Ecuador, un verano caliente

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Roberto Andrade

  Muchos se preguntan si la visita del Papa Francisco al Ecuador que comienza esta domingo, permitirá una tregua de las movilizaciones callejeras en contra y a favor del gobierno de Rafael Correa que se han prolongado por cuatro semanas consecutivas.

Voceros de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana llamaron al diálogo sincero y a deponer actitudes a creyentes y no creyentes con motivo de la visita del Papa. Pero desde la oposición se anuncia que las manifestaciones de protesta continuarán, incluso haciendo peligrar la visita papal.

Las motivos para que se agite el avispero fueron los proyectos de “Ley Orgánica para la Distribución de la Riqueza” (herencia) y de impuesto a la plusvalía, que fueron enviados por el Ejecutivo a la Asamblea Nacional a comienzos de junio. El primero de ellos, establece un impuesto progresivo que arranca con un 2.5 % para las herencias de 35.400 dólares y llega a 47.5 % para las herencias superiores a 566,400 dólares.

Según voceros del gobierno, esta ley afectaría a solo el 2 por ciento de la población, siendo su objetivo evitar la evasión tributaria a través de fideicomisos y lograr una “mejor distribución de la riqueza fortaleciendo la imposición en los segmentos donde existe mayor concentración”.

El impuesto a la plusvalía fundamentalmente busca grabar a las personas que se “enriquecen de forma ilegítima” a través de la especulación de la tenencia de bienes inmuebles y que se benefician del incremento de precios de los mismos cuando interviene el Estado a través de la ejecución de obras públicas.

Contando con una cómoda mayoría en la Asamblea Nacional, el gobierno pensó que estas leyes se tramitarían sin mayores inconvenientes, como ha sucedido con otras tantas que han sido aprobadas en los últimos años. Pero esta vez, la reacción fue furibunda de parte de los posibles afectados y de otros que no lo serán, pero que encontraron el pretexto perfecto para encender la pradera en el último mes, con fines claramente desestabilizadores, según ha denunciado el gobierno.

El economista Luis Rosero opina que el gobierno ha aprobado proyectos de ley contando con su mayoría parlamentaria “sin tener una estrategia comunicacional, análisis del entorno y tino para tratar temas sensibles, lo que, aprovechado por la oposición, provocó desinformación y confusión sobre quienes deberían pagar los impuestos señalados”. (1)

Hábilmente la derecha aprovechó el momento para confundir señalando que las leyes de herencia y plusvalía afectaban a la familia (un aspecto bastante sensible entre los ecuatorianos), a los que “trabajaban y se sacrificaban” toda la vida para dejar “una herencia” a sus hijos que, con la vigencia de las leyes, “serán confiscados por el “Estado gallinazo”.

A pesar de que el proyecto neoliberal que postula la derecha ha sido cuestionado y derrotado en las urnas en Ecuador y en América Latina, esta derecha mantiene la hegemonía de sobre las ideas conservadoras y egoístas de la sociedad, sostiene el sociólogo brasileño Emir Sader. Y agrega que el “modelo de vida norteamericano” ha echado raíces profundas en todos los niveles de la sociedad y con éste, el egoísmo, el individualismo, el consumismo, la discriminación, el racismo, la falta de solidaridad social”. (2)

Luego de que fueron agredidos física y verbalmente varios simpatizantes de Alianza País durante los primeros días de las marchas opositores, el presidente Correa, para calmar las tensiones, anunció la suspensión temporal del trámite legislativo de los mencionados proyectos de ley, a la vez que convocaba a un diálogo nacional sobre los temas de la equidad y la justicia y anunciaba modificaciones del proyecto de “ley de herencias” como el no cobro a los herederos de los negocios que estuvieran en marcha.

Nada ha servido para calmar los ánimos y la oposición de derecha y extrema izquierda, de los grandes grupos económicos y del poder mediático privado, de algunos gremios profesionales y de algunos sectores inconformes con la política gubernamental que se han unificado bajo la consigna “fuera Correa, fuera”.

