EEUU y OTAN dan por terminada la guerra en Afganistán tras 13 años, 1.6 billones de dólares y 2224 muertos
Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) terminaron formalmente este domingo la guerra en Afganistán, luego de 13 años de la invasión encabezada por Washington, que arrojaron un saldo de tres mil 500 soldados muertos de las fuerzas de ocupación, dos mil 224 estadounidenses entre ellos.
El final de la misión militar estuvo marcado por una ceremonia de arriamiento de la bandera verde y blanco en la base de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Kabul, y de izamiento del lábaro de la nueva fuerza extranjera que la remplazará, denominada Apoyo Decidido.
Con la conclusión de la primera misión se van definitivamente los 11 mil uniformados extranjeros que permanecían en este país centroasiático, de un total de efectivos que llegó a sumar 140 mil en 2010 y que hasta hace dos años entraron directamente en combate con el talibán, la organización político-militar que fue derrocada con la ocupación de noviembre de 2001, acusada de apoyar los ataques en Nueva York y Washington de septiembre de aquel año.
Al iniciar la segunda misión, oficialmente a partir del 1º de enero, los ejércitos extranjeros dejarán en Afganistán 13 mil 500 elementos de 40 países –11 mil estadunidenses– que se dedicarán al entrenamiento y el apoyo técnico a las fuerzas armadas afganas.
A pesar de los 13 años de ocupación militar, afganos y extranjeros deben enfrentar aún a la resistencia guerrillera del talibán, el cual se refugió tras la invasión en la zona montañosa fronteriza con Pakistán y posteriormente hostigó a la ISAF con ataques sorpresivos y, sobre todo, con explosivos que detonaron al paso de convoyes en carreteras.
El general John Campbell, comandante de la ISAF, rindió homenaje a los soldados extranjeros caídos en esta tierra y elogió al ejército afgano, al asegurar que tiene la confianza de que será capaz de asumir la lucha por sí solo.
El día de hoy marca el fin de una era y el comienzo de otra, dijo Campbell a oficiales afganos, militares extranjeros, diplomáticos y periodistas.
El presidente Barack Obama no dejó pasar este hecho sin recordar que la finalización de las actividades militares estadunidenses fue un compromiso de su primera campaña electoral en 2008.
La guerra más extensa en la historia de Estados Unidos está llegando a una conclusión responsable, señaló el mandatario en una declaración que saludó el sacrificio de más de dos mil 224 estadunidenses que murieron en servicio.
Los desafíos por delante estarán a cargo del pueblo afgano y sus fuerzas de seguridad, quienes continúan haciendo sacrificios para defender a su país, subrayó Obama. Afganistán continúa siendo un lugar peligroso, sostuvo.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, que asumió el poder en septiembre, firmó acuerdos bilaterales de seguridad con Washington y la OTAN que permiten la presencia militar permanente en un país donde, según cálculos de la Organización de Naciones Unidas, las bajas civiles en 2014 ascienden a unas 10 mil personas.
Un portavoz del talibán, Zabihullah Mudshahed, consultado por la agencia de noticias alemana Dpa, afirmó que los mujaidines seguirán luchando contra los intrusos, aun cuando quede uno solo en nuestro país.
La ISAF no cumplió con su meta de convertir a Afganistán en otra colonia estadunidense y amenazar desde aquí el centro de Asia, sostuvo el portavoz. Se van sin resultados luego de 13 años.
En Washington, mientras tanto, el Congreso estadunidense difundió un estudio en el cual señaló que el costo total de las guerras llevadas a cabo por Estados Unidos tras los ataques de 2001 asciende, hasta 2014, a 1.6 billones de dólares.
La cifra incluye el costo de las operaciones militares, el apoyo a las bases, el mantenimiento del armamento, el entrenamiento de fuerzas de seguridad iraquíes y afganas, la reconstrucción, ayuda exterior y costos de las embajadas.
La información también abarca el costo de los cuidados de salud para los veteranos que regresan de las operaciones militares en Estados Unidos tras los ataques de 2001.
Washington gastó 686 mil millones de dólares en Afganistán y en acciones relacionadas contra lo que denomina terrorismo, equivalente a 43 por ciento del gasto. La operación de Irak costó 815 mil millones de dólares, 51 por ciento del total. Otros gastos bélicos elevan la suma 1.6 billones de dólares.
El presupuesto solicitado por el gobierno federal para cubrir los gastos de las guerras en 2015 fue de 73 mil 500 millones de dólares, 58 mil 100 millones destinados a Afganistán.
El cálculo difundido por el CRS resulta muy conservador respecto de otros estudios difundidos por académicos sobre el costo financiero de las guerras emprendidas por Estados Unidos en el siglo XXI.
Un estudio de la Universidad de Boston estimó que el costo de las guerras en Irak y Afganistán, así como la asistencia para Pakistán, asciende a 4.4 billones de dólares, incluidos costos de salud para veteranos discapacitados e intereses de la deuda relacionada con las intervenciones.