EEUU sigue obsesionado con colapsar Cuba, dice experto estadounidense

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David Brooks y Jim Cason

Fulton Armstrong, ex asesor en asuntos interamericanos detalla que la Casa Blanca no pretende una modificación en la isla, sino el colapso del sistema con la creencia ficticia de que desde ese polvo surgirá un gobierno democrático y proestadunidense . Indica que a lo largo de los años se creó un Frankenstein en la política exterior

Estados Unidos nunca ha cesado, quizá con la excepción de un breve periodo, en su objetivo de cambiar de régimen en Cuba desde la Revolución, incluida la creación de un Frankenstein doméstico obsesionado con esa meta, dentro de una política bilateral hacia la isla donde el único que ha demostrado su voluntad de cambio es La Habana y no Washington, resume Fulton Armstrong, experto y ex oficial de inteligencia.

Armstrong, quien fue oficial de inteligencia nacional para América Latina y director de asuntos interamericanos en el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, trabajó unos tres años en el Departamento de Estado –la mayoría de ese tiempo en La Habana– fue asesor del Comité de Relaciones Exteriores del Senado bajo el entonces senador John Kerry –y ahora es académico en la American University–, platicó con La Jornada sobre la coyuntura de la relación de Estados Unidos con Cuba.

–Más de seis décadas de la misma política estadunidense hacia Cuba que ha fracasado en su objetivo de derrocar al gobierno. ¿Por qué sigue con lo mismo?

–¿Cómo es que mantenemos la misma política después de casi 70 años? Creo que cuando eres tan orgulloso de tu ignorancia como nosotros (en Estados Unidos), creo que somos número uno en eso… Nunca hemos respetado a Cuba o América Latina. Sólo tratamos con las élites porque en muchos casos se subordinan, hablan inglés, frecuentemente son blancos… Somos el país más orgulloso de su propia ignorancia en el mundo… Eso explica en parte porqué no tiene sentido nuestra política hacia Cuba.

Barack Obama sí merece crédito por intentar no sólo renovar cómo elaboramos la política hacia Cuba, sino también modificar los objetivos de esa estrategia. Ya no decían cambio de régimen por otros medios, sino que se necesitaba otra forma de abordar la relación, incluidos los objetivos… Pero los burócratas encargados de política exterior al final lo impidieron, y obvio, también el regreso de (Donald) Trump.

–¿Pero eso se debe sólo a los burócratas?

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Jorge Mas Canosa, creador de la Fundación Nacional Cubano Americana

–No, a lo largo de los años empezando con la Bahía de Cochinos, y sobre todo durante el gobierno de (Ronald) Reagan, donde ayudaron a crear instancias como la Fundación Nacional Cubano-Estadunidense con Jorge Mas Canosa, usando el modelo de AI-PAC (el grupo de cabildeo sionista), creamos un Frankenstein cada vez más fuerte… Y los burócratas en Washington responden al poder. Siempre insistían en que no se podía cambiar la política por los (cubanoestadunidenses y sus aliados) en el Congreso.

“Era el monstruo que nosotros mismos creamos y empiezan a obedecer a Frankenstein, ellos deshicieron al final el cambio de política de Obama y durante el gobierno de (Joe) Biden no se hizo nada más que unas cuantas movidas cínicas. Anunciaron medidas e hicieron nada o muy poco”, señala Armstrong.

–¿Qué se necesita saber de esta coyuntura en la relación estadunidense con Cuba?

–No veo ninguna diferencia en lo que está haciendo la gente del actual presidente estadunidense con lo que había antes. Estamos en una transición de vuelta al primer periodo de Donald Trump, porque, primero, Biden no hizo nada, y, dos, esto es lo que les encanta a los burócratas (los cuales son esencialmente fieles a la doctrina Monroe), básicamente creen que es nuestro derecho dado por Dios de imponer sanciones contra cualquiera que no nos besa las nalgas. La política del actual mandatario hacia Cuba es mantener el estatus quo.

