los países PIIGS (despectiva abreviatura anglosajona que englobaría a España, Portugal, Italia, Irlanda y Grecia). La economía de dichos países se ha basado en el último decenio en la conocida “dieta mediterránea” cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, el turismo y el consumo interno y que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa (2008).
De la default a la quiebra en Grecia: La troika que comprenden la UE, el FMI y el BCE llevan tiempo presionando a Grecia con un riguroso programa de privatizaciones debido a su desorbitante Deuda Pública (de 340 mil millones de euros) y ha obligado a todos los partidos políticos para aprobar más medidas de austeridad y reformas que han provocado protestas violentas en las calle, pues la troika sólo propone la vía de las privatizaciones que serán tuteladas por un organismo de nueva planta profesional e independiente y .afectará a ferrocarriles, puertos, aeropuertos, bancos, y compañías de agua y electricidad.
Por otra parte, las reformas estructurales y fiscales para modernizar la Administración pública y la sanidad, mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal a las circunstancias (rebajar el IVA situado en la actualidad en el 23%,) son principios genéricos que se traducirán en subidas de impuestos, reducción de funcionarios, supresión de organismos públicos, recortes salariales y flexibilidad en el mercado laboral.
Los expertos de la llamada “troika” habrían concluido, según un documento secreto publicado por la web italiana Linkiesta y recogido por el diario ABC, que “Atenas no sólo no podrá hacer frente a sus obligaciones financieras, sino que, además, sufrirá una “fuerte devaluación interna”, una significativa caída de precios y de salarios en los próximos años”.
Así, según Efecom, se prevé que la deuda pública del país heleno ascenderá hasta el 172,7 % del producto interior bruto (PIB), unos 381.200 millones de euros para el 2012, existiendo el temor de que podría pasar del default (incumplir sus pagos.) a la quiebra y es que, a pesar de que Grecia trata desesperadamente de evitar el impago de su deuda,” cada vez más empresas estadounidenses se preparan para lo que antes era impensable”, según The New York Times.
Se denomina suspensión de pagos o cesación de pagos (en inglés default), a la situación concursal en la cual un empresario o una sociedad mercantil se encuentra cuando no puede pagar la totalidad de las deudas que tiene con sus acreedores por falta de liquidez; y la diferencia con la quiebra se encuentra en que en la suspensión, el deudor tiene suficientes activos para hacer frente a sus deudas, pero sus activos no son lo suficientemente líquidos, por lo que la suspensión de pagos es una situación concursal temporal, mientras que la quiebra es definitiva.
Caso de producirse finalmente la salida de Grecia de la Eurozona , asistiríamos a escenarios de devaluación de su moneda (dracma); alta inflación, galopante tasa de paro y deuda desbocada, radicalización de los otrora aburguesados y sumisos sindicatos de clase, (Confederación General Griega del Trabajo GSEE), ruptura del diálogo social con la patronal, frecuentes estallidos de conflictividad laboral, auge de partidos como el Partido Comunista Griego (KKE) y la aparición mediática de los grupos antiglobalización que utilizando tácticas de guerrilla urbana pondrán en jaque a las fuerzas de seguridad.
Ante esta situación y sin el paraguas protector de la UE, no sería descartable la reedición del golpe de los Coroneles (1967), (que sería un episodio local dentro de un nuevo escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia) y que contaría con el apoyo encubierto de EEUU dentro de su objetivo de anular los esfuerzos de Rusia para fagocitar países europeos. Así, según el diario turco Daily Hürryet que cita al alemán Bild, “la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, ha advertido que puede haber un golpe militar en Grecia por la creciente ola de malestar social ante los draconianos planes de austeridad impuestos por el gobierno”.
¿Finiquito a la Eurozona?:
La exclusión de Grecia de la Eurozona supondría el finiquito de la Eurozona pues el resto de países periféricos (Portugal, España, Irlanda, Malta y Chipre), seguirá inexorablemente el movimiento centrífugo de Grecia y en el 2014 deberán retornar a sus monedas nacionales y sufrir la subsiguiente depreciación de las mismas, regresión a niveles de renta propias de la década de los 70 e inicio del éxodo al medio rural de una población urbana afectada por la asfixia económica, embargo de viviendas e ingreso en las listas del paro, con la consiguiente revitalización de extensas zonas rurales y rejuvenecimiento de su población.
Así, en la cadena Fox News, Peter Morici, economista y profesor de la Universidad de Maryland, dijo que “la necesidad de una unión fiscal en la zona euro y de que el BCE adopte un papel similar al llevado a cabo por la Reserva Federal de EEUU, no llegarán a tiempo para salvar a España” y consideró la posibilidad de que “nuestro país simplemente abandone el euro para poder así imprimir su propio dinero y resolver sus problemas como lo hizo Estados Unidos a raíz de la crisis financiera”.
Por otra parte, el severo retroceso de las exportaciones debido la contracción del consumo interno de la UE por la recesión económica, (los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE alcanzan el 60% del volumen total de su comercio) y a un euro artificialmente revalorizado que encarece los productos europeos y reduce su competitividad frente a los países del resto del mundo, con especial incidencia en países tradicionalmente exportadores como Alemania, Francia, Holanda, Eslovaquia y Finlandia, podría provocar que los países nórdicos abandonaran las estructuras de la Unión Europea y procedieran a la constitución de una Federación Escandinava (integrada por Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia), quedando una vez más los países bálticos (Letonia, Estonia y Lituania) abandonados a su suerte.
Mención especial merece el caso del Reino Unido en el que convergen una mayor exposición a los activos tóxicos (hipotecas subprime), a los activos inmobiliarios y una libra revalorizada que ha estancado sus exportaciones, por lo que se verá obligado a realizar sucesivas bajadas de tipos de interés, implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria, depreciar repetidamente su moneda para estimular sus exportaciones y a aplicar medidas proteccionistas.
Además, tras retornar al poder los conservadores liderados por David Cameron y fieles a su política euroescéptica (nula voluntad británica de embarcarse en un proyecto en decadencia en el que la soberanía británica estaría supeditada a los mandatos de Bruselas), podrían abandonar la UE y pilotar finalmente la nave capitana de una revitalizada Commonwealth.
Por último, el resto de países no integrados en dicha órbita (países del centro y este de Europa, integrantes de la llamada Europa emergente, incluida Turquía), sufrirán con especial crudeza los efectos de la tormenta económica al no contar con el paraguas protector del euro y se verán obligados a depreciar sucesivamente sus monedas, aumentar espectacularmente su Deudas externa y sufrir alarmantes problemas de liquidez.
Asimismo, deberán retornar a economías autárquicas tras sufrir masivas migraciones interiores, al descartar la CE la modificación de las reglas para la adopción del euro en la Unión Europea y así poder acelerar la adhesión de los Estados miembros del centro y este de Europa y deberán proceder a la reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas centrales nucleares para evitar depender energéticamente de una Rusia que conjugando hábilmente el chantaje energético y la desestabilización de gobiernos vecinos “non gratos” irá fagocitando a la mayoría de estos países abandonados a su suerte por la Unión Europea en aras de asegurarse el abastecimiento energético de gas y petróleo rusos.