El comercio y las crisis sanitarias ¿bajo tutela del lobby empresarial?
Eduardo Camin
El comercio desempeña una función esencial para garantizar el acceso a los bienes y servicios médicos durante las crisis sanitarias mundiales como la pandemia de Covid-19, y para ello es necesaria una mayor cooperación internacional para mejorar la seguridad sanitaria, concluyeron la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco Mundial.
En paralelo, las organizaciones empresariales están preparando el terreno para la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12), postergada en el 2021, que se llevará a cabo en la sede de la OMC en Ginebra entre los días 12 a 15 de junio próximos, donde esperan poder imponer la tutela empresarial a las decisiones de los gobiernos.
Un nuevo informe conjunto, presentada por la Directora General de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, y la Directora Gerente del Banco Mundial, Mari Pangestu, el 3 de junio, Okonjo-Iweala señaló que “Este informe subraya cómo el comercio es una fuerza para el bien en términos de permitir el acceso a bienes y servicios médicos, pero también señala dónde podemos mejorar”.
“Es un recordatorio oportuno, una semana antes de nuestra 12ª Conferencia Ministerial, de cómo el comercio es parte de la solución a muchos de los grandes desafíos de nuestro tiempo, ya sea en la salud pública o el medio ambiente”, añadió.
Según la OMC, el objetivo del informe es ayudar a los responsables de la formulación de políticas a extraer lecciones para la política comercial y la cooperación internacional mediante el examen del comercio y las políticas comerciales de bienes y servicios médicos antes y durante la pandemia.
Al destacar el “papel único” que la OMC y el Banco Mundial pueden desempeñar en el aprovechamiento del comercio para mejorar la seguridad sanitaria mundial, Mari Pangestu, Directora Gerente de Políticas de Desarrollo y Asociaciones del Banco Mundial, dijo: “Necesitamos una mayor apertura comercial, no nacionalismo económico. Necesitamos trabajar colectivamente para garantizar que podamos prepararnos y responder de manera más efectiva a la próxima pandemia”.
El informe destaca que los mercados abiertos pueden aumentar el acceso a los servicios y bienes médicos, incluidos los insumos necesarios para fabricarlos, mejorar su calidad y diversidad, y reducir los costos. Añade que el comercio abierto, combinado con el apoyo financiero de los gobiernos, también estimuló la innovación que condujo al rápido desarrollo de vacunas durante la crisis de Covid-19.
Pero la concentración excesiva de la producción, las políticas comerciales restrictivas, las interrupciones de la cadena de suministro y la divergencia regulatoria pueden poner en peligro la capacidad de los sistemas de salud pública para responder a pandemias y otras crisis de salud, según el informe, que también examina cómo la comunidad internacional puede aprovechar el sistema mundial de comercio en el futuro para mejorar la respuesta colectiva a las crisis mundiales en la búsqueda de la seguridad sanitaria mundial.
Asimismo se destacaron las experiencias de Marruecos e Indonesia en el aprovechamiento del comercio de bienes y servicios médicos para mitigar el impacto de la pandemia de Covid-19.
Abdelouahed Rahal, director general de Comercio de Marruecos señaló que “desde el estallido de la pandemia, Marruecos ha desplegado varias acciones de emergencia para contener la crisis, ajustando su proceso de toma de decisiones basado en los imperativos de la salud pública y la necesidad de revitalizar las perspectivas sociales y económicas del país. Marruecos acoge con satisfacción la solidaridad y la cohesión demostradas por instituciones internacionales como la OMC y el Banco Mundial, y su papel activo para ayudar a mitigar las repercusiones de la pandemia de COVID-19”.
El Viceministro de Salud de Indonesia, Dr. Dante Saksono Harbuwono, indicó que su país “está comprometida a reorganizar la arquitectura de salud global para incluir nuestra cooperación en la defensa contra la pandemia. Tenemos que construir un mecanismo para la formulación de políticas y la movilización de recursos para que las contramedidas médicas de emergencia sean accesibles para todos”.
