EEUU admite que debe controlar el espionaje a países aliados

Obama y Comey, jefe del FBI
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DAVID BROOKS|La Casa Blanca aceptó que tiene que controlar el espionaje a las comunicaciones de sus amigos y aliados en el mundo. Reconocemos que se necesitan más limitaciones sobre cómo recaudamos y utilizamos la inteligencia en un mundo cada vez más interconectado con enormes flujos de información, declaró el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. Reiteró: necesitamos asegurar que recabamos información a medida que avanzan nuestras necesidades de seguridad y que no sólo lo hacemos porque podemos.

Obama y Comey, jefe del FBI
Obama y Comey, jefe del FBI

La Jornada

Ante las casi diarias revelaciones del espionaje masivo de Estados Unidos a países aliados –se agrega España a la lista–, la Casa Blanca continúa formulando explicaciones que por un lado justifican sus actividades y por otro aceptan que algo está mal, pero al mismo tiempo intenta proteger al presidente ante las crecientes denuncias.

Carney reiteró que el presidente Barack Obama ordenó una evaluación de estas operaciones –sobre todo las que tienen que ver con nuestros socios y aliados más cercanos– para buscar equilibrar las necesidades de seguridad nacional con los derechos y libertades civiles, e informó que ese proceso se completará antes de que termine este año.

Usamos la inteligencia sólo para cuestiones de seguridad: vocero

Ante una pregunta sobre si el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) se emplea también con fines económicos, el vocero de la Casa Blanca afirmó: “no usamos nuestras capacidades de inteligencia para ese propósito, las usamos para cuestiones de seguridad…” No explicó por qué algunos de los documentos oficiales filtrados revelan espionaje sobre reuniones e instituciones internacionales dedicadas a asuntos económicos y comerciales.

Al reconocer que se necesitan mayores controles, el gobierno de Obama por primera vez indicó que está considerando cambios, si no de personal, sí de prácticas, para tratar de controlar lo que se ha vuelto una crisis diplomática de consecuencias políticas para el ocupante de la Casa Blanca.

Esta crisis daña la imagen de una presidencia que prometía una nueva etapa de relaciones internacionales basadas en la cooperación y la transparencia para abordar los grandes problemas del mundo, pues cada vez más gobiernos denuncian públicamente las actividades de vigilancia divulgadas día tras día con base en los documentos secretos de la NSA filtrados por Edward Snowden. Hasta ahora, la lista incluye a México, Brasil, Alemania, Francia, Italia y ahora España.

Todo indica que esta lista se ampliará próximamente, dado que The Guardian había reportado hace unos días que la NSA había vigilado a por lo menos 35 mandatarios. La noche del domingo el Wall Street Journal reportó que el programa del NSA empleado para espiar a varios gobernantes fue suspendido en el verano, o sea, hace unos meses.

En tanto, los gobiernos de Alemania y Francia han informado que enviarán a altos funcionarios encargados de inteligencia a Washington esta semana para tratar de elaborar un acuerdo sobre límites o normas de todo tipo de espionaje entre estos aliados.

Hoy, una delegación del Parlamento Europeo se reunió con legisladores estadunidenses para abordar las revelaciones del espionaje masivo. “La confianza se ha desvanecido… Tenemos que trabajar duro para restablecerla entre nuestros líderes, entre nuestros pueblos”, comentó Elmar Brok, integrante alemán del Parlamento Europeo, reportó Reuters.

A la vez, los gobiernos de Alemania y Brasil elaboran una resolución para la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que, si prospera, culminará en una condena literalmente mundial del espionaje estadunidense.

Frente a la creciente reacción nacional e internacional, otros políticos aquí también empiezan a cambiar su retórica. Esta tarde, la senadora demócrata Dianne Feinstein, quien preside el comité de inteligencia de la cámara alta y una de las defensoras más férreas de la comunidad de inteligencia, declaró estar totalmente opuesta a la vigilancia secreta a aliados estadunidenses como Francia, España, México y Alemania. Afirmó que se requiere una amplia evaluación de todo esto.

A menos de que Estados Unidos enfrente hostilidades contra un país o haya una necesidad de emergencia para este tipo de vigilancia, no creo que deba estar recaudando llamadas telefónicas o correos electrónicos de presidentes y primeros ministros amigos, dijo Feinstein.

Por ahora nadie acepta responsabilidad directa por ordenar este tipo de operaciones de inteligencia contra países aliados. Se sabe que muchos iniciaron en el gobierno de George W. Bush según nuevas medidas establecidas en respuesta al 11-S. Por ejemplo, Der Spiegel reportó que el espionaje a la ahora mandataria alemana Ángela Merkel inició en 2002 y siguió hasta estos días.

Durante los últimos días se ha repetido que el presidente Obama no estaba enterado de las operaciones que tenían que ver con el monitoreo de las comunicaciones personales de Merkel.

El domingo la NSA rechazó que su director, el general Keith Alexander, informó a Obama del espionaje a Merkel en 2010, como se reportó en medios alemanes este fin de semana. Pero el desmentido sólo generó más preguntas sobre cómo Alexander, o el jefe de Inteligencia Nacional, James Clapper, no informaron a su jefe de una operación de este nivel, sobre todo después de las primeras filtraciones de Snowden.

Feinstein indicó: es mi entendimiento que el presidente Obama no sabía que las comunicaciones de Merkel eran vigiladas desde 2002. Eso es un gran problema.

Mientras tanto, se espera el próximo capítulo de revelaciones sobre quién espió a quién.

Mientras, Cameron…

El primer ministro británico, David Cameron, amenazó hoy a la prensa de su país, con particular dedicatoria al diario The Guardian, con acciones que podrían llegar hasta la censura contra diarios que no paren de publicar filtraciones que el gobierno considere dañinas.

Sin mencionar específicamente a The Guardian, que desató a mediados de año la publicación de documentos filtrados por Edward Snowden, ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Cameron dijo al Parlamento: “no quiero tener que usar requerimientos judiciales, órdenes de censura u otras medidas más duras.