Díaz Rangel: El fracaso de la VIII Cumbre/ Stelling: Bailando pegao

1.022

El fracaso de la VIII Cumbre

Eleazar Díaz Rangel-ÚN|

Comparada con todas las siete cumbres de las Américas que se vienen desarrollando desde 1990 por petición de Washington, seguramente como respuesta ante la iniciativa española de reunir las cumbres iberoamericanas, hoy desaparecidas del mapa, esta que terminó ayer en Lima ha sido la peor de todas, y concluyó como un rotundo fracaso.

¿Cómo se imaginaron que podía ser exitosa una reunión que tuviera entre sus tres temas, dos relacionados con la gobernabilidad y la corrupción, y como sede un país con la clase política mas corrupta en todo el continente? Vean si no: un expresidente (Humala) está preso, otro prófugo (Toledo), y tres acusados de haber sido sobornados por Odebrecht. Y a quien le correspondía presidir esa VIII Cumbre (PPKusinsky) debió renunciar por corrupción para evitar ser destituido, y, eventualmente, enjuiciado. Añádale usted una candidata presidencial y varios diputados incursos en el mismo delito. ¿Y con ellos es que se iba a discutir sobre la corrupción?

No cesan allí las perturbaciones para esa VIII Cumbre. Lo que nunca antes había ocurrido, violando las disposiciones legales inherentes a esos encuentros y, según se dijo entonces, elementales normas del Derecho Internacional, el gobierno sede, después de haberlo invitado, la canceló la invitación a uno de los países miembros para que no estuviese representado en la Cumbre, ese país fue Venezuela.

Antes de la Cumbre de Panamá (2015) por instrucciones de EEUU no invitaban a Cuba, pero fue tal la presión de lo demás países, que Obama se vio obligado a aceptar que estuviese Raul Castro, y hasta le estrechó la mano.

Entre todas las ocho cumbres, a ésta vinieron menos presidentes y jefes de estado que en ninguna otra, incluidos los presidentes de Venezuela y de EEUU, y salvo la ausencia de Ecuador, todos los otros no asistieron en solidaridad con Venezuela.

Como ven, quedó el ”grupo de Lima” dueños de la reunión, y entre tanto la Cumbre de los Pueblos expresaba su repudio a la exclusión de Venezuela, y la de los organismos sociales debió suspenderse ante las protestas por la exclusión de los cubanos. En resumen, ha sido la peor de todas las cumbres.

Cien misiles lanzaron las fuerzas armadas de EEUU, Inglaterra y Francia contra tres ciudades sirias donde suponían se elaboraban armas químicas que habrían usado hace poco. La ONU envió expertos para averiguarlo y comprobar si era cierto. El sábado, el mismo día del bombardeo, llegaron a Damasco. De esos misiles,70 fueron derribados por el Ejército sirio, entrenado por Rusia. Para agredir a un país soberano, violaron todas las leyes internacionales. Diosdado Cabello, con toda razón, los llamó desquiciados. Muchos gobiernos, y las agencias y medios más poderosos, han aplaudido esta agresión, que se comete cuando Siria está ganando esa guerra contra el terrorismo y se buscan soluciones negociadas. El Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado, seguramente no habrá ninguna condena.

Breves

-Después de los hallazgos de corrupción en los niveles gerenciales de Pdvsa, no nos sorprendió que una gandola de esa empresa, con sus colores, símbolos y siglas, cargada de gasolina, fuese detenida cuando trataban de contrabandearla a Colombia. Si intentaron hacerlo, ni sería la primera vez, lo que hace suponer la complicidad de los guardias y policías fronterizos.

-Si una materia merece ser discutida dentro y fuera de la Asamblea Nacional Constituyente, es el Capítulo referido a la Economía. En un país que está en una lenta transición hacia una economía socialista, pero donde aún domina la economía capitalista, una cuestión de importancia como esa demanda que se escuchen no solo las opiniones de expertos, sino que lo hagan los sindicatos, tan apagados como están, e igualmente determinados sectores empresariales.

 

-La Fiscalía debe investigar que pasa con el aceite que sale de Amuay, a Bs ocho millones el tambor de 208 litros, vendido a los distribuidores a 225 millones y estos detallando a los consumidores a Bs 1.800.000 el litro. Se me asegura que hasta vehículos de la Guardia y del Ejército los protegen cuado los transportan.

 

Bailando pegao

Maryclen Stelling| A medida que se acerca el 20-M, impunemente se agudiza la crisis económica. Sometidos e inermes ante la crítica realidad socio-económica y el proceso inflacionario desatado, incrementa en la ciudadanía el descontento, angustia y una fuerte sensación de indefensión.

Sentimientos que se enraízan en la agenda ciudadana, ante una respuesta oficial que se percibe lenta y desfasada frente al avasallamiento de lo que califican como “debacle social y económica”. Una sensación de inseguridad se apodera de la población, indefensa ante las fuerzas arrolladoras del proceso inflacionario. Expertos definen el sentimiento de inseguridad como un “entramado de representaciones, discursos, emociones y acciones” donde lo objetivo y lo subjetivo están entrelazados de un modo indisociable.

Un clima de hiperemocionalidad intolerable corre parejo con la hiperinflación sin control. Miedo, temor, ira y rabia; pérdida de la fe, inseguridad, ansiedad, sensación de amenaza e insatisfacción acompañan la cotidianidad y, en especial, la procura diaria de la subsistencia. Asistimos y somos víctimas de un encadenamiento de estados afectivos ante el avasallamiento de la situación económica.

El entramado emocional forma parte de la representación de la trama hiperinflacionaria que, a su vez, dota de sentido al mundo de representaciones y emociones. Un importante número de personas se perciben como víctimas y se consideran en situación de peligro real y potencial. Problema social que requiere protección y, sobretodo, control y castigo ante el deterioro creciente de la calidad de vida.

En el ámbito político y económico se configuran y compiten dos narrativas políticas sobre la crisis, que se establecen como descripción “legítima” de la realidad inflacionaria, apoyadas en relatos mediáticos en pugna y, en determinados casos, con un tratamiento sensacionalista de la crisis.

La ciudadanía exige respuestas a la guerra de precios y la escasez, al igual que a la situación general de deterioro de la calidad de vida.

Demanda que incluye tanto castigo al delito como la gestión de la inseguridad, en tanto sensación subjetiva y real. Ello reclama con carácter de urgencia la ejecución de una amplia gama de acciones y dispositivos que ataquen la crisis económica y la subjetividad producto de la crisis.

Ante la magnitud de la grave situación es imperante atender la dimensión económica, la política sin desmeritar la emocional.