“ Este informe puede ayudar a mejorar los recursos sanitarios esenciales a nivel mundial y la capacidad de fabricación invirtiendo en lo que importa para minimizar el impacto socioeconómico de una futura pandemia”, añadió
“Esta publicación ofrece información valiosa sobre cómo el comercio de bienes y servicios médicos contribuye a la seguridad sanitaria mundial”, dijo la Directora General Adjunta de la OMC, Anabel González. “Y presenta recomendaciones pragmáticas, concretas y con visión de futuro sobre cómo aprovechar el comercio para estar más preparados y responder de manera más efectiva la próxima vez que golpee una crisis de salud”.
Mariângela Batista Galvão Simão, Subdirectora General de la Organización Mundial de la Salud y Thomas J. Bollyky, Director del Programa de Salud Global, también destacaron la importancia de la cooperación internacional en materia de comercio para responder a la pandemia y fortalecer las defensas contra futuras crisis.
La reforma de la OMC, bajo tutela del lobby empresarial
Sutilmente el uso de la epidemia se convierte en la patología ideal de todas las excusas. El mensaje ha sido claro altos representantes de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil junto a otras organizaciones internacionales exponen recomendaciones y puntos de vista para que la OMC esencialmente pueda seguir cumpliendo su misión en el entorno del comercio actual.
Abordar los retos de la pandemia, el clima, el comercio electrónico y la inclusión, cuestiones toda estas planteadas por diversos miembros en diferentes órganos y distintos foros. En realidad no es ningún misterio que lo que se esta preparando es el terreno para la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12), postergada en el 2021, que se llevará a cabo en la sede de la OMC en Ginebra entre los días 12 a 15 de junio próximos.
Unas iniciativas que abogan por una representación de la comunidad empresarial mundial, – esencialmente por la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y el B-20 Italia,- que desde hace mucho tiempo, insisten sobre la necesidad urgente de reformar la OMC con la excusa de que pueda afrontar los desafíos del siglo XXI.
Al presentar sus propias reivindicaciones a través del documento denominado «El futuro programa de trabajo de la OMC: Perspectivas de las empresas», las dos organizaciones instaron a la OMC a desempeñar un papel clave para garantizar el acceso a cadenas de suministro eficaces y pidieron que la MC12 concluyera las negociaciones para frenar las subvenciones perjudiciales a la pesca.
A su vez, exhortaron a los miembros de la OMC a que se beneficien de un mecanismo de solución de diferencias que funcione plenamente , constituyendo esta en una de las primeras prioridades de la comunidad empresarial. Además, tanto la CCI como el B20 destacaron la importancia de un sólido sistema de notificación y vigilancia del comercio, que permitiría a la OMC desempeñar un papel central durante la pandemia actual y las crisis futuras.
No olvidemos que la Cámara de Comercio Internacional (CCI) es la organización empresarial más grande y representativa del mundo. Con más de 45 millones de miembros en más de 100 países, tienen intereses que abarcan todos los sectores de la empresa privada. La CCI tiene tres actividades principales: establecimiento de reglas, resolución de disputas y promoción de políticas.
Debido a que sus empresas y asociaciones miembros están involucradas en negocios internacionales, la CCI tiene una autoridad incomparable en la elaboración de reglas que gobiernan la conducción de negocios a través de las fronteras. Si bien estas reglas son voluntarias, se observan en miles de transacciones todos los días y se han convertido en parte fundamental del comercio internacional… y por la vía de los hechos en una especie de OMC paralela.
Por su lado Business 20 (B20) es el foro oficial de diálogo empresarial del G20. Fue establecido en 2010, y es uno de los foros más activos del G20. El B20 está formado por más de mil representantes empresariales de los países que integran el G20. De media, suelen participar unos 2.000 actores, que representan a la comunidad empresarial de más de 6,5 millones de empresas.
