Cumbres del eterno retorno: Impulsar la justicia social, promover el trabajo decente…

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Eduardo Camin

En la Cumbre, celebrada en la sede de las Naciones Unidas bajo el lema Soluciones multilaterales para un mañana mejor, los días 22 y 23 de septiembre, los líderes mundiales adoptaron una “histórica” Declaración sobre las Generaciones Futuras, comprometiéndose a dar prioridad al bienestar de estas mediante el fomento del desarrollo sostenible, la paz y la equidad, en el mismo momento que se llevaba a cabo un genocidio latente en el Medio Oriente.

Esta Cumbre aprobó además un Pacto Digital Mundial, que esboza una visión audaz para un “futuro digital inclusivo, abierto, sostenible, justo, seguro y protegido que beneficie a todos” .El Pacto incluye 56 acciones concretas para abordar los acuciantes problemas mundiales y revitalizar el multilateralismo.Pacto Mundial Digital - La línea del medio

Por su parte el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert F. Houngbo, elogió la atención prestada por la Cumbre a la justicia social, y afirmo que “La justicia social a través del trabajo decente debe ser la piedra angular de un sistema multilateral modernizado (…) Los resultados de la Cumbre proporcionan una base sólida para una estructura de gobernanza mundial justa e inclusiva que alinee los objetivos económicos, sociales y medioambientales” (…) Y agregó que “el Pacto Mundial Digital ofrece una oportunidad única para aprovechar la ciencia y la tecnología como motores de la justicia social y el trabajo decente”.

El Pacto para el Futuro tiene por objeto revitalizar el multilateralismo y transformar la gobernanza mundial para hacerla apta para afrontar los retos actuales y futuros. A la vez, se compromete a acelerar el progreso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, reforzar la acción climática, reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, avanzar en los esfuerzos de desarme, promover el uso responsable de las nuevas tecnologías, empoderar a los jóvenes y reformar la arquitectura financiera internacional.

La reciente declaración hizo hincapié,sobre todo, en la necesidad de mejorar la colaboración entre las instituciones multilaterales, para abordar las tendencias globales que afectan al mundo del trabajo. También subrayó la importancia de movilizar recursos para hacer frente a retos clave, en particular la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Destacó, además, que la Coalición Mundial por la Justicia Social de la OIT ejemplifica este compromiso renovado con la cooperación multilateral. Con cerca de 300 socios, procedentes de gobiernos, organizaciones internacionales, bancos de desarrollo, instituciones académicas y organizaciones de trabajadores y empleadores, esta innovadora coalición reúne a un amplio abanico de partes interesadas para abordar las cuestiones laborales mundiales y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 Llueve sobre mojado

Hace un año atrás exactamente, señalábamos que “el sábado 23 de septiembre, en Nueva York, marcando la conclusión de la semana de alto nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert F. Houngbo, subió al escenario del Festival Global Citizen para hacer un llamamiento a la acción colectiva contra las desigualdades y a favor de una mayor justicia social en todo el mundo, denominado Así se llega a la justicia social».

Mucho nos tememos que la suma de lo idéntico sobre lo idéntico adolece de credibilidad, año tras año… Y ya hace muchísimos años – que penamos sobre lo mismo en una especie de eterno retorno.

Sin dudas, la desigualdad es compleja y multidimensional porque  adopta muchas formas. Hay desigualdad entre los países y dentro de ellos, por lo cual podemos hablar de «desigualdad vertical», o desigualdad de ingresos entre todos los hogares de un país, o de la «desigualdad horizontal», que genera la disparidad de ingresos entre grupos, o a las disparidades en los resultados de empleo, los derechos laborales y las oportunidades entre grupos según su género, edad, nacionalidad, origen étnico, estado de salud, discapacidad u otras características.

Por lo tanto,  la desigualdad de ingresos, la desigualdad de resultados de empleo en general y la desigualdad de oportunidades están estrechamente relacionadas.

La propia OIT refleja en la mayoría de sus informes los altos niveles de desigualdad, agravados por las crisis actuales, que tienen un alto coste humano y económico y amenazan el ya lento progreso hacia los ODS de la ONU.

Pero, ¿qué nos dicen esos datos de la OIT …? Que 4.000 millones de personas carecen de protección social, a pesar de ser una de las mejores vías para salir de la desigualdad: nada menos que 453 millones de personas a las que les gustaría trabajar, no pueden encontrar un empleo y 214 millones de trabajadores viven con menos de 1,90 dólares al día.En el mundo, hay cerca de 1,500 millones de niños sin protección social

Mientras tanto, el 1 % más rico de la población mundial posee el 43 % de los activos financieros globales. Además, únicamente el 0,4 % de las 1.600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor, según el último informe de la Oxfam.

