La «comunidad internacional» nos dicen, está unida en su enfoque hacia Venezuela. Pero ¿qué es esta «comunidad internacional»? Según el último recuento, la mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas -incluidos los dos países con mayor población (China e India)- se opusieron a la agenda de cambio de gobierno en Venezuela impulsada por Estados Unidos. Sin embargo, el término «comunidad internacional» se utiliza rutinariamente para definir la realidad, de modo que sea imposible tener una visión contraria de las cosas.
Si la «comunidad internacional» dice que el gobierno libio o el venezolano están llevando a cabo un genocidio, entonces nadie debe cuestionar este juicio. Lo único que hay que discutir es qué hacer con la situación. ¿Deberían aumentarse las sanciones? ¿Debería permitirse un bombardeo? ¿Necesita la ONU santificar el ataque? ¿Debería utilizarse como justificación la doctrina de la “responsabilidad de proteger” (R2P por sus siglas en inglés) de la ONU?
El uso causal de la frase «comunidad internacional» nos hizo pensar: ¿existen otras frases como ésta que se utilizan para configurar como el mundo mira las cosas? ¿Cuáles son las palabras clave de los poderosos? Nuestro equipo pensó una serie de frases de este tipo, y esta lista se convertirá -con el tiempo- en un diccionario de frases del imperialismo en toda regla. Por ahora, sin embargo, por favor, disfruten una probada de nuestro diccionario de frases.
a. Comunidad internacional (sustantivo). Un grupo de poderosos líderes mundiales que pueden hacer lo que quieran, independientemente del derecho internacional. Las Naciones Unidas tienen 193 estados miembros, desde Afganistán hasta Zimbabue. Si cuatro países (por ejemplo, Sierra Leona, Singapur, Eslovaquia y Eslovenia) celebran una conferencia de prensa, ningún medio de comunicación va a informar que se trata de una reunión de la «comunidad internacional». Para ello, habría que contar con los Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y Canadá. Nadie más está invitado a este club, los herederos de los amos coloniales, el viejo machete listo para atravesar el corazón de una antigua colonia.
b. Dictadura (sustantivo). Un país cuyo líder ha sido escogido por la «comunidad internacional» como dictador. Después del colapso de la URSS, Estados Unidos y sus aliados buscaron nuevas formas de definir a sus enemigos. El término «comunista» había perdido el filo. Los nuevos términos eran «estado rebelde», «estado terrorista» y «dictadura». El Departamento de Estado de Estados Unidos pintó apresuradamente a viejos amigos como adversarios (Manuel Noriega de Panamá y Saddam Hussein de Irak).
¿Qué definía a un país como un «estado rebelde» o a su líder como una «dictadura»? No los hechos, porque eso habría conducido a algunos resultados incómodos: ¿no habría que considerar la inclusión en este grupo de Estados Unidos, que llevó a cabo guerras ilegales (como en América Central en la década de 1980 o en Asia occidental en la década de 2000)? ¿Qué hacemos con Arabia Saudita o Guinea Ecuatorial? Si un estado se acomoda al orden mundial liderado por Estados Unidos, entonces no es un estado rebelde ni su líder es un dictador. Estos términos sólo son útiles cuando la «comunidad internacional» quiere derrocar a un gobierno y poner un títere en su lugar.
c. Sociedad civil (sustantivo). Organizaciones dentro de un «estado rebelde» que reciben apoyo financiero o político de la «comunidad internacional». Estas entidades a menudo operan con la mejor de las intenciones y son vistas como útiles por aquellos que quieren derrocar a gobiernos testarudos, como el de Aristide en Haití o el de Maduro en Venezuela. Los medios de comunicación de la «comunidad internacional» pintan a estas organizaciones como la auténtica voz del pueblo, reducen el papel de las elecciones y menosprecian a las organizaciones de masas de los pobres de las zonas urbanas y rurales como supuestas herramientas del «estado rebelde».
