El ecosistema de medios ultras que sostiene la realidad alternativa de Trump
El acoso y derribo al que Donald Trump está sometiendo a los medios estadounidenses en gran parte descansa sobre la seguridad de que ya existe otro ecosistema mediático con el que llegar a sus bases. En su retorno a la Casa Blanca, el magnate no solo se ha cuidado de rodearse de leales que no le pongan palos a las ruedas –corrigiendo errores de su primera administración–, sino que también se ha encargado de hacer un hueco en la sala de prensa para todos esos podcasters y new media ultraconservadores que han crecido al albor del trumpismo.
La irrupción de estos medios alineados con la agenda de Trump está minando el papel fiscalizador que tienen las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca. Muchas de las preguntas que responde la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, son formuladas por los periodistas de estos new media, que con sus enunciados muchas veces retroalimentan la narrativa de la propia administración.
Además de dejar escenas surrealistas, como el día en que una periodista preguntó a Leavitt cuál era el secreto del presidente para conservarse tan bien a sus 79 años. Como consecuencia de ello, cada vez hay menos espacio para las preguntas del resto de periodistas de los medios tradicionales y las ruedas de prensa se están diluyendo en medio de la propaganda.
Las dinámicas mismas de los pasillos de la Casa Blanca también están cambiando debido a la irrupción de los new media. El pasado mes de febrero, durante su fatídica reunión con Trump, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski no solo tuvo que lidiar con el griterío del presidente y su segundo, JD Vance. Al inicio del encuentro en el Despacho Oval, antes de que se revelarala encerrona, una de las primeras voces que buscaron provocar a Zelenski salía del pool de periodistas. «¿Por qué no se ha puesto un traje», decía un reportero al que el ucraniano no podía ver bien, pero sí oía.
El autor era Brian Glenn, periodista para el canal de televisión en streaming Real America’s Voice (RAV) y pareja de la congresista trumpista, Marjorie

Taylor Greene.Glenn se ha convertido en la estrella de este canal que fue creado en 2018 bajo el nombre America’s Voice News, pero que en 2020 fue rebautizado como Real America’s Voice porque el presidente se confundía con Voice of America (VOA), la gran emisora internacional de Estados Unidos que emite radio y tele en 47 idiomas por todo el mundo.
En su campaña de recortes federales, Trump provocó una sangría en la cadena que terminó despidiendo a gran parte de su plantilla a principios de este verano. Nada que ver con el prometedor futuro de RAV que, en medio del boom conservador, cada vez se ha hecho más notoria en el universo MAGA.RAV ganó popularidad entre las bases MAGA cuando a finales del primer mandato de Trump la Fox dejó de cubrir algunos de los temas que más motivaban a los seguidores del republicano. De hecho, la cadena fundada por Robert J. Sigg fue una de las pocas en cubrir la campaña de Steve Bannon en El Paso para recaudar fondos con miras a construir el famoso muro con México.
Por el plató de RAV desfilan cada día destacadas figuras de la extrema derecha y el movimiento ultraconservador. Incluso el asesinado Charlie Kirk era un asiduo a sus tertulias. De hecho, RAV fue el primer medio en anunciar la muerte de Kirk tras ser hospitalizado crítico por un disparo mortal. Minutos después de que lo sacara la cadena, Trump lo confirmaba vía Truth Social.

El pódcast Bannons War Room de Steve Bannon, que ahora es un referente dentro de la extrema derecha y que también cuenta con su propia reportera en la Casa Blanca, Natalie Winters, empezó emitiendo a través de RAV. Bannon fundó su programa de entrevistas en 2019, poco después de su ruptura con Trump, y aun así ha logrado mantenerse como una voz influyente dentro del movimiento MAGA. En YouTube su perfil cuenta con más de 19.000 subscriptores y su cuenta en Instagram tiene 221.000 seguidores.
«Hogar de los ultra MAGA», pone en la descripción de la biografía del perfil.Otros de los medios trumpistas más destacados y que tienen acreditación para entrar en la Casa Blanca es The Daily Wire. Mary Margaret Olohan es la corresponsal política de este medio creado y dirigido por Ben Shapiro, otra de las voces más influyentes dentro del conservadurismo de Estados Unidos. Su podcast, The Ben Shapiro Show, sigue acumulando suscripciones en YouTube a las más de tres millones que ya tiene.
Quitar los permisos a canales que lo critiquen
Glenn se ha convertido en la estrella de este canal que fue creado en 2018 bajo el nombre America’s Voice News, pero que en 2020 fue rebautizado como Real America’s Voice porque el presidente se confundía con Voice of America (VOA), la gran emisora internacional de Estados Unidos que emite radio y tele en 47 idiomas por todo el mundo. En su campaña de recortes federales, Trump provocó una sangría en la cadena que terminó despidiendo a gran parte de su plantilla a principios de este verano.