 Las alianzas con el capitalismo…  “zona libre de derechos humanos”.

Desde la Conferencia de Bretton Woods, y a pesar de los esfuerzos por parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de presentarse a sí mismos como los enciclopedistas de la ilustración iluminados por el faro del conocimiento y la habilidad en asuntos macroeconómicos y de desarrollo, ambas instituciones han sido y siguen siendo objeto de múltiples críticas por parte de numerosos académicos y la sociedad civil.

A lo largo de la historia la economía capitalista mundial –porque de eso se trata– ha presentado algunas tendencias que se han ido profundizando, ya que el aumento del grado de globalización va quebrando las fronteras nacionales y genera una tendencia creciente al grado de unidad. Pero muchas veces suceden deliberaciones contradictorias en la órbita de los organismos internacionales, en esa lógica de “buena voluntad”, en las cuales las alianzas manifiestan un trasfondo más dialéctico que efectivo.

Banco Mundial y FMI:76 años ¡Ya es suficiente! ¡ Abolición !Esas concentraciones de los grandes organismos internacionales que nos hablan del trabajo decente son a le vez víctimas pasivas de la incidencia de las decisiones de otras grandes organizaciones del mismo sistema de Naciones Unidas. El Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial, con planes y recomendaciones hacia la consolidación fiscal, el sector privado y el servicio de la deuda, restringne el espacio para políticas públicas, contrarrestando la posibilidad de los gobiernos de financiar infraestructura y servicios sociales y por ende lograr los desafíos liderados por la OIT.

Por eso la variabilidad de sus concepciones lo hace frecuentemente más peligroso: su habilidad para posicionar sus prescripciones políticas como “mejores prácticas”, apoyada por un trabajo teórico y empírico más o menos robusto, que a menudo resulta en la internalización de las posiciones del Banco y el Fondo por parte de académicos, profesionales del desarrollo y más de un ministro de economía para calmar las bolsas de valores.

No obstante, la realidad, es que el Banco Mundial y el FMI no han logrado los objetivos establecidos y en cambio, apoyan un orden económico que beneficia a las élites y a los intereses del sector privado a expensas de las comunidades más pobres y marginadas. Estas instituciones siguen distraídas negando su papel en la creación de las condiciones sociales, políticas y económicas que han llevado a la frustración y la privación de derechos que nos han traído hasta aquí.

Pero no nos llamemos a engaños, frente a esta dialéctica, no hablaremos del fracaso del neoliberalismo, que sirvió BANCO MUNDIAL Y FMI REPRESENTAN LOS INTERESES DE AGRONEGOCIO ¡QUE SE VAYAN!  - Via Campesinadurante años a los intereses de las trasnacionales y los grandes grupos económicos, y que fue y sigue siendo la base política del contubernio entre las clases dominantes.  Los desafíos de estos grandes foros, estas promesas incumplidas de cada año, no son más que las crisis de la falacia capitalista neoliberal y de la democracia de unos pocos, para pocos, basado una y otra vez en las relaciones de dominación y dependencia.

Entretanto, como lo destaca el Informe de la OXFAM, el enorme aumento de la riqueza extrema observado desde 2020 se ha hecho patente. La riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en 3,3 billones de dólares (es decir, en un 34 %) desde el inicio de esta década de crisis; una fortuna que crece a un ritmo tres veces mayor que la tasa de inflación.Esta riqueza se concentra en el Norte global. Si bien solo el 21 % de la humanidad vive en países del Norte, estos albergan el 69 % de la riqueza privada y el 74 % de la riqueza milmillonaria del mundo.

Los otros grandes ganadores en este período de crisis son las grandes empresas multinacionales. Para éstas, al igual que para los súperricos, las dos últimas décadas han sido extraordinariamente lucrativas, y los últimos años han sido aún mejores: los beneficios de las mayores empresas experimentaron un aumento del 89 % entre 2021 y 2022. El 82 % de estos beneficios acaban en manos de accionistas, quienes se encuentran en su inmensa mayoría entre las personas más ricas”.

Ahora, demócratas del mundo libre, hablemos en serio de justicia social y trabajo digno, no de promesas serialmente incumplidas.

 

*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)