EEUU ataca barco y Venezuela denuncia operación falsa de la DEA

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Victoria Korn

El presidente estadounidense Donald Trump publicó en su red Truth Social un nuevo video que muestra un ataque militar estadounidense contra una presunta lancha del narcotráfico supuestamente en aguas internacionales, en el que murieron tres personas, pero a  diferencia de cuando informó sobre otros ataques en las últimas semanas, en este caso el magnate no precisó si éste ocurrió cerca de Venezuela.

Tampoco indicó la fecha en la que ocurrió; sólo mencionó que tuvo lugar en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos, que incluye América Central, Sudamérica y el Caribe.

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En las imágenes se aprecia una embarcación bajo la mira de algún tipo de arma, y posteriormente su explosión tras ser alcanzada por municiones.

Trump afirmó que los servicios de inteligencia estadunidenses confirmaron que la lancha transportaba narcóticos “a lo largo de una conocida ruta del narcotráfico, rumbo a envenenar a sus ciudadanos”. El ataque reciente de EE.UU. contra un barco venezolano causó tres muertes sin pruebas presentadas de narcotráfico. Venezuela calificó la operación estadounidense como una “bandera falsa” y denuncia la afectación a su industria pesquera.

El aumento militar de EE.UU. en el Caribe coincide con presiones políticas y acusaciones no fundamentadas contra el gobierno venezolano. El 17 de septiembre de 2025, el ejército de Estados Unidos llevó a cabo un ataque letal contra un barco venezolano en el Caribe, donde murieron tres personas. El presidente Donald Trump afirmó que el barco estaba vinculado a narcoterroristas y que transportaba drogas para EE.UU., sin presentar evidencia clara. El video difundido muestra el barco en llamas, pero sin pruebas de combate o incautaciones.

Trump reconoció que la industria pesquera ha sido afectada y advirtió que la estrategia podría extenderse a rutas terrestres, incluso dentro de Venezuela. Ese ataque es el segundo en semanas contra embarcaciones venezolanas, luego de uno el 2 de septiembre que ocasionó 11 muertes relacionadas supuestamente con el grupo Tren de Aragua, aunque Venezuela negó esos vínculos.

Deespligue de b arcos de guerra estadounidenses en el Caribe Sur

La publicación incluyó un video que muestra una lancha bajo la mira de algún tipo de arma; pocos segundos después, la embarcación explota tras ser alcanzada por munición. “El ataque mató a tres hombres narcoterroristas a bordo de la embarcación, que se encontraba en aguas internacionales. Ningún miembro de las fuerzas estadunidenses resultó herido en este ataque”, añadió el republicano.

Anteriormente, Trump informó que Estados Unidos había “eliminado” tres embarcaciones y matado a 14 personas como parte de su ofensiva, pero su gobierno sólo ha publicado videos de dos ataques. No quedó claro si el ataque es el tercero de esos tres o uno nuevo, que sería el cuarto. La administración Trump tampoco proporcionó detalles para respaldar sus alegaciones de que los barcos atacados realmente estaban involucrados en el tráfico de drogas.

El despliegue militar de Washington, conformado por ocho buques de guerra, un submarino a propulsión nuclear en el Caribe sur frente a la costa de Venezuela y 10 aviones de combate en Puerto Rico, despierta temores en Latinoamérica de que Washington esté planeando atacar Caracas. También suscitó un debate sobre la legalidad de los asesinatos.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado a Estados Unidos de querer en realidad desestabilizar al país y buscar un cambio de gobierno, mientras que Washington lo acusa, sin pruebas, de supuestos vínculos con el narcotráfico e incluso ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.

En este contexto, el medio de investigación The Intercept informó que esta semana el Pentágono prohibió a altos funcionarios de la Cámara de Representantes asistir a una sesión informativa sobre el primer ataque a una lancha, ocurrido el 2 de septiembre, en el que asesinaron a 11 personas en el Caribe, según tres fuentes gubernamentales que hablaron bajo condición de anonimato.

El ejército alegó como pretexto “medidas alternativas de control compensatorio” (procedimientos de seguridad reforzados diseñados para mantener la información en secreto).

El medio agregó que el Pentágono ha intentado ocultar numerosos detalles sobre el hecho, incluido que el buque alteró su rumbo y aparentemente regresó a la costa antes de los impactos. The Intecept precisó que los hombres a bordo sobrevivieron a un ataque inicial, pero poco después murieron en una posterior embestida.

Los informantes de la oficina del subsecretario de Defensa para Operaciones Especiales de Baja Intensidad y el funcionario designado por el Pentágono para supervisar las operaciones especiales precisaron que el ataque no fue un caso aislado y que las operaciones letales continuarían, según tres fuentes familiarizadas con las reuniones.

La Guardia Nacional Bolivariana incautó posteriormente una lancha con cocaína y detuvo a un supuesto agente de la DEA, denunciando un plan de “operación de bandera falsa” para atribuir la carga a Venezuela falsamente. Caracas rechazó las declaraciones de Washington que señalan al país como productor y corredor principal de drogas, basándose en informes de la ONU y la DEA que indican lo contrario.

El incremento del despliegue militar estadounidense en la región —con miles de soldados, buques de guerra y armas— ha generado preocupación internacional. Legisladores estadounidenses y países latinoamericanos han condenado los ataques y exigido respeto a la soberanía venezolana. El presidente venezolano Nicolás Maduro acusó a EE.UU. de intentar provocar un conflicto para cambiar el régimen y confirma que las comunicaciones diplomáticas están casi rotas, con escasas líneas de contacto para gestiones específicas.

Ante la ONU

Alexander Yánez, embajador de Venezuela ante el Consejo de Seguridad de la ONU, exigió el cese de las acciones militares de EEUU tras el despliegue de su flota en el Caribe Sur y pidió respeto a la soberanía y garantía a la integridad territorial del país. El diplomático pidió “poner fin a etapas y acciones hostiles y respetar plenamente la soberanía e integridad territorial y la independencia política de Venezuela”.

Añadió que estas acciones “que son una violación flagrante de la carta de la ONU, amenazan gravemente la estabilidad hemisférica y ponen el peligro los derechos humanos del pueblo venezolano y de la región”.

Acompañado de tres migrantes venezolanos que estuvieron secuestrados en un cárcel de máxima seguridad en El Salvador, el embajador de Venezuela ante la ONU condenó “la política sistemática de hostigamiento por parte de EEUU que ha venido escalando a través de la ilegal aplicación de medidas coercitivas unilaterales, campaña de descrédito y desconocimiento de nuestras instituciones legítimas que buscan justificar una intervención extranjera en Venezuela”.

Asimismo, el Fiscal General de la República, Tarek William Saab, condenó enérgicamente los actos de Estados Unidos y exigió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la apertura de una investigación exhaustiva sobre estos hechos. Afirmó que: “El uso de misiles y armas nucleares para asesinar serialmente indefensos pescadores en una pequeña lancha son crímenes de lesa humanidad que deben ser investigados por la ONU.

**Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe,  asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)