Díaz Rangel: La unidad de la oposición/ Puchi: La sinuosa filosofía de la bomba/ Stelling: La credibilidad

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La unidad de la oposición

Eleazar Díaz Rangel-ÚN|

¿Cómo habría reaccionado en junio de 1960, cuando se produjo el atentado a Rómulo Betancourt, si en esos años la oposición hubiese sido como ésta que enfrenta a Nicolás Maduro? Mientras entonces los sectores opositores mas radicales, como el Comité Central del PCV, y hasta la FCU que dirigía el MIR, aunque pidieron una investigación, condenaron los hechos, pero si la oposición hubiese sido como la de ahora, habría guardado silencio, declarado que había sido un montaje mal hecho, o cosas parecidas a las que han estado diciendo ahora

Lo peor es que ante la coyuntura electoral existen divergencias, pues unos participarán en las municipales, por ejemplo, y otros se niegan a hacerlo, frente el frustrado magnicidio del sábado 4 difieren solo en las palabras, en el fondo, están unidos. Todos esos partidos coinciden en expresar dudas, o en negar el intento criminal, y como les preguntó una reportera de TV el jueves a un diputado de la AN, “¿ustedes lo que querían era ver el cadáver del Presidente para creer en el intento de magnicidio?”

Algunos declararon que era una maniobra del gobierno para perseguir a la oposición. Que sepamos solo buscan a Julio Borges y a Recasen, quien admitió su complicidad en la ejecución parcial del plan, atendiendo una solicitud de Borges, que se supone ya estaba bien enterado.

Esa es la oposición que tenemos, Que solo se muestra unida ante las cosas malas, como otra vez ahora, donde otra vez se pone en evidencia que buscan el poder cogiendo atajos, por vías no constitucionales, que optan por apoyar la invasión militar anunciada por el presidente Trump y donde quienes pretenden seguir la vía electoral no soportan las presiones e intimidación de quienes son mayoría dentro de la oposición, y se suman a los opositores que niegan que haya habido un intento de magnicidio.

Y ni siquiera puedo imaginarme que habría ocurrido en Venezuela si el intento hubiera tenido éxito. Habrían sido descabezadas la dirección política, militar e institucional, y el país sería un caos, como para que vinieran los cascos blancos que sacaron de Siria, para ”poner el orden”, y controlar el poder.

-Herman Escarrá ofreció importantes declaraciones en José Vicente Hoy, en Televen, sobre el proyecto de Constitución que se discute en la Comisión que él preside en la ANC. El 80% de su contenido estaría aprobado, y una vez concluido el debate, se elevará a la Directiva de la Asamblea para que sea discutido en plenaria y aprobado, con las reformas que allí puedan incorporárseles. ¿Y no va a la calle para que el pueblo lo conozca, discuta y opine? O se trata de una omisión de Escarrá, y que realmente el proyecto será ley magna una vez aprobado en plenaria. Me parece que una cuestión tan importante, como es la nueva Constitución, en una sociedad con democracia participativa y protagónica, debe ser sometida a consideración de asambleas de ciudadanos que lo discutan y hagan saber sus opiniones, y entonces, regresar a la ANC para su debate y aprobación final.

Resultado de imagen para venezolano tomando cerveza-Como todo ha cambiado en Venezuela, también ha ocurrido con las bebidas. Antes, las más populares eran la cerveza y el ron, pero se han encarecido tanto, que la gente comenzó a consumir cocuy, al pricipio, bebian del legítimo, particularmente el pecayero, de Falcón pero también el producido en Lara, siempre de la planta agave cocuy, pero la demanda ha crecido de tal manera, que comenzó a ser adulterado, con melaza de caña y se ha convertido en un negocio para muchos.

-Vean estos datos: una pipa de 208 litros en Siquisiqui cuesta 300 millones, y la de melaza: 150 millones, y un litro de cocuy, de melaza, en Lara cuesta 2.500.000, pero el original de agave vale 10 millones. Ahora bien, en cada puesto de control de la GNB o de la PNB, deben pagar 500 mil bolívares por cada pipa. Para que una pipa llegue a Caracas deben pagar diez veces, que son los puestos instalados en esa ruta..

-Hoy comienza una nuevo recorrido de un alto jefe militar de EEUU por varios países de América Latina. Se trata de James Mattias, secretario de Defensa, quien estará en Brasil, y terminará su gira en Colombia, con los nuevos jefes militares de ese país. Aunque no se ha informado de las cuestiones de esas agendas, por supuesto que el tema Venezuela tendrá un lugar preferencial. Y no hay que olvidar el Plan Suramérica, que el Comando Sur norteamericano, en marzo del 2018, hizo pública una información sobre su estrategia para nuestra región en los próximos diez años, los principales «peligros» o «amenazas» identificadas y el modo de enfrentarla, y hoy estará actualizado.