Nada que ver con el prometedor futuro de RAV que, en medio del boom conservador, cada vez se ha hecho más notoria en el universo MAGA.RAV ganó popularidad entre las bases MAGA cuando a finales del primer mandato de Trump la Fox dejó de cubrir algunos de los temas que más motivaban a los seguidores del republicano. De hecho, la cadena fundada por Robert J. Sigg fue una de las pocas en cubrir la campaña de Steve Bannon en El Paso para recaudar fondos con miras a construir el famoso muro con México.
El pódcast Bannons War Room de Steve Bannon, que ahora es un referente dentro de la extrema derecha y que también cuenta con su propia reportera en la Casa Blanca, Natalie Winters, empezó emitiendo a través de RAV. Bannon fundó su programa de entrevistas en 2019, poco después de su ruptura con Trump, y aun así ha logrado mantenerse como una voz influyente dentro del movimiento MAGA. En YouTube su perfil cuenta con más de 19.000 subscriptores y su cuenta en Instagram tiene 221.000 seguidores.
«Hogar de los ultra MAGA», pone en la descripción de la biografía del perfil.Otros de los medios trumpistas más destacados y que tienen acreditación para entrar en la Casa Blanca es The Daily Wire. Mary Margaret Olohan es la corresponsal política de este medio creado y dirigido por Ben Shapiro, otra de las voces más influyentes dentro del conservadurismo de Estados Unidos. Su podcast, The Ben Shapiro Show, sigue acumulando suscripciones en YouTube a las más de tres millones que ya tiene.
Trump activa su ‘muera la inteligencia’
Un comentario irónico, que resaltaba el entorno familiar trumpista del presunto asesino de Charlie Kirk, le ha costado el trabajo al humorista Jimmy Kimmel. Fue cuestión de horas que la cadena ABC decidiera suspender «indefinidamente» el late-show después de que el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, amenazara con represalias si Kimmel no era despedido: «Por las buenas o por las malas».
El tono tajante con el que el jefe de la FCC amenazó abiertamente a la cadena no es fruto del envalentonamiento por el asesinato de Kirk, ni una escalada en las presiones a los medios: es la consecución lógica de la campaña de represión que Donald Trump ha estado desplegando desde el día uno contra la academia, las universidades y la fiscalización de la prensa, el supuesto cuarto poder.
El emponzoñamiento contra las voces críticas en los medios de comunicación empezó poco antes de que Trump dejara la Casa Blanca en su primer mandato. La extrema derecha estadounidense ha ido construyendo durante estos años de impasse un sistema de medios alternativos – new media, como los ha bautizado el mismo presidente- que simpatizan con la causa, y que auparon a Trump de vuelta al poder el pasado cinco de noviembre.
Influencers con millones de seguidores como el difunto Kirk, y podcasters con grandes audiencias como Joe Rogan, jugaron un papel decisivo a la hora de disolver los titulares críticos de los periódicos con el republicano. Por no hablar del algoritmo dopado de Elon Musk, que en la recta final de los comicios daba mayor visibilidad a los discursos polarizantes y a las teorías conspiranoicas sobre un posible fraude electoral. Desde el asesinato de Kirk, el timeline de X se ha convertido en una catarata de acusaciones contra la izquierda y señalamientos públicos de personas anónimas por sus críticas al activista de extrema derecha.
El despido de Kimmel: No es una persona con talento»
Recientemente, Trump ha demandado al Wall Street Journal por revelar la existencia de la polémica felicitación que envió al pederasta Jeffrey Epstein por su cincuenta aniversario. Este mismo lunes, dos días antes de la censura a Kimmel, el presidente interponía una demanda contra el New York Times acusándolo de difamarlo y tratar de socavar su campaña electoral en 2024. Muchas de las acciones que Trump está tomando contra los grandes periódicos y cadenas televisivas tienen las de perder en los tribunales. Pero el coste económico de todo el proceso puede suponer un duro golpe a las arcas de los medios.
El desparpajo con el que Trump confronta los medios ha ido aumentando. Son notables las ocasiones en que ha criticado a algún periodista por hacerle una pregunta incómoda o que le ha advertido de que tomaba nota sobre el medio en el que trabaja. A finales de agosto, Trump se enardeció con un periodista de USA Today cuando esté le preguntó sobre la reciente sentencia de un tribunal que declaraba ilegales los aranceles recíprocos. Le acusó de formular la pregunta con falsedades y puso fin abruptamente a la rueda de prensa.
*Graduada en Periodismo en la UOPF, llegó a Washington en 2024 para seguir la campaña presidencial y ahora escribe sobre el gobierno de Donald Trump a la Casa Blanca para Pùblico.es