Golpe suave

Ciertamente, a estas alturas del siglo XXI, no hay condiciones para un golpe clásico con magnicidio o intervención militar porque ese régimen quedaría inmediatamente aislado. Sin embargo, ahora se utilizan las tácticas de los llamados “golpes blandos”, “golpes suaves”, o “revoluciones de colores” ideados por el ideólogo Gene Sharp del Albert Einsten Institution y que han sido retomadas por Washington para desestabilizar a los gobiernos no afines a sus intereses.

Las últimas semanas se están utilizando en el Ecuador las tácticas y métodos de los “golpes suaves” cuyos objetivos son desgastar al gobierno, provocar el caos y la ingobernabilidad, para pescar a río revuelto. Así se ha visto el uso de la violencia física y verbal, que ha incluido quema de las banderas de Alianza País, agresión con objetos contundentes a los seguidores del gobierno a los cuales se les descalifica llamándolos “borregos”, “sanducheros”, “longos” (indios), “vagos”.

A esto se añaden, los golpes de efecto como las marchas motorizadas e intentos de cercar el Palacio de Gobierno en Quito, la utilización de las redes sociales para difundir mensajes de odio y llamados a hostigar a los funcionarios públicos. Además se difunden rumores sobre desabastecimiento de productos en los supermercados y “análisis” de supuestos expertos extranjeros que señalan que corre peligro la dolarización.

Primero los bolsillos

Los grandes empresarios y banqueros, a los que no les ha ido mal en el gobierno de Rafael Correa que se inició en el 2007, esta vez han dicho que no dialogarán mientras no se entierren definidamente los proyectos de ley a los que han calificado como “confiscatorios” y contrarios “al deseo de progresar”.

En estos 8 años, los empresarios han obtenido grandes ganancias y siguen concentrando y monopolizando ciertas ramas de la economía. Solo para dar un dato ilustrativo: en los cinco primeros meses de este año, los bancos obtuvieron una ganancia de $131’565.000, lo que representa un incremento del 7,8% con respecto a los mismos meses de 2014 ($ 122’009.000) (3) Cabe indicar, sin embargo, que, a diferencia de épocas pasadas, ahora estos y otros grupos económicos si están pagando impuestos , como indican las cifras del Servicio de Rentas Internas, organismo que en el último año ha recaudado 13,6 mil millones de dólares, tres veces más que lo recaudado en 2006.

Los altos precios del petróleo y la renegociación de la deuda externa y de los contratos petroleros, así como la exitosa recaudación tributaria, le han permitido al gobierno de Rafael Correa contar con los recursos suficientes para impulsar un modelo social redistributivo cuyas obras están a la vista: carreteras, puertos, aeropuertos, hidroeléctricas, parques recreacionales, modernización y mejoramiento de las instituciones y los servicios públicos, incremento de la inversión social en salud y educación, becas para 10.000 estudiantes en las universidades del exterior, reducción de la pobreza y la extrema pobreza, atención a los migrantes y las personas con discapacidad, etc. El gobierno ha retomado la planificación como elemento central de la política pública y prioriza la inversión social, pero ahora el crecimiento se verá afectado debido a la baja del precio del petróleo y a la sobrevaloración del dólar, lo que ha obligado al gobierno a tomar salvaguardias arancelarias para proteger la producción nacional.

A favor y en contraec protesta
 
Los movimientos y organizaciones sociales se encuentran fraccionados en relación al proceso y al gobierno de Rafael Correa, y en las últimas semanas han protagonizado marchas y manifestaciones tanto en contra como a favor. En el sector opositor están el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la CONAIE, sectores ligados al exMPD, entre otros. Aglutinados en la Coordinadora Unitaria de Trabajadores, Campesinos, Indígenas y Organizaciones Populares llaman a un paro nacional con una extensa plataforma que incluye el archivo definitivo de las leyes de herencia y plusvalía y de las enmiendas constitucionales que posibilitarían la reelección presidencial y de otros funcionarios públicos; rechazan la Ley de Justicia Laboral y lo que denominan la criminalización de la protesta social, recuperar y fortalecer la Educación Intercultural Bilingüe, etc. Estas organizaciones intentan diferenciarse de la derecha haciendo sus propias convocatorias, sin embargo coinciden en cuestionar lo que denominan autoritarismo del régimen y en el grito de “fuera Correa” aunque han señalado que no pretenden impulsar un golpe de Estado sino demandar atención a sus demandas.