La sinuosa filosofía de la bomba

Leopoldo Puchi|

Con el atentado del pasado sábado se ha incorporado en la lucha por el poder en Venezuela el método de acción que encaja en lo que se conoce como terrorismo.

Otros eventos que han tenido lugar en el país con anterioridad pudieran catalogarse de forma genérica como violencia política, pero el intento de asesinato del Presidente y el estallido de explosivos en drones durante un acto público y masivo transmitido por televisión, reúne todos los elementos que caracterizan una acción terrorista.

Y, precisamente, por el carácter terrorista del acontecimiento es que destaca, de forma muy notoria, la ausencia de una clara condena del atentado por parte de los factores opuestos al gobierno venezolano, tanto internos como externos.

Una actitud sinuosa de peligrosas implicaciones porque sugiere que se le brindaría, en alguna medida, validación al uso de esta forma de actuación armada al realizarse en el contexto venezolano.

Unión Europea

No es usual, por ejemplo, que la Unión Europea, que le ha conferido prioridad a la lucha contra el terrorismo, no haya condenado sin medias tintas la utilización de este método y que haya evitado mencionar los hechos por su nombre. Tal vez se estima que debe hacerse una excepción al tratarse de Venezuela, aunque no se conocen explicaciones oficiales que sustenten esta actitud condescendiente.

O quizás se trata de una inhibición por un desliz circunstancial. En todo caso, un asunto delicado, puesto que las ambigüedades debilitan la capacidad de los Estados para enfrentar el terrorismo. Recordemos que ya para 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamaba que “los actos criminales encaminados o calculados para provocar un estado de terror en el público general, un grupo de personas o personas particulares para propósitos políticos son injustificables en cualquier circunstancia, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra naturaleza que puedan ser invocadas para justificarlos”.

Entendimientos

Habría que añadir que el evento ha tenido lugar en el momento preciso en que factores políticos nacionales e internacionales han planteado la inminencia de una transición forzada que tendría como vectores de su concreción una implosión social y una exacerbación de las tensiones desde la vecina Colombia.

Frente a esta posible evolución de los acontecimientos, le corresponde al Gobierno abrirse al diálogo con todos los sectores que sean partidarios de la lucha política pacífica, en lugar de una reacción de cierre sobre sí mismo. Y, sobre todo, debe mantener con firmeza el nuevo rumbo económico adoptado y avanzar todavía más en la flexibilización para impulsar la actividad productiva.

En cuanto a la oposición democrática, le corresponde condenar el terrorismo y reforzar la debilitada institucionalidad del país, comenzando por la institución del voto, en la perspectiva de acuerdos de entendimiento y convivencia.

La credibilidad, rehén de la política

Maryclen Stelling|

Los gravísimos sucesos ocurridos el sábado 4 de agosto en la avenida Bolívar han devenido en un asunto de credibilidad y, por ende, de construcción de la verdad política a partir de “un intento de magnicidio” o, por el contrario, de un “supuesto intento”.

A minutos del suceso, oficialmente se informa que se trata de un intento de magnicidio perpetrado en contra del Presidente Nicolás Maduro. Con gran celeridad, desde la oposición se califica de “poco creíble el relato del gobierno sobre un nuevo intento de magnicidio a Maduro…” Así, desde la polarización política y las trincheras mediáticas, un hecho transmitido en vivo por cadena nacional, fue inmediatamente sometido, por un sector político, a un juicio público en cuanto a su credibilidad, confiabilidad y verosimilitud. Tarea en la que, desde la oposición, jugaron papel esencial políticos, analistas y fundamentalmente medios nacionales, internacionales y redes. Convirtiendo, en consecuencia, lo sucedido en un espectáculo controlado y gestionado por equipos al servicio de una causa política.

La credibilidad se sustenta en la confianza y en el grado de conocimiento, suerte de juego dialéctico entre elementos objetivos y subjetivos, tales como la afinidad política-ideológica. En este caso, la manipulación que realiza la oposición cae en el terreno de la “mentira emotiva” que apela a las emociones y creencias y a la distorsión deliberada de la realidad, con miras a la construcción de credibilidad en torno “al supuesto atentado”.

Lo fáctico es ignorado o sometido a una deliberada distorsión y confrontación; lo cognitivo-racional es desplazado por lo cognitivo-emocional y los hechos son objeto de una deliberada confrontación y distorsión. Las personas no se preocupan por conocer la verdad de los hechos por cuanto están atrapadas por mecanismos de persuasión fuertemente vinculados a lo emocional. Y aquello que, para cierto sector político “aparenta ser verdad”, es más importante y trascendente que la propia verdad.

Entramos al campo de la posverdad que se afianza y coincide con creencias políticas polarizadas. Terreno donde lo fáctico es despreciado o ignorado y aquello que, para cierto sector político “aparenta ser verdad”, es más importante y trascendente que la propia verdad.