Deformado, colapsado e implosionado hallaron al submarino argentino desaparecido

364

 

Rodolfo Koé Gutiérrez

 El ARA San Juan, el submarino argentino desaparecido con 44 tripulantes hace más de un año en alta mar, fue localizado sobre el lecho marino con el casco “totalmente deformado, colapsado e implosionado” y sin “aberturas de consideración”, partes de la hélice enterradas y restos desperdigados en un radio de 70 metros.

“El submarino está muy cerca de donde se informara la anomalía acústica”, dijo el ministro de Defensa  Aguad, en referencia a la explosión detectada desde Viena por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares”, que en el momento se le dio “un 90 por ciento de importancia” al área en cuestión. Fue hallado a 907 metros de profundidad y l restos del submarino indican que implosionó cerca del fondo.

La posibilidad de reflotarlo depende de la decisión judicial y de la tecnología existente, ya que “la visibilidad es reducida por la visibilidad y la salinidad” y que se precisan “imágenes de mayor precisión”, algo de lo que se ocupará el Seabed Constructor, el buque destinado a la búsqueda.

Después de un año de falsas alarmas, la localización fue finalmente concretada por el buque “Seabed Constructor”, de la empresa estadounidense Ocean Infinity, que desde el 6 de septiembre estaba al frente de las operaciones en la zona en la que el submarino perdió contacto, aproximadamente 250 millas náuticas (460 kilómetros) al este del Golfo chubutense de San Jorge.

El gobierno, el Ministerio de Defensa y la Armada intentaron atribuirse méritos en la detección del ARA San Juan. Las madres, esposas y hermanas de los tripulantes del submarino tuvieron que encadenarse más de 50 días –de lluvias y fríos- en la reja de la Casa Rosada para que el contrato con Ocean Infinity se firmara. El gobierno asistió a semejante protesta sin asomarse a tratar de convencerlos, a prometerles que el contrato estaría firmado tal día. Todo lo fueron postergando y postergando.

Raúl Kollmann, investigador de Página12,  señala que si el ARA San Juan se encontró ayer fue gracias pura y exclusivamente a que los familiares se pusieron firmes. Hubo meses y meses en que el submarino no lo buscó nadie. Se habían ido estadounidenses y rusos y la administración Macri dejaba que pasen los días. El submarino se encontró en el último día de búsqueda, cuando ya el Seabed se encaminaba a Ciudad del Cabo para mantenimiento.

La Marina estaba a punto de emitir un informe de expertos en el que prácticamente diagnosticaba que hubo una válvula mal manipulada y que eso produjo la entrada de agua y la explosión, lo que significaba echarle la culpa a los tripulantes. Ahora sobrfevendrá una dramática polémica: ¿se manipuló mal una válvula o el submarino tenía un desastroso mantenimiento y no estaba en condiciones de hacer esa travesía?  Lo cierto es que el Ara San Juan debió ir a dique para mantenimiento en enero de 2017, agrega.

La pregunta que se abre es -además de las responsabilidades oficiales sobre su desaparición- cómo y en manos de quién continuará la búsqueda, y si la nave podrá ser rescatada. Las dudas giran en torno al contrato que firmó Ocean Infinity con el Gobierno, ya que éste no establece que se retire el submarino, sino simplemente un registro fílmico y fotográfico para poder identificarlo. Es decir, la empresa no estaría obligada de realizar las maniobras para poder avanzar y rescatar los restos de la nave del fondo del mar.

Hay que diferenciar responsabilidades penales de responsabilidades políticas. Las primeras las pueden tener el jefe de la flota de submarinos, pero no un ministro ni un jefe de la Armada que no están en condiciones de revisar si el snorkel estaba en condiciones o no. Es muy posible que pueda ser imputado por estrago culposo seguido de muerte el que conocía el estado del submarino y autorizó el viaje.

Las responsabilidades políticas no se pagan con penas de cárcel, pero sí con destitución y repudio, y en ellas entran los jefes de la Armada y el ministro de Defensa, porque mantuvieron a gente inepta bajo su mando, desplegaron políticas nefastas de mantenimiento, y fueron maltratadores de los familiares e ineficientes en la búsqueda de soluciones, señala Kollmann..

