Bob Dylan, Premio Nobel de Literatura 2016

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Con un párrafo de tres líneas, la Academia Sueca puso de cabeza al mundo: El Premio Nobel de Literatura 2016 ha sido otorgado a Bob Dylan por haber creado nuevas expresiones poéticas en el marco de la gran tradición musical estadounidense. De acuerdo con la secretaria permanente de la Academia del Nobel, Sara Danius, hubo gran unidad en la decisión. Él es probablemente el más grande poeta vivo, exclamó Per Watsberg, uno de los académicos.

Por vez primera en aquel rancio salón, en un barrio de Estocolmo, se escucharon risas al mismo tiempo que expresiones de incredulidad, desaprobación, hurras y vítores y opiniones en contra como el año pasado, cuando distinguieron con el mismo galardón a una reportera, Svetlana Alexievich, y en el gabinete de Vladimir Putin enarcaron las cejas, como lo hacen ahora en la casa de campaña de Donald Trump respecto del premio a una voz crítica.

Como artista, él es impresionantemente versátil; ha estado activo como pintor, actor y guionista, añadió la vocera.

El premio literario anterior otorgado a Dylan (Minnesota, 1941) fue el Príncipe de Asturias, a cuya ceremonia de recepción no acudió en 2007, como sí lo hizo hace cuatro años cuando Barack Obama le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo galardón civil de Estados Unidos.

Tiene la condición de ser un ícono

En un recuento que publicamos aparte en estas páginas, se denota la decisión de Dylan de asistir a recibir premios de la farándula, como el Grammy, pero no de cultura, como el Príncipe de Asturias. De manera que ahora las apuestas giran en torno a si acudirá en diciembre a Estocolmo para recibir el Nobel.

Los argumentos en favor esgrimen la conveniencia de atraer reflectores que opaquen a Trump. Los argumentos en contra son más precisos: para ese entonces ya se sabrá el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

La Academia Sueca añadió a sus razones para premiar a Dylan: tiene la condición de un ícono. Su influencia en la música contemporánea es profunda.

Entre las opiniones de congratulación, el indo-británico Salman Rushdie aportó el meollo: Bob Dylan encarna la gran tradición del bardo, aquella figura de la antigüedad que integraba en su persona todas las artes.

Los tres grandes discos de Bob Dylan en su etapa de madurez son: Time out of Mind (1997), Modern Times (2006) y Tempest (2012).

El diario mexicano La Jornada, al reseñar esos discos, recogió en esos años el clamor creciente que ubicaba ya a Bob Dylan como candidato fuerte al Nobel de Literatura. A la fecha, esos discos son conocidos por una minoría respecto de la cantidad abrumadora, generaciones enteras, que se quedaron con el Dylan de los años 60 del siglo pasado y sus piezas del todo conocidas.

Entre los argumentos que presentó este periódico, y que más adelante, en 2012, fueron acogidos por la Revista de la Universidad en un extenso artículo, además de la maestría prosódica y la raigambre clásica de los textos de Dylan, está el que ahora señaló Salman Rushdie: Bob Dylan encarna la condición del aeda, esa figura fundamental de la cultura antigua griega que fundía en su persona poesía, música, baile, canto, teatro, artes plásticas.

eeuu-bob-dylanCon el aeda, la poesía era cantada. Y al aeda sucedieron otras figuras: los bardos, los juglares, los escopas, los escaldos y los trovadores, entre ellos. Y cuando Gutenberg inventó la imprenta, el aeda enmudeció. La poesía dejó de ser cantada. Y el mundo separó a las hermanas gemelas: música y poesía.

Bob Dylan reúne a la música y a la poesía, como un aeda contemporáneo. Y eso es lo que premia ahora la Academia Sueca.

Los académicos valoraron, en su decisión prácticamente unánime, la poderosa poesía de crítica social, dramaturgia, compromiso humanitario, de toda la obra de Robert Zimmerman, que puede constatarse en, por ejemplo, The Masters of War y, sobre todo, en esa obra maestra titulada The Chimes of Freedom.

Hasta el cierre de esta edición, Bob Dylan ha permanecido fiel a su costumbre de pasar desapercibido, aunque a veces no lo logre, como en aquella ocasión en Miami, cuando un ama de casa llamó a la patrulla reportando a un vagabundo sospechoso que deambula por las calles y Robert Zimmerman tuvo que mostrar su identificación a los policías para evitar ser arrestado como amenaza social.

Frente a la cacería de los reporteros, Elliot Mintz, su portavoz, alegó que todavía era muy temprano, en Los Ángeles, como para molestar a su patrón.

También al cierre de esta edición no había sido cancelado el concierto que se había anunciado para la noche del jueves en Las Vegas.

Entre la estupefacción y el debate

Ante el anuncio de que la Academia Sueca otorgó a Bob Dylan el Premio Nobel de Literatura 2016, algunos escritores y personajes celebraron la noticia y otros manifestaron desacuerdo.

