Díaz Rangel: La batalla de Carabobo/ Stelling: Subjetividad, política y elecciones
La batalla de Carabobo
Eleazar Díaz Rangel |
Lo que está en juego es la política del presidente de EEUU, históricamente, el más poderoso imperio, y de otro lado, la lucha por nuestro derecho al desarrollo, y por la preservación de nuestra independencia y soberanía, y rescatadas por Hugo Chávez
No escribo sobre esa batalla, lo que he hecho otras veces, sino a un requerimiento implícito de un lector que me envió este correo: “En su entrevista del domingo en el programa “José Vicente Hoy”, usted dijo algo así como que este proceso electoral que termina el 20 de mayo, será la batalla de Carabobo, pero no explica porqué, no lo entiendo”.
Sucede que estarán enfrentadas dos tendencias, una que aspira a que participe la mayor cantidad de venezolanos, tendencia donde estarán Psuv, PCV, PPT y demás partidos del Polo Patriótico, los de oposición VA, Copei, MAS, y los seguidores de personalidades como Eduardo Fernández, y la otra encabezada por AD, PJ y NT que promoverá por todos los medios, con recursos increíbles y un sólido apoyo exterior, para que el proceso fracase y domine la no participación. No es nada fácil pronosticar hoy cual se impondrá, aunque es de suponer que quienes están por la vía electoral, democrática, constitucional, para enfrentar la situación que vive el país, acudirán a votar. Esos somos la inmensa mayoría en Venezuela.
Ese enfrentamiento se prolongará hasta el 20 de mayo. Los abstencionistas lo harán “con todos los hierros”. Siempre debemos tener presentes que en esa tendencia está alineada la CIA, que como es bien sabido, no ha tenido escrúpulos para usarlos, hasta llegar al asesinato y a actos terrorista. Se trata de una política de Washington, no creerán que las declaraciones del Encargado de Negocios Todd Robinson son cosas suyas.
En esta semana estará el vicepresidente de EEUU en la asamblea permanente de la OEA, y como supondrán, el asunto mas importante a tratar será la ”democracia en Venezuela”. Con sus sumisos aliados del grupo de Lima buscarán alcanzar los votos que se requieren para aplicarle la Carta Democrática a Venezuela. Intentarán ir mas allá, como el desconocimiento de los resultados de las elecciones, con todas las implicaciones que conlleva, y hasta la ruptura de relaciones con nuestro país, como lo hicieron con Cuba en los años 60.
Lo que no logren ahora, tratarán de obtenerlo después, y tendrán en la mira al núcleo de países angloparlantes del Caribe, tan leales han sido con Venezuela, sin abandonar sus intentos de penetración en la Fuerza Armada y de “ablandar” algunos países amigos tibios. Y si escribí que lo harán “con todos los hierros”, es porque creo que promoverán acciones terroristas y sabotaje en los servicios públicos.
Naturalmente, toda esa política encontrará el apoyo de las fuerzas de oposición que se han pronunciado contra las elecciones y están llamando a no participar, con mucho eco en algunos medios de comunicación. En el exterior, desde Madrid y Bogotá será estimulada, y tendrá el concurso de las agencias informativas internacionales.
Escribo todo esto para que tengamos claro lo que nos viene, que esa tendencia empleará todos los recursos posibles para hacer fracasar este proceso electoral y llevar la abstención a los mas altos niveles. Lo que está en juego es la política del presidente de EEUU, históricamente, el mas poderoso imperio, y de otro lado, la lucha por nuestro derecho al desarrollo, y por la preservación de nuestra independencia y soberanía, y rescatadas por Hugo Chávez.
Frente a ese panorama, a esas amenazas, solo con organización y un alto grado de conciencia, es posible vencer; saber que han sido factores externos los que, en lo fundamental, han causado la crisis económica que atraviesa el país, y en especial, la espiral de alza de precios. En tales condiciones, con esa capacidad de resistencia, será posible no solo enfrentarla, sino derrotar esa tendencia y alcanzar 60% o mas de participación y los mas de ocho millones de votos que el presidente Maduro se ha planteado como objetivo electoral.
