¡Culpable!: veredicto del tribunal ciudadano

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ENRIQUE CALDERÓN ALZATI | El sexenio presidido por Felipe Calderón Hinojosa ha terminado al fin. Hago votos porque luego del proceso sistemático de destrucción de las instituciones nacionales, del tejido social de amplias regiones del país, del crecimiento sin control de la delincuencia organizada, así como de la violencia y la inseguridad en nuestras ciudades y vías de comunicación, de la cancelación de facto de las garantías individuales, de los montajes televisivos como sustituto de los actos de gobierno, el país pueda retomar otros rumbos más prometedores.

La Jornada

Ello no será fácil, no sólo por la herencia de corrupción, de opacidad en las acciones y del tráfico de influencias que será necesario desterrar (igual que a él), sino también por el ambiente de duda que se respira en torno a la legalidad del nuevo gobierno y a sus posibles inclinaciones autoritarias y represivas. En este contexto, la noticia de que el ahora ex presidente se irá a vivir plácidamente fuera del país, para dar clases en una universidad estadunidense, seguramente como reconocimiento y pago por sus acciones en favor de los intereses de esa nación, constituye un nuevo agravio a México, que se resume en una sola palabra: ¡impunidad!

Impunidad respaldada ahora por cientos y miles de cápsulas desinformativas que sin rubor han sido insertadas en nombre de diferentes agencias gubernamentales, para sorprendernos con las cosas maravillosas logradas por el gobierno de Felipe Calderón, en un intento por contrarrestar las protestas y el descrédito acumulado por su gobierno.

Es por todo ello que diferentes agrupaciones sociales se mantienen en actitud de protesta e inconformidad, ante la insensibilidad de quienes habiéndose apoderado de las instituciones nacionales los pasados seis años violaron las leyes tanto o más que los delincuentes que decían combatir, mientras hacían pagar a la sociedad una cuota permanente de inseguridad, de desempleo, de empobrecimiento, de frustración, y en muchos casos de dolor por la pérdida de un ser querido, o por la pérdida del hogar, como única posibilidad de sobrevir.

Hoy, al final de este desafortunado periodo que acaba de terminar, la molestia, la indignación y el hastío son los pensamientos generalizados de un amplio sector de la población, que incluye a los jóvenes que al terminar sus estudios no encuentran un empleo digno y acorde a sus aspiraciones, a los hombres y mujeres de mediana edad que han perdido su trabajo y tampoco pueden encontrar otro, o a quienes teniendo uno se enfrentan a la realidad de que sus salarios no son suficientes para sostener a sus familias. A ello se añade el enojo de quienes estando en condiciones económicas menos problemáticas nos enteramos continuamente de nuevos escándalos de corrupción en los diferentes ámbitos de gobierno, así como de la existencia de pactos encubiertos entre funcionarios de alto nivel con empresas e instituciones extranjeras, y aun con las mismas organizaciones criminales, poniendo en riego la soberanía y el patrimonio nacionales.

Buscando cómo contribuir a cambiar este estado de cosas, dentro del marco de las leyes vigentes de nuestro país, un grupo de ciudadanos venimos organizando un juicio a Felipe Calderón por su actuación como presidente de la República, apoyándonos en el artículo 87 de la Constitución, que indica con claridad el mandato a la sociedad mexicana de demandar al presidente cuando éste no cumpla el juramento al tomar posesión de su cargo. La experiencia ha sido enriquecedora; a nuestra convocatoria respondieron más de una centena de ciudadan@s de todo el país, presentándonos sus acusaciones y demandas, a partir de las cuales nos fue posible establecer un tribunal ciudadano, del cual ha surgido un veredicto, sustentado en los artículos mismos de nuestra Constitución, indicando que entre otras cosas el señor Felipe Calderón es culpable de traición a la patria.

Este es el veredicto, que de manera personal les invito a conocer, el cual se encuentra en la página www.tribunalciudadano.mx, solicitándoles que luego de leerlo nos indiquen si están o no de acuerdo con el mismo, pudiendo consultar también el número de votos positivos y negativos que se han dado hasta el momento. Nosotros esperamos contar con un gran número de participantes en este sencillo pero trascendente ejercicio ciudadano, cuya principal importancia radica en establecer una muestra para el futuro de lo que la sociedad puede hacer para demandar a sus altos funcionarios cuando éstos no cumplen con sus compromisos.

A quienes participamos en esta red social a la que llamamos tribunal ciudadano nos deja una clara lección de cómo actuar en el futuro. Un juicio como este no se debe hacer en los meses finales del sexenio, una vez que las elecciones presidenciales han pasado. Lo más conveniente es hacerlo antes de que se inicien las campañas electorales para elegir al nuevo presidente, porque de esta manera el juicio de la sociedad hacia el presidente saliente es también un indicador importante para los candidatos y partidos políticos de lo que la sociedad no está dispuesta a aceptar por más tiempo. Asimismo, la difusión de los resultados, si éstos representan correctamente el juicio de la sociedad, le puede permitir a ésta incidir también en los medios de comunicación, para que éstos de algún modo reflejen en sus contenidos el pensamiento de la sociedad.

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