Decenas de miles contra Trump en los 50 estados: “No tenemos reyes”
Mirko C. Trudeau
Bajo la consigna de “No tenemos reyes”, cientos de miles de manifestantes realizaron este sábado más de dos mil actos de protestas en todos los 50 estados de Estados Unidos este sábado en la expresión más grande de repudio y resistencia contra las políticas de Donald Trump desde que inició su segunda presidencia, un coro masivo contra sus abusos y corrupción de poder, sus políticas antimigrantes y los ataques contra programas de salud y educación.
Los organizadores del “Día de no tenemos reyes” no convocaron a una marcha en Washington, ya que la idea fue que se realizaran cientos de actos en donde vive la gente alrededor del país y ofrecer un mosaico nacional de protesta en lugar de una o dos concentraciones.
Trump, que ha desmantelado agencias dedicadas a la ciencia, la salud pública y la educación con el pretexto de reducir el despilfarro, el abuso y el fraude gubernamentales, despilfarró el sábado por lo menos 45 millones de dólares en un desfile militar conmemorativo del 250 aniversario de la creación del ejército estadounidense, que de manera afortunada coincidió con su propio cumpleaños 79.
Trump ha oscilado en su respuesta a las manifestaciones en su contra, burlándose de que lo acusen de rey y, a la vez, amenazando con violencia a manifestantes. “No me siento como rey, tengo que pasar por el infierno para lograr que se aprueben cosas”, El New York Times recordó que en febrero al autoelogiarse por algún logro, concluyó un tuit con “Larga vida al rey”, en referencia a sí mismo. Y en ese tono real, advirtió esta semana que cualquier manifestante que se atreva a protestar durante su festejo en Washington este sábado enfrentará una “fuerza muy fuerte”.
Héte aquí que el mayor coro de repudio y resistencia de su segunda presidencia hoy le respondió desde todas las esquinas del país. En Nueva York, decenas de miles marcharon sobre la Quinta Avenida desde la Calle 42, epicentro de Manhattan, con sus coros retumbando contra los rascacielos. “We’re not going to take it, anymore (no lo vamos a tolerar más), En otra esquina, brotaron los versos de “todos ustedes fascistas serán derrotados” de Woody Guthrie, mientras pancartas contra ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas) señalaban “tengo con que derretir a ICE”;, “Me gusta el ICE triturado” o sencillamente “Fuck ICE”. (Ice quiere decir hielo en inglés)
“No dejaremos morir a la democracia”, declaró Martin Luther King, hijo del legendario líder de movimientos de justicia social y derechos civiles. “Estamos profundamente preocupados por los esfuerzos de usar el temor como arma, usar a la inmigración como chivo expiatorio, de silenciar la voz del pueblo por fuerza marcial. Nos pondremos de pie, marcharemos”. Leah Greenberg, la cofundadora de la red e grupos Indivisible que ayudó organizar este día de acción agregó que “estamos aquí afuera hoy porque estamos observando a Trump destruyendo la democracia estadunidense en tiempo real”.
Mientras, Trum utilizó el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos para festejar su propio cumpleaños con un desfile militar, una muestra de armas, cohetes artificiales y un concierto. Naveed Shah, un veterano del ejército y hoy líder de la agrupación Common Defense, señaló que “el desfile de Trump no se trata de patriotismo, se trata de poder”, ante miles que se congregaron en la protesta en Filadelfia .Una encuesta reciente señala que un 70 por ciento de los veteranos militare reprueban el desfile militar del cumpleaños del mandatario. “Estamos aquí y a través del país para reafirmar nuestro apoyo de la Constitución y no a un político, ni a un partido político y a ningún rey”.
Una capitán militar señaló que “mientras los Marines les es permitido aterrorizar a nuestras comunidades, mientras nuestros impuestos son usado para las fantasías dictatoriales de nuestro presidente y para bombardear e imponer una hambruna contra niños – este no es el país que merecemos, no amerita nuestra sacrificio. Si nuestros líderes. y los tribunales no se enfrentan contra este megalómano, entonces nosotros tendremos que ser los líderes que henos estado esperando para frenar este autoritarismo, ahora”.
