Chile: estruendoso triunfo popular y dura derrota de la derechahile: estruendoso triunfo popular y dura derrota de la derecha
Cecilia Vergara Mattei|
En la megaelección de este fin de semana los resultados evidenciaron un enorme e indesmentible triunfo popular, donde las fuerzas antineoliberales y de izquierda lograron amplios y significativos triunfos a lo largo de todo el país, lo que significó una tremenda derrota de la derecha, que se suma al rechazo de la población al gobierno de Sebastián Piñera.
Los independientes consiguieron 42 de los 155 puestos en el órgano constituyente, la derecha –aliada a la ultraderecha- ha logrado solo 39 escaños, la centroizquierda unida en la lista Apruebo –que aglutina a buena parte de la Concertación, que gobernó Chile entre 1990 y 2010–, obtiene 25 convencionales, incluso por debajo de la izquierda de la lista Apruebo Dignidad, que conforman los comunistas y el Frente Amplio, que se quedó con 31 puestos en la convención.
La suma de los independientes con las dos grandes listas de la oposición (Apruebo Dignidad, con 28 escaños, y Lista del Apruebo, con 25) supera los dos tercios de los 155 escaños de la Convención, que contará con 17 cupos reservados para los pueblos indígenas y tendrá paridad entre hombres y mujeres, algo inédito en el mundo.
Esta fue la primera vez en la historia política de Chile en la que se permitió que personas ajenas a estructuras de los partidos políticos tradicionales se postularán a unas elecciones. Los resultados de estos comicios dejan claro que la fuerza electoral de los independientes es mucho mayor de lo que se esperaba, confirmando el hartazgo de la mayoría de los chilenos a la clase política conservadora.
En octubre de 2019 se produjo la revuelta social protagonizada por el pueblo. Ahora fue el torbellino electoral también liderado por el pueblo chileno. El Partido Comunista, el Frente Amplio, la Lista del Pueblo, candidaturas de independientes del mundo social y popular y otras fuerzas antineoliberales y de izquierda tuvieron sonados logros en la elección de convencionales, gobernadores, alcaldes y concejales, para convertirse en una fuerza altamente gravitante en el escenario político, social y electoral.
Algo quedó bien en claro: la nueva Constitución se redactará sin el temido poder de veto de la derecha. Apruebo Dignidad, la lista de convencionales de esos sectores, será la principal fuerza política de la centroizquierda en la Convención Constitucional.
Fue un estruendoso golpe popular propinado a los partidos tradicionales por la ciudadanía y dejó en claro de que Chile ya no quiere más de lo mismo, y espera que a través de una nueva Constitución sus derechos sociales y económicos sean verdaderamente respetados.
El presidente Sebastián Piñera hizo una amarga autocrítica: “en estas elecciones la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al Gobierno y también a todas las fuerzas políticas tradicionales. No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y nuevos liderazgos”, sostuvo Piñera, escoltado por su gabinete en pleno.
El lunes la Bolsa de Santiago abrió con su mayor caída en 14 meses y perdiendo todo lo ganado en lo que va del año, mientras el dólar sufría una fuerte alza (de 700 a 720 pesos).
Participación
De los 14 millones 900.990 ciudadanos habitados para votar, apenas lo ha hecho el 43,35 por ciento (seis millones 458.760). Uno de los aspectos que preocupa es que la participación nuevamente es más baja en los municipios pobres y populares.
En La Pintana, en el sur de la capital, ayer hubo una participación de un 13,69%. En Vitacura, uno de los más ricos, llegó al 41,31%. Si el camino constituyente no convocó a los vulnerables de Chile, resultaría muy complejo que una nueva Constitución sea la base del nuevo pacto social que necesita el país.
Constituyente
La convención constituyente será diversa, por lo que se pronostica que resultará complejo sellar acuerdos. Se habían postulado desde abogados constitucionalistas hasta escritores best seller, pasando por figuras de la TV o políticos experimentados. Chile comenzará a escribir sobre las páginas en blanco, con la caída de Vamos por Chile de la derecha y a la ex Concertación con la Lista del Apruebo lejos de sus propios pronósticos.