“Mauricio Macri ha sido un Presidente ausente… dijo que siempre estuvo al lado de los familiares del ARA San Juan y es mentira” señaló Oscar Vallejos, padre del Celso Vallejos, de 38 años, tripulante del submarino, para quien el hallazgo de la nave es  un primer paso: “Nosotros queríamos saber dónde está y ahora tenemos que luchar para saber qué pasó y por qué pasó lo que pasó”

“La empresa que lo encontró dice que tiene las herramientas para sacarlo”, afirmó Luis Niz, padre del cabo homónimo, aunque señaló que “desde el gobierno se fijan más en la plata que van a gastar que en sus soldados y en que puedan volver con sus familias”.

Señaló que cuando el submarino desapareció, “nos enteramos por los medios, igual que ahora cuando lo encontraron”. En referencia a trato indiferente que el Gobierno mantuvo durante este año con los familiares de las víctimas y la desidia con la que se encaró la búsqueda, afirmó que “nuestra comunicación con el gobierno fue la televisión y denunció que “la Marina, (el ministro de Defensa ) Oscar Aguad y el presidente Macri sabían dónde estaba el submarino desde el primer día”.

El 13 de noviembre último Aguad había señalado que “es un arma de guerra, está diseñado para no ser encontrado, si está asentado en el lecho marino es un punto más dentro de lo que es el océano”.

En la madrugada del sábado 17, el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, Gabriel Attis, había precisado a los familiares de los tripulantes del submarino desaparecido desde el 15 de noviembre de 2017, que el buque “Seabed Constructor” de la empresa Ocean Infinity llegó al área del búsqueda a las 22.20 del viernes y comenzó la exploración con un vehículo de operación remota (ROV) a las 23.30.

El punto inspeccionado, añadió, fue detectado “a 907 metros de profundidad” sobre el lecho marino, y según las imágenes captadas por el dispositivo “el casco resistente se encuentra en una sola pieza, totalmente deformado, colapsado e implosionado, y sin aberturas de consideración”.

“Se detectó un tubo de aire de alta presión sobre el fondo, más adelante se hallaron pedazos de la libre circulación de popa. En cercanías se divisó el casco resistente en su totalidad desde popa hasta proa por la banda de estribor, observándose que no se encontraba ninguna parte externa al casco resistente adosada al mismo”, señaló Attis.

Mientras tanto, los familiares de los 44 tripulantes del submarino reclamaron que los restos de la nave sean recuperadas por la empresa Ocean Infinity. Ya que les habían informado en su momento que “hasta 1.500 metros de profundidad” es posible “reflotar” los restos hallados a 800 metros, a casi 500 kilómetros del golfo de San Jorge, en Chubut.

El jefe de la Base indicó además que “avanzando hacia la proa se pudo apreciar tres mástiles torsionados hacia popa, interpretando que corresponden al periscopio de ataque, periscopio de observación y mástil” de Medidas de Apoyo Electrónicas. “En la calota de proa se observaron los tubos lanzatorpedos sin sus puertas externas y la ausencia de los tanques de lastre y libre circulación. Recorriendo hacia popa se identificaron el tanque de embarque de torpedos, la escotilla de baterías de proa cerradas y la garita de buzos”, acotó.

El informe leído por Attis señaló también que “sobre la banda de babor, el casco resistente se observa muy deformado hacia el interno, la calota de proa visiblemente íntegra y compartimento de torpedos y cámara de oficiales totalmente colapsado hacia el interno”. En cercanías de la proa y sobre la banda de babor, se identificó la vela del buque “recostada sobre su banda de babor”, y con su estructura “prácticamente integra”.

“En cercanía de la vela se encontró la línea de eje, y la hélice con dos de sus palas enterradas en el fondo y las cinco siguientes totalmente visibles. Siguiendo hacia popa y en cercanías del casco resistente se observaron los restos de los tanques de lastre de popa, con el timón vertical y los planos de popa en posición a subir”, agregó.

“En cercanías del casco resistente se observaron restos de los tanques de lastre de proa con los tubos de aire de alta presión en su interior esparcidos en las proximidades, con gran cantidad de tubos de aire y otros restos de tuberías, cadenas, amarras y pedazos de chapas”, añadió.

Attis indicó que “prácticamente la gran mayoría de los restos observados se aprecian dentro de un radio aproximado de 70 metros del casco resistente, lo que se interpreta como restos de una implosión cercana al fondo”.

  • *Periodista argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)