El B20 tiene como principal misión proponer recomendaciones en los ámbitos priorizados por la presidencia, con el objeto de impulsar el crecimiento y desarrollo económicos, las que son objeto de discusión y elaboración en los grupos de trabajos o consejos específicos establecidos para este cometido. Cada grupo de trabajo está integrado por un centenar de miembros de los países que integran el G20 y un grupo selecto de países y organizaciones internacionales invitados.
Por su parte, John Denton, Secretario General de la CCI, volvió a la carga con un documento titulado “Prioridades empresariales mundiales para la OMC”. El documento abarca cinco esferas prioritarias que la comunidad empresarial desearía que abordaran los miembros de la OMC en la MC12 y se incorporaran a un programa de trabajo en los próximos años. Entre ellas figuran la reforma de la OMC, el comercio y la salud, la sostenibilidad comercial y ambiental, el comercio y la economía digital, y el comercio y la inclusión.
Toda una parafernalia gramatical (de color verde), pero en realidad es que estas entidades son arduas defensoras del neoliberalismo a ultranza y para que la OMC sea útil, tiene que funcionar en consonancia con sus propósitos. “Necesitamos aprender de lo que acaba de suceder y preparar a la organización para hacer frente a las crisis de salud en el futuro. Tiene que lidiar con la agenda digital. Debemos unir el clima y el comercio. No podemos tener empresas que operen en un planeta que en realidad no funciona”, dicen desde el mundo empresarial.
Se podrá discutir sobre la eficacia de la OMC pero convendría recordar que en principio y estatutariamente, la OMC está dirigida por los gobiernos de sus miembros. Todas las decisiones importantes deben ser adoptadas por la totalidad de los miembros, ya sea por sus ministros que se reúnen por lo menos una vez cada dos años, o por sus embajadores o delegados que se reúnen regularmente en Ginebra, aunque de toda evidencia, para el mundo empresarial, no sea más que papel mojado.
Por su parte, la Directora Generale Okonjo-Iweala es inequívoca con sus mensajes declarando: «Tengo muchas ganas de trabajar con la comunidad empresarial en todas estas cuestiones. Ustedes van a tener que ser parte integrante de estas reformas. Espero que podamos trabajar de la mano».
Una vez mas queda demostrado como el lobby empresarial, actúa como un mecanismo de influencia de poder en las relaciones comerciales internacionales. Expone sus orígenes y el medio donde se desarrolla, así como su estructura, organización y experiencias. Detalla el campo específico y conveniente de su implantación, afirmando que es saludable cuando los países y las empresas empiezan a internacionalizarse pues posibilita superar las barreras al comercio.
Si aceptamos como punto de partida que el comercio puede convertirse en una herramienta fundamental para el desarrollo de los países empobrecidos, debemos igualmente estar en capacidad de evaluar algunas de las razones por las cuales la agenda de liberalización comercial agresiva de la actualidad, ni es una agenda para el desarrollo sostenible, ni ayuda a reducir los problemas de pobreza fijados en los ODM.
Bajo las actuales circunstancias, el comercio lejos de significar un factor de desarrollo y convergencia de las economías más empobrecidas ha significado en algunos casos dramáticas reducciones de participación en el mercado el tema de la deuda y la crisis de productos básicos, demuestran no ser la agenda prioritaria de los países desarrollados, ni en el caso de los Estados Unidos, ni mucho menos para la Unión Europea.
La realidad de un mundo en guerra nos fuerzan a cambios urgentes en la estructura del comercio multilateral, así como a toda una discusión de fondo sobre la ayuda y la cooperación internacional, los flujos de capital y las migraciones, la distribución de ingresos mundiales, la transferencia de conocimiento y tecnologías y los modelos de consumo energéticos para la protección del medio ambiente y el cambio climático, lo demás es pura dialéctica y barbarie capitalista.
*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)