Constituyentista Emma Ortega: “Monsanto debe empezar a hacer sus maletas en Venezuela”

AlbaTV|

Emma Ortega, agricultora radicada en el estado Aragua, fue electa para asumir la vocería en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) por el sector Campesinos y Pescadores el pasado 30 de Julio.

Alba TV tuvo la oportunidad de conversar con ella sobre la importancia de la Ley de Semillas conquistada en Revolución, la actualidad de las familias campesinas en Venezuela y los retos del gobierno bolivariano para brindar las condiciones que nos encaminen hacia la soberanía alimentaria bajo el modelo comunal.

La semilla y las transnacionales

Sobre la Ley de la Semilla afirmó que ésta “es innegociable” y que además debe ser constitucionalizada de principio a fin “por la autonomía que representa para el país tener nuestra propia semilla”.

En ese sentido, señaló que luego de emprender toda una política direccionada a la preservación de nuestras semillas, que incluyó la creación de instancias como el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) o el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI), “hubo un momento en el que se pasó el telón y empezamos a tener dependencia de otras casa semilleristas comprometidas con el capital (…) hay presencia de las transnacionales en nuestras estructuras gubernamentales y eso hay que destaparlo, esos interés son los que sostienen el modelo capitalista y agroindustrializado en el campo”, sentenció Ortega.

Emma afirmó que si nuestro programa agrícola está basado en la agricultura verde “indudablemente es la Monsanto la que está por detrás diciendo como es que se gobierna (…) eso tenemos que desenmascararlo y la Monsanto debe empezar a hacer sus maletas en Venezuela, nos dirán que no tenemos los sustitutos, pero están, en conocimiento del pueblo y de los técnicos que no están montados en el programa de la agricultura de esclavos de carácter extraccionista, donde lo que hace el campesino es suministrar materia prima a los que procesan”.

Sobre la política agraria hasta ahora aplicada aseveró que es atomizada, siendo necesaria una agricultura sistémica “que no tiene que ver solo con kilos y quintales, sino con los y las actoras sociales, el proceso de producción y sus implicaciones”. Es por ello que desatacó la necesidad de dignificar la vida de los campesinos y comuneros para vivir viviendo en el campo, garantizar la seguridad integral – no sólo física sino también social – ofreciendo una infraestructura de apoyo a la producción agrícola “desde la carretera hasta la electricidad, centros de acopio, transporte agrícola, esas son parte de las inversiones que hay que hacer en la agricultura campesina para consolidar los espacios que tiene tomado el campesinado”.

A pesar de estas contradicciones, Ortega destacó que las calles de las ciudades están llenas de auyama, ají dulce, ocumo, yuca, pimentones, tomates. “Hay producción en el país, el campesinado tiene su presencia, con los alimentos con los que tenemos problemas es con los que están asociados a la agroindustria”.

Cuestionó el hecho de que luego de visitar espacios como Calabozo en el estado Guárico, se certifica que hay producción de arroz, pero solo se comercializa arroz que según es extranjero. “¿Será que están embolsando nuestro arroz en bolsas importadas y así lo encarecen?”, preguntó Ortega.

“Nacen en el campo y mueren en la ciudad”

Ortega afirmó que las deficiencias que tenemos en la política agraria y especialmente no ofrecer una oportunidad a las jóvenes parejas en el campo, propicia su desplazamiento a las ciudades donde terminan atrapados en la maraña de la delincuencia, y cuando deben alejarse por algún conflicto o delito cometido se refugian nuevamente en el campo, donde conocen la territorialidad y los momentos económicos de esa ruralidad para ser justamente ellos quienes en el campo asaltan, violan, “son agrochoros por decirlo así”.

“Yo pensaba que como mujer éramos las más afectadas pero resulta que son los jóvenes, cuya expectativa de vivida es de apenas 24 años bajo esa dinámica de nacer en el campo y morir en la delincuencia”, reflexionó Emma. Al mismo tiempo, indicó que la Gran Misión Vivienda Venezuela es admirable pero es urbanocéntrica y debería tener una expresión rural que atienda a las jóvenes parejas campesinas para evitar su éxodo a las ciudades.

“Cuando las mujeres avanzan ningún hombre retrocede”

Ortega afirmó que la titulación de tierras transversaliza lo económico, lo político y lo social, materia en la que las mujeres tienen prioridad, pero solo desde lo anunciado, la Ley prioriza a la mujer cabeza de familia, pero las miles de mujeres campesinas en unión libre de hecho o consensuadas quedan marginadas de este derecho, ya que al momento del registro el hombre con su cédula de soltero terminan siendo el titular de las tierras. Ortega además planteó la necesidad de crear la titulación conjunta entre el hombre, la mujer que trabajan el campo y sus hijos.