Colombia, a terminar con los cien años de soledad

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Camilo Rengifo Marín

A pocos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que pueden marcar un nuevo rumbo histórico para Colombia, las encuestas señalan que la puja entre el ultraderechista Rodolfo Hernández y el progresista Gustavo Petro pinta muy reñida.

Tras un repunte de la violencia, un gobierno impopular –Iván Duque araña apenas el 20 por ciento de popularidad- y la posibilidad de un presidente antiestablishment (pero no tanto), la llamada democracia colombiana explora por primera vez sus verdaderos límites.

El fantasma del fraude sigue dando vueltas. El candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, dijo que su campaña tiene la certeza de que no hay neutralidad de la Registraduría en la elecciones del próximo domingo y manifestó que hay “movimientos sospechosos” y que la cúpula de la Registraduría tiene una afinidad con Rodolfo Hernández.

“En las primarias detectamos alteraciones en el software. A nosotros no nos permitieron hacer la auditoría técnica y el registrador incumplió el fallo judicial porque el software no es del Estado, sino alquilado a una empresa privada que ha demostrado que puede ser permeado en unas elecciones. ¿Eso qué significa? Que hay un inmenso peligro, debemos tener nuestros propios controles”, dijo Petro.

El candidato por la Liga Anticorrupción, Rodolfo Hernández, ha enviado un mensaje a través de su cuenta de Twitter en el que se disculpa por declaraciones desafortunadas en las que señaló: “Quiero pedirle perdón a todos los colombianos por la imprudencia que cometí cuando puse a la Virgen diciendo que yo invitaba a la Virgen y todas las personas que vivieran en el barrio, pero me sacaron de contexto”.

Pese al alineamiento automático del gobierno de Iván Duque con Washington, varios temas están en tensión como los que tienen que ver con Venezuela, la paz, la guerra contra las drogas y la debilidad institucional colombiana para enfrentar un escenario regional volátil para los intereses de la administración de Joe Biden, como quedó demostrado en la Cumbre de las Américas.

Hoy, las relaciones de Colombia y EEUU son controladas por Washington, que sigue conduciendo y guiando la política exterior colombiana a su acomodo, y con el respaldo de ocho bases militares y el financiamiento del Plan Colombia.

Si gana el ultraderechista Roberto Hernández, Washington. deberá lidiar con un socio impredecible. Si gana Gustavo Petro, tendrán a un estadista para componer las relaciones, negociar la implementación de la paz y la apertura de las relaciones con Venezuela.

Más allá de los abrazos, el gobierno de Iván Duque no le ha servido a EEUU para desestabilizar al gobierno de Venezuela –y menos aún derrocarlo-, ni siquiera con invasiones, preparación de mercenarios para cometer actos criminales, financiamiento a la mafia opositora

Por otra parte, continua el ciclo de ascenso de la movilización popular. Los últimos paros agrarios, las mingas indígenas, las protestas durante la pandemia y el estallido social de abril del 2021 puso a Colombia, un país blindado por las grandes corporaciones de prensa, en el foco de atención de la opinión pública regional y los organismos de derechos humanos internacionales.

Mientras, los Acuerdos de Paz de La Habana y el fin de un ciclo de confrontación entre las FARC-EP y el Estado colombiano de más de medio siglo de historia no implicó, sin embargo, el fin del conflicto interno armado ni el cumplimiento, por parte del gobierno, de lo acordado.

La protesta social ha sido permanente, aunque nunca había alcanzado la dimensión que tuvo el año pasado con el Paro Nacional, la mayor movilización de toda la historia de Colombia, superior al Paro Cívico de septiembre de 1977, hace 45 años. Fue inédito por la extensión geográfica -cubrió el 80 por ciento del territorio. incluyendo las grandes ciudades, incluso sitios donde nunca antes había habido movilización abierta- y  el que más tiempo duró y donde participaron muy diversos sectores sociales.

