Diplomacia (a propósito de las provocaciones del agregado de negocios uruguayo)
“El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes“. José Gervasio Artigas
Allá por la década del 70, cuando era estudiante de medicina, siempre me gustó la economía, por esa época estaban los escritos del Instituto de Economía, donde escribían Liechtenstein, Curiel y Astori -si mal no recuerdo-. Lo que me quedo marcado de esas lecturas fue, que la Economía siempre es determinante en última instancia. Está presente desde la esclavitud hasta el capitalismo actual.
En esa época los economistas, no importan a que sector político representaban, todos decían que la causa de la crisis uruguaya era el estancamiento del agro. La primera y segunda guerras mundiales fueron entre los países imperiales por el control de las colonias y las materias primas, o sea guerras económicas.
Hoy en la actualidad el capitalismo está mutando hacia una nueva modalidad, el extractivismo que lo analiza muy bien Raúl Zibechi: “expulsa a la mitad de la población (según regiones más o menos) de una vida digna, incluyendo salud, educación, vivienda, agua y seguridades mínimas. Esa población a la intemperie, debe ser controlada con nuevos modos: masificación de cámaras de seguridad, militarización, feminicidios, bandas de narcotraficantes, milicias parapoliciales, entre las más conocidas formas legales e ilegales”, son los modernos campos de concentración que utiliza la globalización ultraderechista mundial.
Y agrega que “este sistema extractivo de guerra no puede ser desmontado paso a paso, ni desde adentro, porque sus instituciones no funcionan para la sociedad sino contra ella. No son las instituciones que conocimos durante el periodo del desarrollismo y el estado del bienestar que protegían a los ciudadanos. Las de ahora lo parasitan, en particular a quienes viven en la zona del no-ser: pobres y descartables, mujeres y jóvenes”
Hoy vivimos una realidad terrible, estamos controlados por el aparato financiero internacional y sus trasnacionales y sus medios de comunicación controlados también por ellos mismos, nos muestran un mundo irreal de consumo contaminante, solo para lo que ellos llaman confort de un pequeñito porcentaje de la población mundial.
Pero cuidado cuando una nación del mundo quiera ejercer la soberanía de sus riquezas naturales, o sus empresas quieran tener un desarrollo independiente, o logren competir con sus productos manufacturados con valor agregado, o posean recursos mineros imprescindibles para el desarrollo de las trasnacionales o estratégicos de energía y no se sometan a los mandatos imperiales, aparece el autoproclamado gendarme militar estadounidense que impone con sus aliados vasallos europeos el genocidio de pueblos como Irak, Libia que cambiaron soberanamente el precio de su petróleo de dólares a euros, o Afganistán de culparlos de un auto atentado en las torres gemelas, o de Palestina por reclamar sus territorios e Independencia, del cementerio de agua, del Mar Mediterráneo de los pueblos invadidos que huyen de la guerra por las invasiones, para quedarse con sus recursos o los centroamericanos que marchan honorablemente al país que los hambrea, destruye con la droga y los paramilitares
¿Para qué sirve la diplomacia?
Son relaciones comerciales, militares y políticas donde la integran todos los países ricos y pobres que participan un juego como la ruleta, donde siempre gana la casa (imperio y asociados) y si algún país no desarrollado gana, es para cuando vuelva ilusionado a jugar otra vez, le sacan todo. Se pasan de fiesta en fiesta, que dan las embajadas para hacer sus negocios, coordinar invasiones, imponer condiciones para el aparato financiero y sus representantes las multinacionales con publicidad bonita y engañosa
Cuando la ruleta no funciona, viene la guerra e invasión, donde hoy, no les importa el genocidio causado y como queden las naciones masacradas. Pero en todos los países sometidos siempre tienen a sus socios que no son otra cosa que las oligarquías nacionales que ponen al frente de sus gobiernos a presidentes prescindibles, que hacen el trabajo sucio para sus amos verdaderos. Hoy tenemos dignos representantes que están destruyendo lo generado por los países progresistas: mejoras en salud, educación, salarios y relaciones soberanas.
