Daniel Noboa suma el poder político al poder económico de su familia
Álvaro Verzi Rangel
Daniel Noboa, heredero del poderoso imperio bananero de Ecuador, creció entre privilegios y supo que en su clan no bastaba con tener dinero, sino que debía acceder al directamente ejercicio del poder. Y para ello no escatimó esfuerzos y alianzas: ganó en un oscuro balotaje que declama fraude, tal como denunció su opositora, Luisa González.
Bien lo sabía su padre, Álvaro Noboa, que se lanzó cinco veces a la presidencia y con gran coherencia perdió en todas. Las derrotas se convirtieron en herida familiar y Daniel llegó a cerrarla al ganar en su primer intento, convirtiendo en realidad el sueño de su padre: sumar el poder político al poder económico.
La gran prensa no se hizo eco del fraude electoral, pese a que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) planteó finalmente que “lo que ha ocurrido en este país no es solo un caso de irregularidades administrativas: se trata de un montaje sistemático, orientado a imponer por la fuerza un proyecto autoritario cuyo ascenso al poder de Noboa carecer de legitimidad democrática”.
“Las señales de fraude, agregó, son múltiples y alarmantes: alteraciones de última hora en los lugares de votación, uso arbitrario de recursos estatales con fines clientelistas, exclusión deliberada de veedurías internacionales, y la inaceptable suspensión del voto de miles de ecuatorianos en el exterior”, añadió la Organización de Estados Americanos (OEA), ya sin el lastre de su exsecretario general Luis Almagro.
Recordó, asimismo que durante la campaña la vicepresidenta electa en las urnas Verónica Abad, ahora suspendida, reclamó su derecho a suceder a Noboa, pero el gobernante encargó, por decreto, la vicepresidencia a su Secretaria de la Administración, Cynthia Gellibert, a quien delegó sus funciones, un hecho que luego fue declarado inconstitucional.
Por primera vez en la historia de Ecuador, el Consejo Nacional Electoral (CNE) prohibió votar con celular en mano, a pedido de Noboa, y la misión de la OEA advirtió que cambios de esta magnitud al proceso de votación, “adoptados con escasa anticipación y sin estar acompañados de una adecuada difusión, generan confusión y tensión antes y durante los comicios”.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) mostró este martes su preocupación por indicios sobre el uso de recursos públicos y del aparato estatal con presuntos fines proselitistas durante la campaña para los comicios en los que el presidente Daniel Noboa logró la reelección hasta 2029, .así como por indicios sobre el uso indebido de recursos públicos
“Estas prácticas afectan la competencia en la contienda y erosionan la confianza ciudadana en las instituciones democráticas”, advirtió la misión tras los comicios en los que la oposición criticó a Noboa por no haber pedido licencia sin sueldo, como establece la ley, para hacer proselitismo, y en su lugar solo se haya ausentado unos días del cargo para dedicarse a la campaña específicamente.
El presidente colombiano, Gustavo Petro que ha recibido informes «preocupantes» de las elecciones presidenciales del pasado domingo 13 de abril en Ecuador. Incluso añadió que, al igual que en Venezuela, las cosas deben «aclararse», en referencia a los supuestos incidentes. «Se enviaron veedores de Colombia a las elecciones del Ecuador. Los informes que recibo son preocupantes», manifestó Petro en la red social X, este martes.
Ecuador, estratégico
Convertido en un ángulo clave del polígono de seguridad en la estrategia de confrontación estadounidense con China, Ecuador es más que un centro geográfico del mundo, el foco geopolítico de EEUU. Desde 2017 su cuadro de situación es similar al aplicado por Washington en el vecino del norte con el Plan Colombia.
Este “Plan Ecuador” tiene los mismos ingrediente: injerencia extranjera; liberalización económica y endeudamiento externo; deterioro institucional; y militarización de la sociedad y securitización de problemas sociales.
No todo puede achacársele a Noboa, porque los gobiernos de Lenín Moreno, Guillermo Lasso también propiciaron la intervención de Estados Unidos en aspectos sensibles como la economía, la administración de justicia y la seguridad, luego que en la etapa del gobierno progresista de Rafael Correa se buscó un marco de alianzas para sostener decisiones con independencia de Washington y el Comando Sur del Ejército estadounidense,
Y así se creó la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) hasta que Lenin Moreno protagonizó su abandono y la expulsión de su sede en Quito, a la vez que se separó de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y retornó a la Junta Interamericana de Defensa (JID) con el fin de recomponer el diálogo con EEUU. Eran épocas el primer gobierno de un Donald Trump , que apuntaba sus esfuerzos en una ofensiva neoconservadora regional con énfasis en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El alineamiento político internacional de Ecuador ha estado, desde entonces, supeditado a la agenda estadounidense, protagonizando abortos políticos como Prosur, conformada para combatir los proyectos progresistas de la izquierda latinoamericana y no como proyecto de integración (ni política, ni económica), quizá en materia de “seguridad”.
Ello, de la mano del creciente involucramiento del Comando Sur en Ecuador, como un pilar de su Área de Responsabilidad, así como el retorno de la asistencia extranjera mediante agencias como USAID, cuyo financiamiento había sido suspendido en la administración de Correa. (Ahora la aniquiló Trump en su segundo gobierno).

Noboa, hijo de multimillonario nacido en La Florida (EEUU), tiene una larga sumisión a Washington al facilitarle el establecimiento de bases norteamericanas como la de las Islas Galápagos (declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad) y cuyas tropas ya pueden circular libremente por el territorio nacional.
Firmó dos tratados de cooperación militar con Estados Unidos desde diciembre del 2023, que incluyen la presencia de submarinos, personal militar y equipamiento en las Islas Galápagos para el control marítimo del Pacífico y ahora quiere entregar nuevamente a Washington la base de Manta, cerrada por el gobierno de Correa.
Semanas atrás Noboa contrató a la empresa militar estadounidense Blackwater, dirigida por el mercenario Eric Prince, para llevar adelante “la guerra contra la delincuencia”. La Blackwater es conocida por los crímenes cometidos contra civiles en Afganistán e Irak.
Mientras, aviones de inteligencia AWACS de EEUU sobrevuelan las principales ciudades del país (Guayaquil, Quito, Cuenca, Ambato) para controlar cualquier movimiento sospechoso contra el régimen que han ayudado a imponer.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)