Con la convención constituyente que comenzará sus funciones en junio, Chile se redefinirá en asuntos fundamentales. El órgano discutirá su régimen político y sistema de Gobierno, porque existe algún consenso en que el presidencialismo a la chilena –exacerbado– mostró deficiencias con las revueltas de octubre de 2019. Se debatirá sobre la descentralización y regionalización, en un Estado unitario y fuertemente centralizado en la capital, como el chileno.
Los 155 constituyentes deberán acordar diferentes asuntos relativos a los pueblos originarios, como su reconocimiento expreso en la Constitución o la plurinacionalidad. Es un tema central, dado los históricos problemas de relación entre el pueblo mapuche y el Estado chileno que tienen a la región de la Araucanía en una escalada de violencia.
Asimiso, discutirá el modelo de desarrollo económico, el destino de instituciones como el Tribunal Constitucional, el modelo del Estado –los derechos económicos y sociales son debates calientes– y asuntos especialmente sensibles para los mercados, como la autonomía del Banco Central.
Ciudadanas y ciudadanos eligieron a 48 independientes, quienes se convirtieron en los representantes del mismo Chile que ya había despertado el 18 de octubre de 2019. Un hecho significativo fue que en la Lista del Pueblo, de 50 candidatos, 22 obtuvieron un escaño.
Los analistas Salvador Millaleo y Nancy Yáñez coinciden en que la agenda indígena quedó muy bien aspectada de cara al nuevo pacto social, para que se reconozca la plurinacionalidad del Estado de Chile y se avance en los otros dos grandes objetivos: la libre determinación y autonomía de los pueblos originarios.
Una triple derrota sumó Chile Vamos. A las debacles en la Convención Constitucional y los comicios para gobernadores regionales, se suma la pérdida de varias comunas emblemáticas. como Santiago –que por primera vez quedará en manos del Partido Comunista (Irací Hassler)–, además de Maipú y Ñuñoa en la Región Metropolitana, y Viña del Mar en la Región de Valparaíso.
Como gran ganador aparece el Frente Amplio, que se instaura como una fuerza municipal, pese a no tener un porcentaje abultado de votación a nivel nacional. Esta es la radiografía de lo que quiere dejar atrás el país y del nuevo pacto social inevitable, donde la figura de Jaime Guzmán comienza a desdibujarse tras 41 años desde la creación de la Constitución pinichetista de 1980.
“Piñera hundió a la derecha”, es la afirmación que anoche más repetían en el oficialismo ante el demoledor resultado electoral para Chile Vamos, que quedó sin el derecho a veto que le otorgaba un tercio de la Convención y que se había autoimpuesto conseguir en estas históricas elecciones.
Regionales
En la elección para gobernadores, en tres de las regiones del país los candidatos superaron el 40% necesario para ser elegidos en primera vuelta, y son todos de oposición. La segunda vuelta de gobernadores requerirá de todos los pactos, entendimientos y acuerdos políticos para el traspaso de votos.
En las otras regiones las nuevas autoridades tendrán que disputar una segunda vuelta el 13 de junio. Entre estas, está la codiciada Región Metropolitana, en la que el candidato de Unidad Constituyente, Claudio Orrego (Democracia Cristiana), y la del Frente Amplio, Karina Oliva (Comunes), irán al balotaje, dejando atrás a otros nombres, como Catalina Parot (Chile Vamos).
En la Región de Valparaíso -una de las que hasta ahora elige candidato en primera vuelta- el nuevo gobernador será Rodrigo Mundaca, histórico dirigente ambientalista y defensor del agua, quien sobrepasa el 40% de votación. El oficialismo solo se impuso en una región, Los Ríos, pero deberá definir en segunda vuelta con un Partido Socialista.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)