Son los Macri, Bolsonero, Piñera, Duque, que acatan las ordenes y representan a las producciones agrícolas-ganaderas, mineras, acuíferas y la droga que protegen con las bases militares gringas la ruta a sus propios países imperiales, generando además la mano de obra sucia, producto de la pobreza y el desempleo para formar a los paramilitares encargados de someter violentamente a los pobres y marginados. Este es el nuevo fascismo producido por el extractivismo. Donde, la diplomacia, pasa de Ruleta a Ruleta Rusa donde el revolver solo lo empuña el imperio.
La cadena de mando es clara para América Latina: Trump y sus aparatos (represivos y medios de comunicación), presidentes legítimos e ilegítimos, donde hoy se salvan México, Nicaragua, El Salvador, Cuba, Haití, Dominica, San Vicente y Las Granadinas, Antigua y Barbuda, Surinam, Bolivia, Uruguay y Venezuela. Luego vienen los organismos continentales como la OEA bajo la batuta (por ahora) de Almagro y los cuerpos diplomáticos traidores a la soberanía de sus países.
Provocaciones
Hoy tenemos en la Embajada de Uruguay en Venezuela, al Agregado de Negocios José Luis Remedi, que no representa los intereses del gobierno uruguayo de no injerencia en los asuntos internos de Venezuela, como mentir cuando visitó a la Asamblea Nacional en desacato (NE: ver foto principal), que viene a traer el saludo del pueblo uruguayo. Con su accionar no representa al Gobierno de Uruguay sino a los Macri y Bolsonero fieles representantes del Partido Blanco al cual pertenece en Uruguay, representantes de los intereses ganaderos, sojeros, los cuales odian los beneficios conquistados en Salarios, Educación, Salud, Integración, generados en 12 años del gobierno del Frente Amplio con sus medidas que benefician a las grandes mayorías.
El defiende a los ganaderos y estancieros que hoy les pegan a los trabajadores rurales por reclamar su salario de 8 horas, ataca a los sindicatos que constantemente reclaman mejoras salariales, a las luchas de las mujeres por tener mejores condiciones de trabajo y contra los femicidios y racismo presentes en la sociedad uruguaya donde el Gobierno del Frente Amplio hace leyes contra todo eso y lucha por la igualdad de género. Por no decir NADA de los corruptos políticos Blancos que los agarraron en muchos actos ilegales, sacándolos de las noticias por los medios vinculados al imperio.
Por lo que es y lo que representa él y su Partido Blanco, no es un digno representante del pueblo ni del gobierno uruguayo, que hace 12 años que gobierna con el Frente Amplio, eso sí aplicando leyes para todos, que encontró un país desbastado por las políticas de los partidos Blanco y Colorado que siempre gobernaron para las minorías oligárquicas-ganaderas, importadoras, para la banca corrupta y con una gran dependencia de las multinacionales de sus amos imperiales.
Usted, señor Remidi, representa a los Lacalle, Larrañaga, Almagro, Duque, Macri y Bolsoneros, legítimos representantes de la ultraderecha Latinoamericana racista, machista, explotadora que odia todo lo popular, no permite progresos económicos para la clase trabajadora de las ciudades y del campo, sumado a todo mejoramiento social, educativo y sanitario.
Agreda fuerte Agregado, pero átengase a sus consecuencias, porque que hay vuelos solo de retorno a la patria de Artigas, para los traidores, enemigos de los pueblos que muestran con orgullos selfis con Almagro.
“El Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes políticos. Es una necesidad popular y colectiva del Uruguay. Por eso el Frente Amplio desencadenó tan rápidamente este movimiento popular de adhesión, participación y militancia. Es un hecho colectivo, con razones colectivas, porque las resoluciones individuales de todos nosotros, tienen causas sociales y tienen metas sociales, porque tienen que ver con el destino entero de la sociedad uruguaya. Porque interpreta una necesidad objetiva de nuestra sociedad”. General Líber Seregni – febrero de 1971.
*Presidente del Cengtro Venezolano-Uruguayo