Muchos se preguntan si Henry Falcón retirará su candidatura. Por supuesto, está y seguirá presionado, pero si se retira, significará que los tres partidos que lo apoyan no podrán postular a los Consejos Legislativo ni a los Concejos Municipales.
Nada hace suponer que la política estadounidense hacia Venezuela puede cambiar con los anuncios de llevar al jefe de la CIA, Mike Pompeo a la Secretaría de Estado, en reemplazo de Tillersen, que discrepaba con Trump sobre el acuerdo en Irán y la crisis coreana, aunque fue muy activo en tratar de desestabilizar el gobierno de Maduro. Por lo pronto Pompeo ya se mostró en la línea ofensiva, que aplicará con todo su bagaje de alta policía y espionaje. Alguna vez dijo: “Estamos trabajando”… y “somos optimistas de que puede haber una transición en Venezuela”
Militares
Recordarán que el domingo, José Vicente se refirió a la situación militar, y a la contundente reacción que habría de la FANB si hubiese algún intento de insurgencia. Estuve de acuerdo con él, y señalé que EEUU seguirá intentando penetrar la fuerza armada, y seguramente tendría receptividad en algunos oficiales. A propósito, Diosdado Cabello se refirió a la reciente detención del mayor general Rodriguez Torres, dijo que “está preso porque en una investigación fueron detenidas unas personas con planes concretos parta desestabilizar el país en esta fecha y las personas allí involucradas lo nombran a él como una de las personas participantes”. Nadie conspira solo.
Afortunadamente, los servicios de seguridad e inteligencia militar han demostrado su eficiencia y detectado oportunamente cualquier intento desestabilizador. Lo que llevó el ministro Padrino López el jueves a reiterar la imposibilidad de un golpe de estado. Y convocó a una reunión con los comandantes, celebrada el viernes.
Subjetividad, política y elecciones
Maryclen Stelling|– Imposible soslayar el sustrato afectivo-valorativo que afecta cualquier decisión política, incluida la disposición a votar en las próximas elecciones del 20 de mayo. Acudimos a nuestro arsenal valorativo, motivacional y emocional con miras a dotar de sentido al mundo, al entorno inmediato y nuestras condiciones personales. Específicamente, hacemos uso de emociones y sentimientos determinados para la elaboración de juicios políticos y, más aun, en escenarios electorales, donde estamos conminados a tomar una decisión.
En la coyuntura pre electoral actual, la gente acude a sus sentimientos y, según estudiosos del tema, en particular a la ansiedad e incertidumbre para reconsiderar su posición y opiniones políticas. Las emociones desempeñan entonces un papel fundamental en decisiones que aparentan ser de carácter eficiente y racional; permiten, además, adecuar nuestros juicios político-electorales a las críticas circunstancias actuales.
La emoción juega un papel cardinal tanto para consolidar y mantenernos aferrados a determinadas decisiones, como para impulsarnos a reconsiderarlas, renunciar a ellas y repensar el sentido del entorno político. De allí la importancia de considerar la dimensión subjetiva del accionar político, al igual que las valoraciones y la orientación afectiva que inciden sobre las decisiones en el actual el escenario electoral.
Hablamos de planos que se interpelan. La realidad económica (crisis y vulnerabilidad social en tanto condición social de riesgo); la política-electoral (la lógica de guerra se impone a la lógica del pacto) y la dimensión subjetiva, como un proceso político, que genera una afectividad colectiva y promueve la reconfiguración de la compresión de la realidad.
Sondeos de este primer trimestre parecen no escapar al influjo de la subjetividad y ofrecen resultados contradictorios, que favorecen a una u otra fuerza política, a uno u otro candidato, a la intención de voto o la abstención… Dada la coyuntura actual, en ciertos casos, las herramientas de medición parecieran estar diseñadas desde la dimensión subjetiva de la política.
Además del papel central de la subjetividad como proceso dinámico en constante transformación, la decisión del voto estará influida por la posición de partidos de oposición ante la legitimidad de las elecciones y la tensión binaria entre las dos fuerzas políticas.