Se esperaba el galardón para el poeta sirio Adonis o el escritor keniano Ngugi Wa Thiong’o. Pero la designación del cantante estadunidense provocó estupefacción de varios autores y generó debate en las redes sociales.

El novelista indo-británico Salman Rushdie, mencionado como candidato en varias ocasiones, aplaudió el anuncio: De Orfeo a Faiz, la canción y la poesía han estado íntimamente ligadas. Dylan es el heredero brillante de la tradición bárdica. Gran elección, escribió en su cuenta de Twitter.

Citada entre los candidatos potenciales, la autora estadunidense Joyce Carol Oates envió un tuit bastante cruel: “Tal vez pueda darnos explicaciones sobre Jack of Diamonds si todavía se acuerda”.

Uno de los rebeldes ante la ola de reconocimientos fue el novelista escocés Irvine Welsh, quien reaccionó furioso. Soy un fan de Dylan, pero este es un premio de nostalgia mal concebido, arrancado de las próstatas rancias de hippies seniles y balbuceantes, escribió en Twitter el autor de Trainspotting.

“Si eres un fan de la ‘música’, busca en el diccionario. Después ‘literatura’ y compáralas”. Y también preguntó si el escritor Don DeLillo ha sido incorporado al Salón de la Fama del Rock.

El novelista francés Pierre Assouline, integrante de la Academia Goncourt, fue muy crítico de la decisión: El nombre de Dylan fue citado a menudo estos últimos años, pero siempre se pensó que era una broma, y llamó lamentable atribuirle el Nobel. Me gusta Dylan, pero no tiene obra. La Academia Sueca se ridiculiza. Es denigrante para los escritores.

Mircea Cartarescu, escritor rumano, expresó: Nadie niega que sea un músico genial y un gran poeta. Pero, lo siento mucho por los verdaderos escritores, Adonis, Ngugi, DeLillo y dos o tres más, que tenían el premio casi en el bolsillo.

La atribución del Nobel a un trovador reabre una polémica: ¿es escritor sólo aquel que escribe libros? Jugar con la lengua, suscitar emociones con las palabras –algo que sin duda hace Bob Dylan–, también es hacer literatura, dicen los defensores de la decisión de la Academia Sueca.

“Los puristas y otros amargados se rasgarán las vestiduras, denunciarán la degeneración del espíritu del Nobel, pero me alegro de que se reconozca también la literatura en la palabra –en el sentido poético del término– en tiempos en que muchos artistas piensan ser dispensados de la exigencia de fondo y forma en su creación”, dijo el escritor Alain Mabanckou, obviamente satisfecho.

Philippe Margotin, coautor de una biografía Bob Dylan: la totale, consideró que el autor de Like a rolling stone es el gran poeta vivo estadunidense del siglo XX. Su cultura literaria es innegable, pues leyó a autores como Arthur Rimbaud o William Blake. Además, se inspiró en los poetas de la generación beat.

Cuando el profesor británico Gordon Ball nominó al cantautor para el premio 15 años consecutivos desde 1996, lo consideraron loco o realmente fuera de lugar. Así que la noticia es una reivindicación. El especialista en literatura estadunidense dijo que hay una incredulidad de que finalmente haya pasado.

Añadió que el comité ha reconocido una gran diversidad, en términos del medio. Canciones como Blowin in the wind hicieron una diferencia para el movimiento por los derechos civiles. En pocas palabras, ha cambiado el mundo para bien.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/10/14/cultura/a02n1cul

Anexo 1

Un rebelde que se atrevió a impugnar la guerra fría

Ángel Vargas – La Jornadaeeuu-bob-dylan2

En un reportaje de la BBC, difundido ayer poco después de que la Academia Sueca sorprendiera al mundo con el anuncio del Premio Nobel de Literatura 2016, se califica a Bob Dylan como el mayor –y para algunos, como la revista especializada Rolling Stone, el mejor– representante de la canción de protesta de todos los tiempos.

“Bob Dylan, el rebelde, el poeta, el que dijo metafóricamente lo que nadie en medio de la brutal tensión de la guerra fría se atrevía decir”, celebra la corporación británica de radiodifusión, la cual seleccionó seis de las letras más icónicas del autor estadunidense para mostrar cuál es la genialidad que lo hizo convertirse en el primer músico en adjudicarse el galardón de literatura más importante del planeta.

La compilación abre con Master of war (Los maestros de la guerra), de 1953, tema que condensa rabia, angustia, ira, según la BBC. “Todo junto y revuelto en plena guerra fría, cuando Estados Unidos comenzaba a intervenir Vietnam y el año en que su presidente John F. Kennedy era asesinado a tiros”.

Nunca había escrito algo así, contó Dylan sobre esa canción en una entrevista. No canto canciones para desearle la muerte a gente, pero no pude evitarlo en ésta.

Sigue A hard rain’s a-gonna fall (Dura lluvia va a caer), también de 1963, a la que se considera la mejor canción de protesta escrita por el mejor autor de protesta de todos los tiempos por la revista Rolling Stone. De siete minutos, versa sobre un padre que pregunta a sus hijos qué ven y éstos le describen fotografías apocalípticas.