Los medios señalan que fue notable la protesta no sólo en grandes ciudades sino pueblos alrededor del país. “No a reyes, no a fuhrer, no a dictadores”, decía una pancarta en Westport, Connecticut. “Chinga tu migra. ¡Viva la raza!”, decía otra en el pueblito conservador de Adrian, Michigan donde 800 personas se manifestaron frente a la alcaldía. Decenas de miles en Chicago coreando “fuera Donald Trump” llenaron la Plaza Daley en el centro de esa ciudad. Hubo otras concentraciones parecidas en Dallas, Detroit, Pittsburgh, Boston, Milwaukee, Atlanta, San Antonio, Salt Lake City en Utah y a lo largo de la costa oeste de Seattle a San Diego, reseñan Jim Cason y David Brooks .
El cumpleaños de Donald
El público coreaba: USA, USA, cuando Trump levantó su puño frente a los integrantes de su gabinete y dos tanques de 60 toneladas estacionados a sus lados. Un anunciador identificaba las diferentes unidades que desfilaban frente al mandatario. Menos de 10 mil personas fueron al desfile-cumpleaños, quizá a causa de la lluvia. Se supon´pia que era un acto para el ejércikto yh no un festejo de cimpleaños de GTrump.
La lluvia incesante seguramente redujo la cantidad del público que se esperaba a menos de 10 mil en el parque central de la capital, conocido como el Mall. Trump rehusó registrar lo que seguramente esperaba, una participación mucho más grande. Al concluir el desfile, el vicepresidente J.D. Vance tomó el podio para ofrecer un saludo al ejército antes de voltearse para decirle a su jefe: Feliz cumpleaños señor presidente. Vale recordar que una y otra vez autoridades insistieron en que este acto era para el ejército y no un regalo al mandatario.
Trump dijo que el ejército ha metido sus bayonetas al corazón de imperios siniestros, aplastando las ambiciones de tiranos malévolos; debajo de las huellas de tanques estadunidenses las fuerzas armadas han hecho huir al diablo mismo una retirada total. Una y otra vez, los enemigos estadunidenses han aprendido que si amenazas a este país, tu derrota será asegurada y tu caída completa.
Cada gesto, cada palabra, cada acto coreografiado durante el evento pareció sacado de una película satírica acerca de los excesos del poder, al estilo de El gran dictador de Chaplin o The Dictator de Sacha Baron Cohen. Sin embargo, fue real, tan real como se han vuelto durante las presidencias de Donald Trump fenómenos que hasta 2016 resultaban impensables.
No hubo referencias a la nueva misión de las fuerzas armadas de arrestar y deportar migrantes. Pero era notable de que los apellidos de los soldados alrededor de los obuses: Díaz, González, Martínez, Delfina, sugieren que ellos podrían ser inmigrantes o hijos y nietos de extranjeros. Tampoco alguien se atrevió a recordar que el comandante en jefe que encabezó este espectáculo militar evadió el servicio militar obligatorio, bajo la justificación de una condición médica, que muchos otros de sus contemporáneos no lograron obtener.
El desfile produjo escenas distópicas como el descarado culto a la personalidad; la glorificación de la violencia; la naturalización de las armas; la capacidad estadounidense para convertir lo más solemne y terrible en un espectáculo diseñado por y para las cámaras; la conversión de las fuerzas armadas en un mecanismo de transferencia de la riqueza pública a manos privadas, de los recursos de todos a los bolsillos de directores ejecutivos y accionistas de la industria de la muerte; el dogma del excepcionalismo americano, por el cual se justifican dos siglos y medio de una maquinaria de sometimiento, colonización y asesinatos masivos que dejó víctimas en cada rincón del planeta.
El costoso festejo que se regaló Trump con dinero público contradice la percepción que Estados Unidos tuvo de sí mismo hasta hace poco, en la que este tipo de desfiles eran indignos de una república y propios de regímenes que gobernantes y ciudadanos de la superpotencia consideraban sus antípodas. Si a ello se añade el contexto de constantes transgresiones a la ley, como ocurre con el despliegue de corporaciones militares para reprimir movilizaciones contra la cacería ilegal de personas desatada por el trumpismo, es inevitable concluir que esa nación enfrenta una de las mayores crisis políticas de su historia, y que por ahora hay muy pocos indicios de que pueda salir venturosa de ella.
* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).