El gabinete de Hernández

El gabinete de Hernández, por ahora, es una ensalada sin padrinosEn vísperas de las elecciones, Rodolfo Hernández soltó algunos de los nombres que conformarán su gabinete en caso de ser presidente. Hasta el momento, solo se conocía el del escritor William Ospina quien se adhirió a su campaña hace dos meses y a quien el ingeniero le propuso ser su ministro de Cultura.

Sin embargo, también estaría la excandidata Ingrid Betancourt como ministra de Relaciones Exteriores, los hermanos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán del Nuevo Liberalismo y el exgobernador de Boyacá, Carlos Amaya, que probablemente tomaría las riendas de la cartera de Agricultura.

Entre los nuevos nombres está el del exvicepresidente Germán Vargas Lleras que sería ministro de Defensa, y su esposa, Luz María Zapata, encargada de gestionar las reuniones del futuro gabinete dada su experiencia en administración pública.  En la cabeza del ministerio de Hacienda estaría Jorge Castaño Gutiérrez, el ingeniero Félix Jaimes Lasprilla en el de Obras Públicas y finalmente su vicepresidenta Marelén Castillo estaría en el ministerio de Educación.

Un país polarizado

Según las encuestas se repetirá lo que pasó en la primera vuelta: el País del No del plebiscito del 2016 coincide con el conjunto de departamentos en los que ganó Rodolfo Hernández.

La participación de los más jóvenes en la segunda vuelta de las elecciones podría crecer por las jornadas de movilización social de finales de 2019 y mediados del 2021. Algunos analistas aseguran que estas elecciones “están llamadas a ser el primer gran paso para que la juventud tenga una injerencia y una voz más clara de cara a su propio futuro”.

Polarización: un debate de emociones | UniandesLas cuatro encuestadoras mejor calificadas proyectan una intención de voto para “el ingeniero” de entre 57,7% y 65% en la región centro-oriental (Boyacá, Cundinamarca, Norte de Santander, Santander, Arauca y Casanare) y una intención de voto muy fuerte por Petro en el Caribe, el Pacífico y en Bogotá.

La intención de voto también varía según el estrato socioeconómico o grupos de ingresos y la tendencia indica que a mayor capacidad económica, más fuerte es la intención de voto por Hernández.

Aunque antes de la primera vuelta ella Hernández tenía más fanaticada entre las mujeres que Petro, perdió ese impulso. El 31 de mayo, recién elegido para la segunda vuelta, Hernández dijo en una entrevista que “lo ideal es que las mujeres se dedicaran a la crianza de los hijos” y que su trabajo era una obligación para “complementar los gastos de la casa”. El petrismo tomó nota del rechazo femenino hacia Hernández y redirigió su estrategia de campaña para llevarse esta intención de voto.

Es difícil imaginar un gobierno de Hernández, el admirador de Hitler y Trump, “el abuelito tik tok”, en un país en ebullición. Si gana Petro, Washington podría perder a su gendarme predilecto en Sudamérica, hasta ahora seguro proveedor de coca para el mercado estadounidense.

Iván Duque y Antony Blinken se reúnen en la Casa de Nariño: conozca los  temas clave de la visita diplomática - InfobaeEstados Unidos colaborará con el próximo gobierno de Colombia “independientemente de los resultados”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en medio de la campaña electoral colombiana. “EEUU espera trabajar con la próxima administración para continuar el progreso que está en marcha y la relación que generaciones de nuestros funcionarios y ciudadanos han construido juntos”, dijo en un acto en Washington por los 200 años de relaciones bilaterales.

Blinken le agradeció  a Duque “su liderazgo” durante la Cumbre de las Américas de la semana pasada, al apoyar la exclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua de la Cumbre de las Américas en Los Angeles. “Colombia se ha convertido en un exportador de seguridad en nuestro hemisferio”, estimó. Duque dijo que las relaciones entre Colombia y Estados Unidos “están en su punto más alto en 200 años de historia”.

Con la disculpa de Gabriel García Márquez, nada condena a Colombia a 100 años de soledad latinoamericana ni a 100 años de guerra interna, ni las históricas relaciones carnales con la geopolítica contrainsurgente de Estados Unidos sostenidas por las élites locales desde hace un siglo.

* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)