Entre las organizaciones que apoyan al proyecto de la Revolución Ciudadana se encuentran la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Alianza Indígena, la FENOCIN, organizaciones de montubios, afros, discapacitados, etc., que han anunciado que “defenderán el modelo político de la Revolución Ciudadana frente a los intentos de desestabilización por parte de la derecha ecuatoriana”. Desde el campo político, apoya el proceso, el Frente Unidos, que está integrado por 16 organizaciones, los gobiernos parroquiales y varios municipios.

El retorno del pasado

Quienes llevan la voz cantante de las marchas opositoras son los dinosaurios de la derecha económica y política (apoyadas por los medios privados) que consideran que ya es el momento de retomar el poder central que en los últimos ocho años ha estado en manos de un mandatario que no es “uno de los suyos”.

Algunos manifestantes opositores llevan banderas negras, que, según ellos, simbolizan la “muerte de la democracia”, pero para otros es inevitable asociarlos con los “camisas negras” de los tiempos de Mussolini en Italia, o con los símbolos de la marcha de los “crespones negros” que encabezó el fallecido expresidente León Febres Cordero, en respaldo al banquero Fernando Aspiazu, durante la crisis bancaria de los años 1999-2000. Otros, portan banderas del Ecuador, y unos terceros, las de Guayaquil, agitando un arcaico regionalismo que no ha sido desterrado por las élites del Puerto Principal.

Unificados tras el odio a Correa, sin embargo los políticos derecha disputan el liderazgo de las marchas con miras a retomar el poder. Lo que les aterra es que Correa pueda reelegirse en el 2017, tras la aprobación de las enmiendas constitucionales por parte de la Asamblea Nacional que permitirían la reelección indefinida de los funcionarios públicos.

Por un lado, está el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien ha establecido una alianza con el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, con el prefecto de la provincia del Azuay, Paúl Carrasco, quien proviene de la socialdemocracia y se ha unido a los dos primeros a nombre de una pretendida “unidad en la diversidad”. También están el banquero Guillermo Lasso, quien lidera el movimiento Creando Oportunidades (CREO) y es virtualmente el candidato presidencial por este grupo político para las elecciones del 2017.

Nebot, quien encabezó una masiva movilización en Guayaquil, fue del Partido Social Cristiano (PSC) y hoy es del movimiento Madera de Guerrero. Fue gobernador de la provincia del Guayas, durante el gobierno socialcristiano de León Febres Cordero (1984-1988), en el que la violencia, la tortura e incluso la desaparición forzada de personas estuvieron al orden del día. Como diputado de su provincia protagonizó bochornosos incidentes en el Congreso, en el que utilizaba un lenguaje impublicable para referirse a los diputados contrincantes. Tras perder por dos ocasiones las elecciones presidenciales, se refugió en Guayaquil, la ciudad más poblada del Ecuador, donde ejerce como alcalde desde el año 2000 y en la que, según han documentado los medios públicos, “su” policía metropolitana frecuentemente apalea a los vendedores informales y a jóvenes que protestan.

