El cuco de Venezuela

César Lévano
Supongo que en los Estados Unidos, millones de ciudadanos están temblando de miedo debido a la amenaza proveniente de Venezuela que pesa sobre aquel país. ¡Uy, qué miedo! exclamarán las mujeres y los niños.

La verdad es que el presidente Barack Obama ha declarado a la patria de Simón Bolívar como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. No hay que tomarlo a broma. Declaraciones como esa han procedido a invasiones… de los Estados Unidos a países de América Latina.

No hay que olvidar que entre 1824 y 1994, Washington emprendió 73 invasiones, cuyas víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada.

Caso emblemático es el de Granada, una minúscula isla del Caribe de 344 kilómetros cuadrados, con apenas 89.500 habitantes. El presidente yanqui Ronald Reagan decidió en 1983 que el régimen izquierdista de esa ínsula era un peligro para los Estados Unidos, porque unos cubanos estaban construyendo allí un aeropuerto que podía servir a la Unión Soviética.

Noam Chomsky se burló de la medida. En uno de sus libros comenta que si al pueblo soviético le hubieran dicho que el principado de Mónaco constituía una amenaza para Rusia, los soviéticos se hubieran matado de risa. Pero los norteamericanos, envenenados por el poder mediático, sí se la creyeron en el caso de Granada.

Seis mil infantes de Marina ocuparon la isla. El gobierno progresista fue derrocado. Granada es ahora un gran foco de lavado de dinero de la droga.

La ofensiva de Obama contra Venezuela ocurre en un contexto significativo. En estos días el régimen chavista denuncia, con pruebas, el rebrote de planes golpistas, confabulados con Washington. No en vano los golpistas son conocidos líderes del antiguo régimen de corrupción, hambre y matanzas, cuyo adalid fue Carlos Andrés Pérez, compadre y maestro de Alan García.

La postura de Obama coincide con los planes de la ultraderecha venezolana. Algo más: esa convergencia expresa la exacerbación del afán de oponerse a la corriente progresista e integracionista que avanza impetuosa en Nuestra América y que tuvo entre sus impulsores y guías al comandante Hugo Chávez.

Ignoro si los gringos de hoy son tan crédulos como los de 1983. Sospecho que Washington prefiere, por el momento, no enviar a Venezuela a sus infantes de Marina y encargar el trabajo sucio a sus marionetas venezolanas.

Se puede temer, eso sí, que la amenazante declaración de Obama sea el preludio de un bloqueo comercial y financiero. Pero el mundo de hoy no es el de ayer, y Venezuela no está aislada como estuvo Cuba durante cincuenta años de soledad.

*Intelectual, periodista, escritor, profesor y poeta peruano, actualmente Director del Diario UNO.