Todo el dinero fluye todavía a Televisión y Radio Martí, a pesar de la suspensión de fondos para estaciones equivalentes en otras regiones. Continúan llegando entre 25 y 30 millones de dólares anuales para programas destinados al cambio de régimen (a pesar de la cancelación de casi toda la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid). Algunos expertos consideran que Washington no aplica presión máxima, pero yo no veo evidencia de que vayan a reducirla. No se reúnen con funcionarios cubanos, ni para las pláticas de migración que son un pilar de la relación. No aprecio nada creativo que estén haciendo con el sector privado de Cuba porque saben que eso podría contribuir a una modificación evolucionaria. Pero eso no es lo que quieren. Quieren el colapso total del sistema con la creencia ficticia de que desde ese polvo surgirá un gobierno pro democrático, pro estadunidense, pro Miami, enfatiza.

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Fulton Armstrong también colaboró con el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Hoy es académico en la American University

Apretón de tuercas

¿Nada nuevo? –se le pregunta al ex oficial de inteligencia.

–Aprietan las tuercas que son fáciles, incluidas algunas de las sanciones, lo de las visas por ejemplo… Pero no han hecho cosas dramáticas. Hay alguna evidencia de que la gente de Trump no realizará una escalada masiva… Pero a propósito o por pura estupidez, podrían hacer algo bastante drástico. No efectuar reuniones sobre migración no es buena señal para los habitantes de la isla ni para los cubano-estadunidenses. Por las condiciones horribles de la economía de La Habana, con las sanciones arrojan cerillos (no es lo mismo bombardear), pero los fósforos son peligrosos. Esperamos ver si harán algo con las licencias que permiten los viajes de académicos y algunas organizaciones no gubernamentales. Ya están limitando más el llamado apoyo al pueblo cubano y ese tipo de cosas, pero todo esto es apretar tuercas. Pero la presión máxima debe ser presión máxima”, expresa Armstrong.

¿Qué planean, entonces?

–Nadie sabe, ya que este gobierno en Washington es menos transparente que el régimen cubano. Por ahora, no hay pláticas migratorias, por ejemplo, porque en la isla saben que las puertas están cerradas a eso… Sí existe un escenario de poca probabilidad, pero es significativo porque su impacto sería enorme, el cual se previó primero durante el gobierno de Bush y Cheney, de repatriaciones forzadas para provocar un enfrentamiento con la fuerza militar cubana débil. Sería alentar a que respondieran y con ello establecer lo que la gente en Miami llama un territorio cubano liberado por fuerza (es un escenario muy improbable, pero existe). Tal vez algunos de los cowboys en este gobierno, con toda esa mierda que sale del Comando Sur sobre las amenazas china y rusa en Cuba, eso podría animar a algunos a contemplar esto”.

–¿Desde su experiencia en el gobierno, cómo se elabora la política hacia Cuba?

–Todos saben que este gobierno (de Trump) es voluble, sin pensamiento estratégico, sin base en el interés nacional; todo se trata del mandatario y sus intereses personales, tal vez sus ambiciones financieras, no hay estrategia. No existe un proceso de elaboración de políticas. El Consejo de Seguridad Nacional está descompuesto… No hay director para asuntos hemisféricos en el Departamento de Estado.”

–¿El futuro inmediato?

–El cinismo de Trump, y antes el de Biden, convence a los cubanos que Estados Unidos no está listo para un cambio en la relación. El punto es que ellos sí aceptaron el reto de la normalización de la relación, pero nosotros no. Estaban preparados para aceptar el desafío de la normalización, y nosotros no. Cuba entendió que tenía que hacer modificaciones, pero necesitaba el espacio para hacerlo. Realizaron evoluciones como permitir el acceso al Internet, y antes, abrieron el sector privado, soltaron prisioneros políticos y han hecho más de lo que les corresponde sobre drogas y migración. ¿Qué más queremos? Los estadunidenses no pueden responder a esa pregunta más allá de desmantélate. Cuidado con lo que uno desea… Ahora nosotros estamos en esto por despecho, para que no sólo se rindan, sino que se mueran. Eso no está en nuestro interés nacional.

*Corresponsales de La Jornada de México en Estados Unidos