Díaz Rangel, Iturriza y Evans analizan los votos opositores en las primarias

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ELEAZAR DÍAZ RANGEL|  Lo primero que hay que reconocer es que esa tan alta votación  no era esperada por nadie, ni por los más optimistas opositores. Fue legítima, transparente, limpia, tanto como la victoria de Capriles Radonski, en cifras avaladas por el CNE. Y, quiéranlo o no, es una victoria en democracia. Ese proceso, tal como se desarrolló durante meses, sin interferencias ni amenazas gubernamentales, no habría sido posible en una dictadura, en un régimen autocrático o totalitario. Aquí y en cualquier país, primarias como las del domingo sólo son posibles en democracia.Estos resultados, se supone, debilitarán a los sectores que en la oposición siempre han buscado atajos y estimulado la violencia desestabilizadora para capturar el poder.

Deduzco que una de las razones de la sorpresa es que el mayor porcentaje de movilización de electores debió aportarlo un factor externo a la MUD y sus partidos: la cobertura multimediática, la mayoría de los medios estuvo involucrada como si fueran parte del proceso, aportaron más que las propias organizaciones partidistas. Si el Laboratorio de Medios hubiese hecho una medición, se encontraría con otra sorpresa.

Ese triunfo ha hecho que casi toda la dirigencia de esos partidos, (los que han hablado, porque otros callan) creen que con esas cifras es segura la victoria el 7 de octubre. La unidad ha sido un avance, pero olvidan que la oposición ha obtenido más de cuatro millones de votos dos veces (2006 y 2007), y más de cinco millones también dos veces (2009 y 2010), de suerte que, salvo que demuestren lo contrario, esos tres millones de ahora son parte de esos totales, no son votos nuevos de, por ejemplo,  chavistas descontentos, o de los indefinidos.

Hubo derrotados, inesperadamente Pablo Pérez con tan precaria votación, es uno; los partidos AD y Copei, cuyas maquinarias no funcionaron sencillamente porque ya no existen. Y punto aparte merecen los alcaldes opositores de la Gran Caracas, todos fueron desplazados por tantos descontentos de sus respectivas gestiones de gobierno. De nada les valió la propaganda.

Contra el fraude interpretativo

REINALDO ITURRIIZA LÓPEZ| Esto no es un análisis. Es un llamado de atención, a quien pueda interesar.  Es mucho el daño que el triunfalismo le hace a la revolución bolivariana: la autocomplacencia, expresada en la difusión por doquier de las trescientas veintisiete encuestas que dan como ganador a Chávez, de una vez y sin haber peleado; el autoengaño, que ilustra cierta “interpretación”, según el cual el chavismo superaría por más de cuatro millones de votos a la oposición el próximo 7 de octubre.

Lla miopía que nos hace tener ojos sólo para las miserias de la oposición, reina y señora de los medios privados, cuando tendríamos que dedicarle la mayor parte de los espacios de nuestros medios a darle voz a quienes no la tienen.

Luego van y se estrellan de frente contra la realidad y cunde el derrotismo: se quedan sin habla, sin iniciativa, sin propuestas, sin discurso; o bien hacen como si nada está pasando, porque aquí no ha votado nadie; o hacen malabarismos matemáticos, comparando, por ejemplo, los resultados de las presidenciales de 2006 con los de las primarias; o bien denuncian “fraude”.

Porque es así: el triunfalismo de ayer es el derrotismo de hoy, y el triunfalismo de hoy anuncia la derrota de mañana.De manera que no se trata de cantar “fraude”, como se acostumbró a hacerlo lo más vil del antichavismo durante años, sino de acabar de una vez por todas con el fraude interpretativo que pretenden imponernos triunfalistas y derrotistas. Ya basta.

 

¿Tres millones de votantes?

NÍCMER EVANS| Un apresurado análisis de los resultados de las “primarias” no puede dejar de lado que en mis reiterados análisis siempre afirme, no sólo que “las primarias” se realizarían, sino que las ganaría Capriles. Sin embargo, estoy seguro que sobre las “primarias” de la oposición ahora es que queda mucha tela que cortar, no sólo por el candidato electo sino, por los resultados pronunciados por la MUD, veamos.

Durante el 12 de febrero estuve proporcionando información sobre algunas encuestas a boca de urna o “exit poll” que daban resultados relativamente estrechos entre los dos candidatos de la polarización, pero además anticipé que la población electoral no sobrepasaría 1.8 millones, y en el caso más favorable podría llegar a 2 millones de votantes. Sin embargo la oposición afirma haber movilizado 3 millones de votantes.

Creo importante reafirmar mis datos, permitiéndome dudar de la cifra final que informa la MUD en cuanto a la cantidad de votantes. El cálculo es sencillo, si la MUD instaló 7.691 maquinas y el acto duro 9 horas (60 minutos) y cada votante promedio se tardó en promedio 3 minutos esto pudo dar 1.384.380 de votantes máximo, y siendo optimista y habiendo durado 2 minutos promedio, hubiesen podido mover 2.076.570 votantes. Debo recordar además que el día miércoles 8 de febrero, en una entrevista en mi programa de radio en RNV Activa, Gil Yépez de Datanalisis, estimó en no más de 2.5 millones de votantes para este acto como su última proyección.

El proceso de “primarias” de la oposición debe reconocerse como un acto loable, que favorece a la democracia en nuestro país, entre otras cosas, por el hecho de haberse apoyado técnicamente en el CNE, poder permanentemente cuestionado por la oposición, la MUD y los exprecandidatos, y haberse soportado en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. En un país acusado de vivir una dictadura, donde no existe libertad y conducido por un tirano, es verdaderamente curioso que este tipo de cosas pasen.

El logro de las primarias puede reconocerse, en favor de quienes creyeron en este proceso, pero creo pertinente exigir una revisión de los resultados vinculados a la movilización que han anunciado, las matemáticas en ese sentido no dan.

Por otra parte, la victoria de Capriles Radonski, indica algunas cosas:

1. El gran perdedor fue la “maquinaria adeca”, que definitivamente no pudo movilizar más allá de la cantidad de votos que tradicionalmente saca UNT en el Zulia, 800 mil votos. Nace una nueva era de la oposición, la vieja “nueva burguesía” puntofijista es aplastada por la “vieja oligarquía” con rostro renovado.

2. El poder del “mass media” como partido de la oposición logró su objetivo, por lo que se avecinan tiempos difíciles para una oposición que aún más se aleja del contacto popular, reforzando su condición de clase media y media alta, esto deberá comprobarse con los números que se puedan obtener de las clases sociales que se movieron a votar, pero ya Luis Vicente León en CNN cuando le afirme esto a la conductora del programa donde estábamos juntos, adelantó que está tendencia era posible.

3. Después de la ilusión de la victoria interna, el reto de Capriles va a ser poder conservar la “unidad” y confrontar a Chávez, candidato que si tiene maquinaria y además es un hombre que combina la capacidad “mass media” con el contacto popular, cuya última referencia es haber logrado mover más de 7 millones de votantes a su favor.