Con la emboscada a Zelensky, Trump deja las manos libres a Rusia

Isabella Arria y Mirko C. Trudeau

Luego de gritarle y acusarlo de jugar con millones de vidas y del posible inicio de la tercera guerra mundial, Donald Trump expulsó de la Oficina Oval al presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, en una conversación televisada. “O alcanzan un acuerdo con Rusia o los dejamos solos”, advirtió, mientras los líderes europeos expresaron su apoyo al mandatario ucranio.

El vicepresidente JC Vance lo acusó de faltar al respeto a sus anfitriones al tratar de litigar sus diferencias frente a los medios estadounidenses. Cuando Zelensky intentó responder, fue interrumpido a gritos por Trump, quien le reprochó jugar con las vidas de millones de personas, propiciar la Tercera Guerra Mundial y ser irrespetuoso con un país que le ha respaldado mucho más de lo que mucha gente dice que debería haber hecho.

Zelensky, viajó a Washington para firmar el acuerdo draconiano por el cual Kiev entregaría a corporaciones estadounidenses la mitad de todos los ingresos obtenidos de la futura monetización de todos los activos de recursos naturales relevantes propiedad del gobierno ucranio, en pago por la asistencia militar y económica prestada por Estados Unidos desde la invasión rusa a su vecino.

Ahora retorna a su país sin obtener las garantías a la seguridad ucraniana que buscaba incluir en el mismo, así como con una ruptura que parece ya irreversible con la persona de quien dependen la mayor parte del armamento, la inteligencia, la logística, el paraguas nuclear y el dinero que requiere para seguir combatiendo a las tropas rusas.

Trump lo dejó claro: Zelensky no está preparado para la paz, quiere continuar la guerra y por ende queda fuera de juego en el pacto que preparan Washington y Moscú. El linchamiento del presidente ucraniano sumió en shock a Ucrania, pero también a sus socios europeos.

Fue un ataque, casi inverosímil y ante los ojos de todo el planeta, y que parece orquestado, señala el diario español Público. El acuerdo que debían firmar Zelenski y Trump esa misma tarde para ceder buena parte de los minerales estratégicos ucranianos a las empresas estadounidenses en realidad no se revelaba tan bueno para EEUU. Buena parte de esas riquezas están en territorio anexionado por Moscú, en el este ucraniano, y a Rusia no le gustaba nada que EEUU pretendiera convertir Ucrania en su mina particular.

Las garantías de seguridad que demandaba Zelenski y que exigió hasta justo antes de viajar a Washington habrían paralizado, además, el proceso de diálogo de EEUU con Rusia y eso no era deseable para Trump, empresario con estrategias a largo plazo y no para las ganancias inmediatas.

El presidente estadounidense Donald Trump se reúne con el presidente de Ucrania, Volodmir Zelenski, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, a 28 de febrero de 2025.
Europa

Los líderes europeos cerraron filas y manifestaron su apoyo al presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, luego de que su homólogo estadunidense, Donald Trump, lo expulsara de la Casa Blanca, y reiteraron que Ucrania no está sola. “¡Nadie desea la paz más que los ciudadanos de Ucrania! Por eso buscamos juntos el camino hacia una paz duradera y justa. Kiev puede contar con Berlín y con Europa”, comunicó el canciller alemán, Olaf Scholz.

El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que hay un agresor que es Rusia. Hay un pueblo agredido que es Ucrania, durante su visita a Portugal, y añadió: estábamos en lo cierto al ayudar a Ucrania y sancionar a Rusia hace tres años y seguir haciéndolo.

La ultraderechista primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pidió que se convoque sin demora una cumbre entre Estados Unidos, Europa y sus aliados sobre Kiev, para hablar con franqueza sobre “cómo pretendemos abordar los grandes desafíos actuales, empezando por Ucrania, que hemos defendido juntos en los años recientes y aquellos que estaremos llamados a abordar en el futuro”. Meloni instó a evitar divisiones entre los países occidentales.

El destrato

Es muy difícil ocultar el trato vergonzoso dispensado por Trump y Vance a Zelensky, en violación flagrante de las normas diplomáticas. Y, además, significa un precedente que desde ya atenta contra la confianza de la comunidad internacional en Washington, mermando la hegemonía que Trump recita que está dispuesto a restaurar.El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, junto a Donald Trump (c), y el vicepresidente estadounidense, JD Vance (d), en la Oficina Oval de la Casa Blanca.

Aún resuenan los gritos de Trump, dejando en claro que retirará cualquier apoyo a Ucrania si Zelensky no agacha la cabeza y firma el acuerdo en los términos fijados por el grupo neofascista que controla las tres ramas del gobierno estadounidense.

Los analistas señalan que no puede verse a Zelensky como una víctima inocente de la grosería trumpiana, pues él mismo se puso en esta situación que lo obliga a tragarse humillaciones y a suplicar el apoyo de un empresario corrupto devenido en político que entiende las relaciones internacionales como pactos mafiosos.

El espectáculo brindado el viernes por Trump mandaba un mensaje al mundo: las cosas a partir de ahora no se hacen por consenso sino por la orden y mando de la superpotencia hegemónica,

Fue Zelensky quien decidió seguir el juego del expresidente Joe Biden de realizar coqueteos con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sabiendas de que suponían una línea roja para la seguridad nacional rusa, quien se negó a una salida política al problema separatista en el Donbás, quien azuzó un chovinismo racista que llevó a verdaderos horrores de persecución racial contra los rusos étnicos que han habitado Ucrania por décadas (e incluso siglos) y quien, en cada encrucijada en que pudo optar por la paz, eligió escalar el conflicto, señala un editorial del diario mexicano La Jornada.Foto

Ahora, el mayor héroe del Occidente rusófobo, se ve en la disyuntiva incómoda de retomar conversaciones con Trump, las cuales sólo pueden tomar la forma de una capitulación incondicional; o perder a su aliado más importante y quedar a merced de sus enemigos.

La víctima no es Zelensky sino los cientos de miles de ucranios y rusos que han perdido la vida o han sufrido heridas incapacitantes en los campos de batalla, así como los miles de civiles muertos y los millones de desplazados, quienes fueron sistemáticamente engañados por la propaganda para ignorar las causas profundas del conflicto y nunca tuvieron voz en las decisiones trágicas de sus dirigentes, añade.

*Arria es  una periodista chilena residenciada en Europa, Trudeau es economista, politólogo y analista estadounidense. Amabos son analistas  asociados al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).