Cada línea es el principio de una canción en sí misma, explicó Dylan en la época de su lanzamiento (1963). Pero al hacerla no creyó tener suficiente tiempo para escribir cada una, así que las puse todas juntas en ésta, recupera el reportaje.

Música revolucionaria

El más celebérrimo de los temas de Dylan, al lado de Blowin’ in the wind (La respuesta está en el viento), ocupa la tercera posición: Like a rolling stone (Como una piedra que rueda), de 1965, considerada la mejor canción de todos los tiempos según Rolling Stone.

Fue la que catapultó al artista a la categoría de estrella del rock luego de que los críticos ponderaran su combinación de distintos elementos musicales como revolucionaria.

De 1965, la selección continúa con It’s alright’ Ma (Está todo bien, ma), en la cual se dice que aquel que no está ocupado naciendo, está ocupando muriendo. Dylan escribió esta canción en Woodstock y sobre ella aseguró, 40 años después, haciendo una retrospectiva, que ya no podía escribir temas como ése.

No sé cómo escribí esas canciones. Me trato de sentar y escribir algo igual. Lo hice alguna vez y puedo hacer otras cosas ahora, pero eso ya no lo logro, cita la BBC.

En quinto lugar está Chimes of freedom (Campanas de libertad), de 1964, que, a primera vista, pareciera ser una canción cuyo tema aborda a una pareja atrapada en medio de una tormenta, entre el atardecer y la medianoche.

Pero como todo en Dylan, se destaca, esta canción no está exenta de subtexto. Según Mike Marqusee, autor de Chimes of freedom: la política en el arte de Bob Dylan, el tema marca una transición entre el primer estilo de protesta del ahora Nobel, una letanía de los oprimidos, en la segunda mitad de cada verso, y su posterior estilo más libre, caracterizado por la fusión de imágenes.

La selección concluye con Absolutely sweet Mary (Absolutamente dulce María), de 1966, que en uno de sus versos señala: hay que ser honesto para vivir fuera de la ley.

Esa es una frase que ha dado la vuelta al mundo desde su lanzamiento en 1966 y sigue dándola. Es parte del disco Blonde on Blonde, el cual recomendó la secretaria del comité del Nobel de Literatura para entender la poesía del autor que recibirá el Nobel de Literatura 109, concluye la BBC.

La aparición y ocultamiento de Bob Dylan en lo que respecta a su compromiso político es intrigante, según el catedrático estadunidense Peter Dreier, profesor de política y director del Departamento de Política Ambiental Urbana en el Occidental College, quien hace un perfil del poeta-músico en su libro The 100 greatest americans of the 20th century: A social justice Hall of Fame.

Pero sus canciones de paz y de justicia han tenido una vida propia, agrega. “Blowin’ in the wind y The times they are a-changing, en particular, siempre estarán ligadas a los movimientos progresistas de la década de 1960 y se utilizan para unir a la gente para protestar por un mundo mejor.”

El académico recuerda que Dylan actuó en varios conciertos a beneficio de causas como el hambre en Bangladesh, en 1971, y en Etiopía, en 1985, además de uno para recaudar dinero para las familias de agricultores de Estados Unidos, en este último año.

Rememora también que en 1991, al recibir el Grammy por su trayectoria, el artista interpretó su tema Masters of the war mientras las tropas estadunidenses luchaban en Irak.

Entre las anécdotas recogidas por Dreier, que muestran el perfil político de Bob Dylan, está la ocurrida la noche electoral de 2008, cuando éste ofrecía un concierto en la Universidad de Minnesota y se anunció la victoria de Barack Obama.

En ese momento, refiere el académico, el bardo tomó la palabra: Nací en 1941. Ese fue el año en que bombardearon Pearl Harbor. He estado viviendo desde entonces en la oscuridad. Parece que las cosas van a cambiar ahora. Acto seguido, dejó de lado su habitual repetición en vivo de Like a rolling stone e interpretó Blowin’ in the wind.
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Anexo 2

Chimes of Freedom

Bob Dylan 

“Entre el demente martilleo místico del granizo enfurecido/ El cielo maravilló con sus poemas desnudos/ Que el son de las campanas aventó con la brisa/ Dejando sólo las campanas del relámpago y su trueno/ Clamaban por el gentil, clamaban por el afable/ Clamaban por los guardianes y defensores de la mente/ Por el pintor sin deudas desplazado de su propio tiempo/ Y contemplamos las radiantes campanas de libertad/.

En la fiera tarde gótica la lluvia revelaba historias/ Para figuras desnudas sin rostro ni lugar/ Doblaban por las lenguas con pensamientos sin destino/ Presas en situaciones asumidas/ Doblaban por los sordos, los ciegos y los mudos/ Doblaban por la madre martirizada y sola, la supuesta prostituta/ Por el pequeño forajido, acosado y burlado en la caza/ Y contemplamos las radiantes campanas de libertad.

Fragmento de Chimes of Freedom, de Bob Dylan (versión en español de Pablo Espinosa)