d. Prestación de servicios (sustantivo). Que los estados dóciles proporcionen lo esencial para la vida a la población para prevenir protestas y disturbios. El FMI, el Banco Mundial, los bancos privados y el sector de las ONG toman de la mano a los pobres y les desean suerte con un poco de agua, un poco de electricidad y un paquete de alimentos. Las «asociaciones público-privadas» (que dan contratos a proveedores privados) operan a través de la gran cantidad de «filántropxs» (que no pagan impuestos) para ocuparse del colapso social. Las cuestiones de la reforma agraria y la democracia económica, la planificación popular y el aumento de impuestos están fuera de discusión.
Nuestro Diccionario de frases del imperialismo tendrá muchas más entradas, para términos tales como austeridad, responsabilidad fiscal, libertad, confianza del inversionista y cargas regulatorias. Por favor, envíennos sugerencias de términos que crean que deben pertenecer a este Diccionario de frases. Para tener una idea de lo ridículo de este lenguaje, los invitamos a reírse a través de este ensayo satírico de P. Sainath, miembro principal del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Detrás de nuestro Diccionario de frases del imperialismo está la agenda del Instituto Tricontinental de Investigación Social. Hemos estado trabajando duro este último año para desarrollar nuestra comprensión de la Batalla de Ideas, del papel de lxs intelectualxs y de nuestra agenda de investigación en este (feo) contexto. Nuestro trabajo intelectual se resume en el Dossier No 13: La Nueva Intelectualidad. Se basa en Karl Marx y Antonio Gramsci, pero sobre todo en las luchas del pueblo cubano para definir su revolución en la década de 1990 y en las luchas de los pueblos de los tres continentes que están en una batalla por su supervivencia y por más. Pueden descargar el dossier aquí. Está disponible gratuitamente. Estamos ansiosos de que lo lean, lo compartan y nos digan lo que piensan de él. Por favor, manténganse en contacto.
El epicentro de esa batalla campal está ahora en Venezuela. Hay que hacer dos observaciones rápidas: en primer lugar, Estados Unidos sabe que la caída del gobierno bolivariano provocaría serias dificultades en Cuba y, en segundo lugar, Estados Unidos está ansioso por reeditar lo que hizo en Irak, pero esta vez llevarse el petróleo. Para orientarnos, hemos elaborado una lista de lecturas sobre la crisis de Venezuela. Nuestra investigadora Tanya Rawal tiene un artículo sobre Ricardo Haussmann, el asesino económico de este intento de golpe. Escribí un informe sobre por qué Estados Unidos y sus aliados oligárquicos están ansiosos por un cambio de régimen en Venezuela. Lo más importante allí es que el historiador Samuel Moncada Acosta, Representante Permanente del Gobierno Venezolano ante las Naciones Unidas, sugiere que el ataque contra Venezuela es parte de una guerra de recolonización más amplia.
El dial parece estar marcando la desesperación. La foto de arriba, de la artista indonesia Ivana, es de Wiji Thukul, nacido en 1963 en Java (Indonesia) y desaparecido desde 1998. Fue fundador de Sanggar Suka Banjir (Frequent Flooding Studio) -un proyecto artístico- y militante del Partai Rakyat Demokratik (Partido Democrático Popular). Agradecemos a Eliza Virtri Handayani por permitirnos un vistazo a los poemas de Wiji Thukul. Aquí hay uno de ellos:
Mis poemas no son poesía.
Son palabras oscuras.
Sudan, se empujan unos a otros para salir.
No puedes matarlos, aunque me golpees el ojo.
No puedes matarlos, aunque me arranques de casa.
Aunque me apuñales con la soledad, no puedes matarlos.
He pagado el precio.
Con mi tiempo, mi fuerza, mis heridas.
Wiji Thukul es mejor conocido por una frase: sólo queda una palabra: ¡luchar!