Nebot admitió frente a la CNN que él pertenece al dos por ciento de las personas “acomodadas” que se serán afectados por las leyes de la herencia y de la plusvalía. Nebot está ligado al negocio inmobiliario desde hace muchos años. El exdiputado Alfredo Vera, en un artículo publicado en el Telégrafo (30/06/2015), señala que en el período 1984-1988 Nebot tuvo “malos manejos para modificar el trazado de la Vía Perimetral (Guayaquil) que construía el Gobierno, para beneficiar con la plusvalía de grandes extensiones de tierras rurales y convertirlas en urbanas, para multiplicar sus precios en forma desorbitante, en el sitio llamado La Orquídea, de su propiedad y de sus allegados”. El presidente Rafael Correa, en su enlace del sábado 27 de marzo, emplazó a la Fiscalía, Asamblea Nacional y Contraloría para que investiguen a Nebot y al banquero Guillermo Lasso para saber porque hace unos años pagaban montos bajos por concepto a impuesto a la renta y porque esos montos se han incrementado considerablemente en los últimos años.
EC Correa en mitin
Guillermo Lasso, fue exsuperministro de Economía del gobierno de Jamil Mahuad (responsable de la crisis bancaria de los años 1999-2000) y ex asesor del gobierno de Lucio Gutiérrez. Dispone de una abultada chequera que le permite pagar costosos avisos en los periódicos privados de mayor tiraje en los que llama a las concentraciones invocando “la defensa de la familia”. En el 2014 ganó más de 15 millones de dólares y pagó más cinco por concepto de impuesto a la renta, ganancias que equivalen al sueldo de 28.920 trabajadores (4). Lasso ha planteado revertir el modelo redistribuidor impulsado por Rafael Correa y volver al modelo neoliberal del estado chico, garantizar la inversión extranjera y retornar a las privatizaciones. Un miembro de CREO, el asambleísta Andrés Páez, ex dirigente del extinto partido Izquierda Democrática (socialdemócrata), es quien convoca a las marchas en Quito y ciertamente debe estar sorprendido porque ahora tiene cientos de personas que lo siguen.

CREO mantuvo conversaciones con un sector del movimiento Pachakutik (lo cual fue rechazado por la CONAIE) y, de hecho, coinciden, en las últimas movilizaciones opositoras los hemos visto participar conjuntamente.

Otro de los que salió a la palestra de las movilizaciones es el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, del movimiento Suma. Exdirigente de la juventudes socialcristianas (y, por tanto, coideario de Jaime Nebot), Rodas derrotó en las últimas elecciones a Augusto Barrera del Movimiento Alianza País, ofreciendo “reducir las multas y tributos” municipales y una ciudad pluralista en el que se puede “vivir mejor”. Tras un año en la Alcaldía de Quito, se han multiplicado las críticas a su gestión sobre todo por la paralización del proyecto del metro, que fue iniciado en la administración anterior; la no ejecución de obras de relevancia; la apropiación de las obras de la municipalidad anterior para inaugurarlas como propias; su relación nunca explicada satisfactoriamente con el mexicano Ignacio Muñoz Orozco, presunto lavador de dólares del cartel de Sinaloa; los subsidios a los transportistas privados que han recibido 22 millones de dólares de subsidios y no han mejorado el servicio, etc. Lo que sí ha funcionado en la administración de Rodas es el plan de publicidad en función de una eventual candidatura presidencial. (5)

El panorama para las próximas semanas se presenta complicado para el Ecuador pues lo que está en juego más que el destino de un gobierno es un régimen democrático que ha costado mucho restablecerlo.

Notas:
(1) Marchas: ¿qué país queremos? (I), El Telégrafo 29-06-2015
(2) http://www.alainet.org/pt/articulo/170575
(3) http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/bancos-privados-ganaron-1315-millones-entre-enero-y-mayo.html
(4) Exactamente, Lasso ganó 15’105.488,15 en el 2014, y tributó 5’270.536,85. http://www.andes.info.ec/es/noticias/banquero-guillermo-lasso-gano-mensualmente-2014-equivalente-sueldo-2410-trabajadores
(5) Los gastos en comunicación y publicidad institucional del Municipio de Quito totalizaron el año pasado $ 9’116.000 (sin incluir a las empresas metropolitanas), cuando tenían previsto gastar $ 3 millones, de acuerdo con la Administración General del Municipio. http://www.telegrafo.com.ec/noticias/quito/item/rodas-gasto-el-60-del-presupuesto-publicitario.html