Dura carta de AKAO a Luis Almagro sobre el papel de la OEA en Haití
La siguiente es una carta enviada por el partido haitiano AKAO a Luis Almagro, secretario general de Organización de los Estados Americanos (OEA), sobre el papel jugado por esta organización en la crisis de Haití, fechada en Puerto Príncipe, el 1 de febrero el año 2016
“Señor Secretario General,
“Al tiempo que en Haití se lleva a cabo la misión conducida por la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual Ud. ejerce la dirección, el partido político AKAO considera imperativo poner en su conocimiento lo siguiente.
La decisión del Consejo Permanente de la OEA de responder a la petición del presidente de Haití, Señor Michel Martelly, y, por lo tanto, de jugar un papel de mediador en la crisis política que siguió a la organización de las elecciones fraudulentas del 9 agosto y el 25 de octubre de 2015, no tomó por sorpresa a los actores sobre el terreno, como tampoco a los observadores informados.
El Partido AKAO ve en ella, el intento más reciente hasta la fecha de la Organización por ayudar al mantenimiento del sistema político arcaico y anacrónico garante de la explotación de las clases populares.
La OEA tiene la intención así de seguir trabajando para preservar el actual proceso electoral totalmente desacreditado que también contribuyó a instalar, así como también a preservar resultados muy discutidos instalando al timón de los asuntos nacionales un Parlamento fuera de regla y un conjunto de autoridades de legitimidad más que dudosa. La mayoría de las haitianas y los haitianos no se hacen ilusiones sobre las actividades de la Organización hemisférica.
Es hora para que el Partido AKAO recuerda el papel desempeñado por la organización en 2010, cuando falsificó los resultados de las elecciones con el fin de hacer acceder al poder a Michel Martelly, quien no se había clasificado para la segunda ronda; papel inequívocamente establecido por el ex Representante del entonces Secretario general, Embajador Ricardo Seitenfus.
Todavía hoy, las diferentes tomas de posición de la OEA, del 10 de agosto de 2015 al 12 de enero de 2016, disponible en su página web, reflejan un claro sesgo de los representantes de la Organización y un profundo desprecio por el pueblo de Haití. ¡Tal terquedad dificilmente puede atribuirse a la incompetencia! De hecho, pese a que una gran crisis político-electoral hace estragos en Haití desde las elecciones del 9 de de agosto de de 2015, de acuerdo con las diferentes versiones de la OEA, las elecciones en Haití en los últimos meses eran “un paso en la dirección correcta” y habrían reflejadas “esfuerzos significativos” de parte de las autoridades.
Nosotros, haitianos que viven en Haití, asistimos a una realidad diferente. A pesar de las muchas manifestaciones de protesta popular, los reiterados escándalos dentro del Consejo Electoral, las tomas de posición de los partidos políticos y de diversos sectores de la vida nacional e incluso las conclusiones inequívocas de la comisión presidencial de evaluación, fue recién a sólo cinco (5) días de la votación anunciada con un solo candidato, el del poder, que la OEA pareció darse cuenta de que algo no andaba bien. El fracaso, gracias a la movilización del pueblo, de la selección programada para el 24 de enero de 2016, no parece, sin embargo, conmover ni los delegados de la OEA ni su secretario general, que siguen decididos a convencernos que la continuación de esta vergonzoso proceso tendría algo que ver con la democracia.
Señor Secretario General,
Dicha evaluación tan errónea de la realidad de Haití, por una Organización ya desacreditada aquí, ¿provendría sólo de un enorme fracaso de la delegación en Port-au-Prince? ¿O serviría más bien, en detrimento del pueblo de Haití, de manera apenas velada, los intereses de un Estado o de un pequeño grupo de Estados, o incluso una red organizada dentro de la OEA? Cualquiera que sea el caso, la OEA no está a la altura de los desafíos del día.
Esta situación recuerda a la memoria del pueblo haitiano un histórico “Congreso Anfictiónico de Panamá”, en el que la región dió la espalda al País de la libertad en un momento en que los apoyos internacionales eran tan necesarios para sellar a largo plazo los ideales de la revolución sublime de 1804. Las élites de la región, los primeros beneficiarios directos del gesto de Haití, cerraron la puerta a Haití en 1826. ¿La historia se repitirá en 2016?
Hace treinta años, desde la caída del régimen despreciado de los Duvalier, que el Pueblo haitiano lleva una lucha constante para poder gozar plenamente de sus derechos, disponer soberanamente de sus recursos y sus riquezas, seleccionar los proyectos y programas políticos que definen nuestra vida en común y elegir a sus líderes con toda transparencia, en una palabra construir su sistema democrático. Todavía hoy, poderosas fuerzas tanto locales como extranjeras bloquean el camino de esta noble aspiración, no obstante los principios que rigen la OEA. El tratamiento reservado para Haití demuestra, por desgracia, que en el seno de esta Organización esos principios son de geometría variable.
Señor Secretario General,
Tal es la percepción que surge hoy de la OEA. Usted y su país, Uruguay, que también ocupa la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tiene la tarea pesada y noble de trabajar para cambiarlo. La actual crisis de Haití le ofrece la oportunidad. Haití espera de los países de América Latina y el Caribe su apoyo para juntos escribir una nueva historia de la región, basada en el respeto de los derechos de los pueblos.
Por último, no hay necesidad de decirle que, contra viento y marea, contra los poderosos y sus celosos servidores, el pueblo haitiano seguirá luchando por el respeto de sus derechos y para el establecimiento de la democracia en Haití, a la vez llamando y guardando fe en la solidaridad de los pueblos hermanos.
El Partido AKAO hace suyo la ocasión para presentar a usted, Señor Secretario General, las seguridades de su más alta consideración.
(firma) Junot Felix, Coordinador