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Después de varios días sin que desde Estados Unidos se hablara de Venezuela, esta semana el enviado especial estadounidense para el país, Elliot Abrams, reiteró que la administración de Donald Trump mantendrá su política de línea dura contra el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro. «Continuaremos con nuestras sanciones y las fortaleceremos. Esperamos que la Unión Europea siga con las sanciones adicionales», dijo.

El primero en responder al funcionario estadounidense fue el canciller venezolano, Jorge Arreaza, a través de su cuenta en Twitter: «Este par de personajes tratan desesperadamente de salvar sus cargos después de un año de torpezas y fracasos; un derroche de anti-diplomacia, frustración y soberbia combinadas; no aprenden lecciones y no extraen moralejas: Venezuela es irrevocablemente libre e independiente».

De esta manera se retomó la disputa diplomática entre ambos países antes de finalizar el año. En Hinterlaces.net te presentamos un resumen de las acciones que tomó EE. UU. en 2019 en su intento por debilitar al Gobierno de Maduro.

La estrategia de la Casa Blanca se puso en marcha desde enero, específicamente el 24 de ese mes, cuando unas horas después de que Juan Guaidó se autojuramentó  “presidente encargado” de Venezuela, Trump le dio su espaldarazo y abrió la grieta de reconocimiento a una doble institucionalidad que significó un reto para aquellos países que no querían legitimar lo que a todas luces era un golpe de Estado.

En marzo, el mandatario prorrogó por un año la Orden Ejecutiva en la que se declara a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria” para su seguridad, la cual desde que la implementó Barack Obama en 2015 sirve como “respaldo” para la aplicación de sanciones.

El golpe más duro lo dio Washington en agosto al congelar todos los activos del Gobierno venezolano en territorio estadounidense con la vista puesta especialmente en la filial de Petróleos de Venezuela S. A., (Pdvsa), Citgo. En ese momento, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, denunció el golpe jurídico trasnacional para apropiarse de los recursos naturales del país.

«Sancionaron el petróleo, a Citgo, sancionaron el oro, sancionaron la deuda venezolana. Ya es una operación internacional trasnacional, dirigida desde el Gobierno de EE.UU., como ya ellos directamente lo han reconocido», dijo.

En octubre, el embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, indicó que 39 países son víctimas de medidas coercitivas, las cuales son una “amenaza para todo el sistema de relaciones internacionales” y “la mayor violación de derechos humanos en el mundo”.

Según los datos que maneja la Cancillería, reseñados por Alba Ciudad, Venezuela perdió, entre los años 2015 y 2018, 130.000 millones de dólares por el bloqueo económico de Washington. Aunado a eso, el apoderamiento ilegal de Citgo generó pérdidas de otros 11 mil millones de dólares en dividendos congelados y más siete mil millones de dólares por apropiación ilegal de activos.

Hasta agosto de este año, EE. UU. emitió 30 rondas de sanciones dirigidas a unas 200 personas y entidades del entorno de Maduro, entre ellas el Banco Central de Venezuela (BCV). Además, revocó más de 700 visas, incluidas las de más de 100 exdiplomáticos del gobierno en disputa, desde enero de 2019, refirió el portal Voz de América.

Ahora queda ver qué acciones tomará EE. UU. en lo que queda de año y a inicios de 2020 mientras Trump se enfrenta a un proceso de juicio político y el liderazgo de Guaidó, dentro y fuera de Venezuela, se ve disminuido tras un escándalo de corrupción en las filas de la Asamblea Nacional y la desilusión por las promesas incumplidas.

Al cierre de esta nota durante la noche de este viernes 20 de diciembre, se hizo viral la declaración de Richard Black, senador republicano del estado de Virginia (este), quién emplazó al gobierno de EEUU de dejar de interferir en los asuntos internos de Venezuela y Bolivia y eliminar las sanciones contra Caracas.

«Hemos desmonetizado su moneda y, a través del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este Gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda», afirmó.